Wednesday, April 22, 2015

Otras vistas aéreas del Camagüey que fue (por Carlos A Peón-Casas)




Descubrimos en este bojeo aéreo de finales de los cincuenta del siglo pasado, dos vistas correlacionadas entre sí de la otrora ciudad, ambas tomadas al sobrevolar la zona del Casino Campestre. 

La primera nos descubre el ya citado parque urbano, que distinguimos por el arbolado intenso que lo caracterizara hasta que el temible ciclón Ike diera cuenta de una parte considerable de su preciado maderamen. La vista lo retrata desde la esquina de Javier de la Vega y la carretera central este, casi en primer plano aparece el antiguo edificio del Tennis Club, con sus zonas aledañas dedicadas a la práctica deportiva, y colindante con aquellas, todo un enorme espacio correspondiente hoy día al Stadium Cándido González, la Plaza de la Revolución y la Sala Polivalente. 

Dividiendo el enorme vacío, cruza impertérrito el Juan de Toro, que va a juntarse en el margen izquierdo de la foto con el Hatibonico, ambas corrientes son identificables por la línea de vegetación que las circunscribe.

Al fondo de la foto discurre con rumbo norte la ciudad de entonces, y la vista del anónimo fotógrafo se pierde en lontananza en aquella coordenada.

La segunda instantánea corresponde a las márgenes del ya mentado Hatibonico después de cruzado el puente de la Caridad, girando al sur y al oeste bajo el puente de la carretera vía Habana. Esta vista como la anterior parecen tomadas el mismo día, en un pase del aeroplano por sobre el área. 

El primer plano fotografiado corresponde a la antigua barriada del Matadero, por la calle homónima, y que se extendía hasta las mismas márgenes del río, donde cuenta la leyenda urbana que el santo varón Olayo, acudía a lavar las ropas de sus enfermos. 

En el lado derecho descubrimos con el comienzo de la calle Lugareño, en la intersección con la del Matadero ya mentada, y fuera del recuadro se intuye la cercana y conocida plaza de las Cinco Esquinas.

En esa misma zona, conoceríamos años después el ya inexistente Mercado del Río, que hoy echa de ver tiempos mejores, cuando se compraban allí por precios entonces módicos, lateríos sin cuento y las cajas de la famosa cerveza Tínima que se expendía entonces aquellos “botellones” tipo Came, que un solo bebedor no podía dar cuenta de la largura de su contenido.

Al fondo de la imagen congelada en el tiempo, se esbozaba la incipiente urbanización del conocido reparto Vista Hermosa, con algunas de las primeras residencias que se empezaban a levantar en ese espacio urbano que se extendía más allá en lo que conocemos hoy día como la populosa barriada de El Jardín, donde también fue proverbial una famosa “candonga” donde en el período especial más álgido se podía conseguir lo que había y lo que no en aquellos fechas de escaseces sin cuento.

A la altura del giro del curso del río, y en el extremo derecho del fotograma, se esboza la frontera de Sánchez Soto cerrando la mirada de aquel instante citadino de hace ya mas de cinco décadas.

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