¿Qué espera Usted como Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, como Arzobispo de Santiago de Cuba, como cristiano y cubano después de la visita del papa Francisco?
Primero, no hemos querido ver esta visita como un evento. Una visita apostólica del Santo Padre a una iglesia particular siempre deja mucho: su magisterio, el encuentro con las personas, la participación de los fieles y pueblo, en tantos contactos que se hacen y que después perduran en el tiempo… pero no queríamos verla como un evento que pasó, que tardamos cuatro meses en prepararla vino el Papa y después qué. No, queremos que esta visita del papa Francisco se inserte en nuestra pastoral.
Uno de los puntos claves de nuestra pastoral es la misión y las comunidades, y esta visita ya nos está ayudando a realizar estos dos aspectos. Los otros son: la familia y la formación. Con la preparación de hecho ya se están realizando.
No podemos trabajar como iglesia por eventos, que suceden, crean expectativa, y pasan. Hay que trabajarlo como un proceso, como hicimos con el Año Jubilar Mariano, que tuvo tres años de preparación, que animó y consolidó mucho a las comunidades cristianas que se volcaron en él.
¿Qué espero? Espero que la visita del Papa nos sirva para continuar nuestra labor evangelizadora y misionera, el sujeto que realiza la misión es la iglesia, la comunidad cristiana. Cuando una comunidad toma conciencia de su misión evangelizadora podemos decir que es ya una comunidad consolidada. Lo constatamos con las experiencias anteriores de las visitas de Juan Pablo II y Benedicto XVI, y con la experiencia del Año Jubilar.
El papa Francisco llegará a nuestra tierra como Misionero de la Misericordia, nuestro pueblo, todos, necesitamos experimentar la Misericordia de Dios; tenemos muchas heridas que sanar en todos los ámbitos de la vida, personales, sociales, familiares… muchas familias divididas por tantas cosas, las separaciones, unos fuera del país otros dentro, la separaciones por diferentes maneras de pensar… los cubanos necesitamos experimentar la misericordia, el perdón, la reconciliación. Él nos hablará de la Misericordia del Padre que entrega a su hijo para salvarnos, y nos va a pedir que todos procuremos construir una patria mejor.
Una patria que esté sustentada en la justicia, la fraternidad entre cubanos, basada en la participación de todos, una patria común en la que nadie se sienta excluido. Y para eso es necesario tener un corazón misericordioso, hace falta estar abierto al perdón y a la disponibilidad de diálogo, que tengamos en cuenta siempre a los que menos tienen a los más vulnerables de nuestra sociedad.
Seguro que esta invitación formará parte de su mensaje, Dios derrama su Misericordia sobre nuestro pueblo y nos hace responsables para que seamos misericordiosos con los demás. Precisamente una de las acciones pastorales que hemos realizado es invitar a vivir una pequeña frase que se comparte cada día, una frase que nos recuerda un pequeño gesto de misericordia que podemos hacer durante el día….
Es pensar de manera utópica que las leyes o el cumplimiento de las leyes pueden crear una sociedad perfecta, no, porque a veces las leyes son ambivalentes, lo que cuenta es el corazón. Con leyes solamente no se resuelven los problemas, hace falta que el espíritu de la ley, que es o debe ser, buscar el bien de cada hombre sea lo que prevalezca. Eso es lo que espero que el Papa nos traiga, que todo lo que hagamos esté impregnado por la Misericordia de Dios y por nuestra acción misericordiosa. (Ver entrevista completa en el website de la COCC)
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