Nota del blog: Agradezco a Ramón Fernández Larrea que comparta con los lectores del blog, una selección de textos incluidos en su poemario Todos los cielos del cielo (Editorial Verbum).
El libro será presentado el próximo sábado 1 de agosto a las 7 00 p.m., en George´s Gallery (815 Ponce de León, Coral Gables)
EL BLUES DE LA VIDA DIARIA
estoy tan cansado de hablar
debiera administrar mi oxígeno
por si mañana me lo roban
estoy cansado de soñar
es un desgaste cada noche
poner los mismos animales
a despeñarse y a rugir
siempre amanece en mi sueño
y tengo que limpiar la sangre
antes que lleguen y me acusen
estoy cansado de escribir
nada resuelvo con las letras
miren qué pasa con la palabra amor
todos le hacen agujeros
y con otras palabras hermosas
la gente las viola las preña
les pega muy duro en un ojo
le parten los dientes a la palabra amor
ayer la vi y parecía escapar
de una serpiente gorda
igual pasó con la palabra hermano
olía como si la estuvieran ahogando
le hice señas la miré de reojo
y la palabra se freía
navegaba en las tripas de la noche
se le hundía en un ojo al enemigo
y la palabra palpitaba
era una niña con pestañas
que le quemaban los abuelos
y la palabra
destripada
iba con el sexo al aire
de bar en bar de puerta en puerta
extendiendo una mano sucia
donde cabían diez dedos o uno
estoy cansado de escupir
de tener rostro el mismo rostro
sería bueno que la noche durara
mucho más que una noche
a lo mejor me perdía caminando por ella
maldiciendo a lo lejos
pidiendo auxilio a las estrellas
nada más por joder
por llamar la atención
solamente por hacerme el muerto.
EL OTOÑO A TUS PIES
no soy el mismo
desde
que murió
romy schneider
los últimos años
he vivido
como saltando
de cadalso
en cadalso
y para colmo
habitaba
bajo un régimen
que me quería
feliz
a toda hora
y que exigía
que compartiera
con todos
mi tristeza
mi amor desaforado
mis fortalecidos
músculos del corazón
mi excelente
ocultación de la pena
mi honda necesidad
de romy schneider
por suerte
apareciste tú
y la vida fue
un poco más tenue
más pasajera
más lisa
una vida
en la punta de los dedos
para olvidar los labios
de romy schneider
y sus ojos torcidos
que jamás
serían míos
por suerte
me ofrecías
una vida contigo
que eras tú
toda tú
más tumultuosa
más serena
una vida
en la punta del corazón
como el amanecer
de un fantasma.
SI EXISTIERAN LOS ÁNGELES
aquel gato
baghera
con sus zarpas de vidrio
que cruzaba la noche en silencio
me traía la sombra de rudyard kipling
al niño mowgli que criaron los monos
a baloo tan divertido como un oso
aquella ventana de mi casa
con una luz tremenda a la hora del ángelus
por donde se asomaba william blake
cuando yo leía en voz alta a machado
aquellos ojos que tuviste
desnuda y transparente
amenazándome con todos los olvidos
con terrones de odio en el café de la mañana
me recordaban el furor del mar
sobre cada corsario de salgari
todos los ángeles han sido tú
y la luz de la ventana tremenda
y mi gato baghera trepando
los barrotes del cielo
llevando a kipling en la mirada vacía
y el jardín triste donde creí enterrar
mi boca que ya no decía
mis manos
que ya no temblaban
mi rostro
que se comían poco a poco los cangrejos
los pequeños cangrejos de esa isla lejana
que fue una vez mi corazón.
EL COLOR DEL PÁJARO QUE MUERE
que atraviesa la noche
que va a morir
solo
en la oscuridad
pero antes
canta
antes
te deja
una canción
que jamás
vas
a olvidar
porque él sabe
que va a morir
si no lo escuchas
y también
si lo oyes
pero
tu memoria será
el único color
que tenga
para seguir
volando
siempre
en todas tus vidas.
GALGO APURA DONCEL VA HERIDO
los que tengan sed
que beban de este verso
que lo apuren
hasta sus últimas consecuencias
hasta las más venenosas
consecuencias
si tienen hambre
que lo cocinen y lo coman
mastiquen bien sus pedacitos
las mujeres desnudas
que se cubran con él
aunque sea pequeño
triste
y que no alcance
para la sed
el hambre
la desnudez mundial
este verso flamea
babea
se levanta por sí mismo
de la cama
se pone de puntillas para ver
el horizonte y otros acontecimientos
este verso cocina
escupe
insulta
mira a la vecina por un agujero
la espera en todos los balcones
para decirle nada
para intentar respirarla
este verso se arrastra
rueda camino abajo
se para en una esquina
a enseñar sus muslitos
este verso se hunde
se quita la máscara de oxígeno
la máscara submarina
todas las máscaras
en él se montan góngora y vallejo
gelman roque el toño cisneros
angelito escobar cayendo al vacío
eliecer lazo ardiendo en su cigarro
borges tocando las paredes
miguel tosiendo en la voz de serrat
raúl hernández novás lleno de sangre
este verso no sirve
no da la hora
no resucita a los que quise
no enciende
para que un niño
vea en su agujero
este verso se ahoga
se consume
tontamente
pusilánimemente hablando
del aserrín que queda del amor
este verso pudiera
alcanzar para algo
ser útil a cualquiera
que lo ponga bajo la pata de una mesa
y logre así el equilibrio del mundo
la luz del mundo
la alegría del mundo
el silencio del mundo si logra arder
por un minuto
mientras yo desaparezco
sin nombre ya
sin rostro
sin este verso para navegar
por el rápido río de la muerte.
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Ramón Fernández-Larrea (Bayamo, Cuba, 1958) ha publicado los siguientes poemarios: El pasado del cielo (Premio Nacional de Poesía), 1985, La Habana, Cuba; Poemas para ponerse en la cabeza (Premio XX Aniversario El Caimán Barbudo), 1987, La Habana, Cuba; El libro de las instrucciones, 1991; Manual de pasión, 1993, Guadalajara, México; El libro de los salmos feroces, 1994; Terneros que nunca mueran de rodillas (Premio Internacional “Julio Tovar”), Islas Canarias, España, 1998; Cantar del tigre ciego, Guadalajara, México, 2002; Nunca canté en Broadway (antología personal), Barcelona, España, 2005; Yo no bailo con Juana, Barcelona-USA, 2010; y Si yo me llamase Raimundo (antología personal), La Habana, Cuba, Colección Contemporáneos, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, 2013. Ha residido en Tenerife, Islas Canarias, Barcelona y Miami Beach (EE.UU.).
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Ver en Diario de las Américas: El poeta Ramón Fernández Larrea le pone humor al verbo
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