¿Cómo se llega a ser de la Gendarmería del Vaticano?
Sobre todo tiene que existir amor por la Iglesia y por el Papa, después como en todas las policías es necesario realizar una selección y un concurso. Puede ser un trabajo duro, que entretanto puede dar también muchas satisfacciones.
¿Qué relaciones tienen o cómo trabajan con la policía italiana?
En la plaza de San Pedro, que es bajo todos los aspectos territorio del Vaticano, cuando no está el Papa presente, queda bajo la jurisdicción de la Policía italiana. O sea si en ese momento hay un carterista que roba, interviene la policía italiana. En cambio, si el Papa está presente, la Policía italiana se retira hasta el confín e interviene la Gendarmería, y los Guardias Suizos, como indicado en el Tratado de Letrán.
¿Y en los viajes en Italia y en el exterior?
En los viajes a Italia, nosotros cooperamos con la Inspectoria de Seguridad Pública junto al Vaticano, un reparto de la Policía italiana que tiene sede a pocos pasos del Vaticano. Y en el exterior cooperamos con la policía del país que nos hospeda. En los viajes fuera de Italia, están presentes también dos representantes de los Guardias Suizos.
¿Cuál es la diferencia entre la Gendarmería y los Guardias Suizos?
Ambas colaboramos para proteger al Pontíficie. Ellos tienen el servicio de seguridad del Palacio Apostólico, donde nosotros no tenemos competencia. A menos que haya un delito, digamos un hurto, entonces sí, en cuanto policía judicial. Ellos realizan también un primer filtro en los ingresos de la Ciudad del Vaticano, además de la parte representativa. Nosotros somos en cambio, policía de seguridad, judicial, de control, de frontera. (ver entrevista completa en Zenit)
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