Monday, February 8, 2016

Mary Carmen Catoya, una prima ballerina en plenitud (por Baltasar Santiago Martín)


Nota: Agradezco a Baltasar Santiago Martín que comparta con los lectores del blog su entrevista a Mary Carmen Catoya, que apareció publicada originalmente en la revista Caritate -enero/febrero 2016-.

 
 
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La prima ballerina venezolana Mary Carmen Catoya inició su entrenamiento dancístico a la edad de 6 años en la ciudad de Caracas, y comenzó su carrera profesional a la edad de 13. 

En su país natal bailó con el Ballet Juvenil de Venezuela, el Ballet Contemporáneo de Caracas, el Ballet de Cleveland, y con el Ballet Nacional de Caracas, compañía con la que ya obtuvo el rango de bailarina principal, siendo entrenada y dirigida por el Maestro de Ballet Vladimir Issaev, una persona muy importante en su carrera.

Mary Carmen se incorporó al Miami City Ballet –también como bailarina principal– en el año 1999, donde permaneció hasta el 2015, año en el que inexplicablemente Lourdes Gómez, la directora del MCB, dio por terminado su contrato, a pesar de su excelente desempeño durante todos estos años, en los que brilló en los grandes clásicos y también en ballets mucho más contemporáneos, dada su gran ductilidad. 

Su repertorio incluye obras de George Balanchine, Vicente Nebrada, Dennis Nahat y Vladimir Issaev, entre otros.

Mary Carmen también ha bailado en muchos festivales y galas internacionales, entre las que se destaca una gala ante el Rey y la Reina de España; la inauguración del Teatro Simón Bolívar en Brasil, y la Gala de las Estrellas del Festival Internacional de Ballet de Santander.

En Venezuela ha recibido el premio “Premio Casa del Artista” como “Mejor Bailarina Clásica del Año” en 1999, y el “Premio Municipal de Danza 2002”, también como mejor bailarina.

En el 2004 fue invitada a participar en la gala inaugural del trasatlántico Queen Mary 2, de la compañía CUNARD, y en agosto del 2005 en “Una noche con Tamara Rojo”, en Madrid, España.

En octubre del 2006 Mary Carmen fue la encargada de protagonizar el ballet de larga duración Don Quijote, con el MCB, para la apertura del Carnival Center for Performing Arts –ahora Adrienne Arsht Center– de la ciudad de Miami.

En el 2008, Dennis Matvienko la invitó a participar en su Noche de Gala en el Teatro Mijailovski, de San Petersburgo, Rusia; y en el 2009 brilló en la Gala de las Estrellas del Concurso Internacional de Ballet de Orlando. 

En junio del 2009 se presentó junto a Taras Domitro en Querétaro, México; y con Rolando Sarabia en el Fire Island Festival de la ciudad de Nueva York, honor que se repitió en el 2015 junto a Kleber Rebello.

En julio del 2011 Mary Carmen abrió y cerró Les Etes de la Danse, en el Teatro du Chatelet de París, con el Miami City Ballet, bailando el papel principal en el Ballet Imperial, de Balanchine.

La estrella venezolana se ha formado y entrenado con notables artistas, como José Parés, Vicente Nebrada, Vladimir Issaev, Rafael Portillo, Zane Wilson, Karemia Moreno y Elena Madan Vera –en el Ballet Nacional de Caracas–; Dennis Nahat –en Cleveland Ballet–; e Ileana López, Violette Verdy, Jean Pierre Frohlich, Maria Cagliari, Mary Ashley y Edward Villella –en el Miami City Ballet.

Como artista invitada ha bailado en España, Brasil, China, Reino Unido, Italia, Israel, Canadá, Puerto Rico, Uruguay, México, Bosnia, Curazao, Trinidad-Tobago, Cuba y Argentina.

Más recientemente, participó, junto a Kleber Rebello y Paulo Arraiz, en la Gala de las Estrellas Latinas del Ballet (The Ballet Now The Latin Stars Gala), en Los Angeles, dirigida por Hernan Cornejo y Roberto Bolle.

Afortunadamente para la gran bailarina y para sus numerosos admiradores, Vladimir Issaev, su maestro y mentor, la requirió para unirse al Ballet Arts Theatre of Florida como bailarina principal de su temporada 2015-2016, en cuya apertura bailó el papel principal de Laurencia, en Laurencia Gran Pas; Kitri, en Don Quijote Grand Pas, y estrenó Eros Game, una versión de del ballet Suite Generis, que el renombrado coreógrafo cubano Alberto Méndez montó especialmente para ella (ver reseña en el número de octubre de CARITATE, páginas 16 y 17).

Y para saber más de esta guerrera en puntas, nada mejor que tenerla en portada y entrevistarla en la sección “En el confesionario”:

Mary Carmen, ¿cómo fue que comenzaste a bailar?

Comencé a bailar acompañando a una prima a sus clases de ballet en la Academia Everest Mayora Studio, y por cosas del destino, yo me quedé bailando y ella no continuó.

¿Ser una prima ballerina reconocida internacionalmente como tú es muy diferente a como te lo imaginabas cuando estabas entrenándote, antes de ser una estrella?

Mi caso fue especial. Entré a la compañía “Ballet Teresa Carreño” a los 13 años, como aspirante, y a los 14 años de edad ya yo tenía la fortuna de interpretar roles principales. También todo esto se lo debo al trabajo, la dedicación y la disciplina que mis padres me enseñaron en casa, y a mis maestros de ballet Everest Mayora, Carlos Nieves y Rafael Portillo, en el salón de ballet. He trabajado mucho para obtener el reconocimiento y el disfrute de los aplausos de la audiencia, y agradezco mucho a mis maestros, mentores, coaches y parejas de baile por las enseñanzas que me han dado a lo largo de mi carrera. Es una satisfaccion muy grande que me llena como artista dejar en cada uno de sus corazones un poco de mí a través del baile. Me encantaría ser una inspiración para muchos. En esta carrera, cuando tú tienes una posición reconocida, lo importante es que tu desempeño, tu arte, quede plasmado y traspase, y llegue a los corazones de los espectadores. Soy muy afortunada por poder trabajar en lo que me gusta y amo tanto.

¿Qué diferencias puedes establecer entre bailar en Venezuela, en Miami o en Europa?

Son públicos muy diferentes, pero mi exigencia es que yo cuando salgo al escenario salgo a disfrutar y a brindar mi arte a los espectadores, esté donde esté. El público en Europa es muy conocedor; en Venezuela tenemos tradición de ballet, y en Miami estamos logrando que el arte sea más atractivo y acogedor para el público, que es muy diverso.

Pero bailemos en Europa, Venezuela o Miami, la entrega siempre debe ser total, sin distinciones

¿Cuáles son las más inolvidables actuaciones de tu carrera hasta ahora?
¿Momentos inolvidables?

• Con tan solo 15 años de edad, bailar en el Palacio Real de España en Madrid, y compartir el escenario con el gran ícono de la danza, Maya Plisétskaia.
• Bailar con Koen Onzia, bailarín principal del London Festival Ballet, como Tersícore, en el ballet Apolo, de George Balanchine, y el rol de Solange, del ballet George Sand, de Vicente Nebrada.
• El increíble recibimiento del público venezolano cuando llegué como bailarina principal del Miami City Ballet, bajo la dirección de Edward Villella, a bailar en el Teatro Teresa Carreño, donde me formé y bailé como bailarina principal durante muchos años. Fue interpretando Raymonda Variations, de George Balanchine; una pieza de mucha demanda técnica, estilística y musical, y maravillosa además por la gran versatilidad que tiene.
• Cuando fui invitada a las Galas en memoria del Maestro Vicente Nebrada; cada una de ellas tuvo un impacto y un sello inolvidable en mi carrera. En la primera, los bellos recuerdos de mis comienzos, y en la última, el tener el honor de interpretar una pieza cumbre en el repertorio de Nebrada, el pas de deux Lento, a Tempo y Apassionato...; fue un sueño hacerlo.
• Bailar en Rusia, compartiendo escenario con estrellas como Dennis Matvienko, Anastasia Matvienko, Iván Vasiliev, Svetlana Zakharova, Leonid Sarafanov y Rasta Thomas, entre otros, y además me emocionó la efusividad del público, que a partir de los 16 primeros fouettés empezaron a aplaudir hasta el final de los 32, lo cual me envolvió en un sueño maravilloso en este majestuoso escenario.
• Realizar la apertura y el cierre del Festival del Theatre du Chatelet en París, bailando el hermoso Ballet Imperial, de George Balanchine, con el MCB, bajo la dirección de Edward Villela.
• Fue un placer y un sueño hecho realidad compartir el escenario con estrellas europeas y latinas cuando conformamos Ballet Now, bajo la dirección de Roberto Bolle y Hernán Cornejo, en Los Ángeles.
• Compartir el escenario con mi esposo en piezas como el Encuentro y Shostakovich, de Vladimir Issaev: Don Quijote pas de deux y Coppelia completo.

¿Qué rol ha significado para ti el reto más arduo y el desafío más grande?

El rol que ha significado un cambio y un crecimiento notable en mi carrera ha sido Giselle, por su gran demanda artística e interpretativa; por las cualidades técnicas y el control que requiere Giselle. Es un ballet muy completo, y una prueba de fuego para muchas bailarinas. Es un ballet que te hace crecer y su ejecución tiene que ser especial. 

Tema y variaciones; Joyas (Esmeraldas, Rubíes y Diamantes), y Ballet Imperial, todos de Balanchine, hicieron crecer mi carrera por su diversidad. Y por ultimo, Eros Game. de Alberto Méndez, un reto y un crecimiento en todos los aspectos como artista e intérprete.

¿Cuál es papel ansías interpretar que todavía no se te ha dado?

Me encantaría interpretar Manon, La Bayadera (el ballet completo) y muchos más.

¿Qué bailarinas son tu más grande inspiración?

Maya Plisétskaia, Sandra Rodríguez, Alicia Alonso, Tatiana Terekhova, Altynai Asylmuratova, Darcy Bussell, Sylvie Guillem, Tamara Rojo, Alina Cojocaru...; cada una tiene algo especial y las admiro y aprendo de ellas.

¿Con qué coreógrafo contemporáneo te gustaría trabajar?

William Forsythe, Christofer Wildom, Nacho Duato, Jiri Kylian..., entre otros.

¿Cuál es el paso de ballet en que te sientes más cómoda?

Me encanta hacer double saut de basque, double assemble, jetté manege, y sobre todo, fouetté y los fouetté penché.

¿De qué manera el ballet te ha hecho la mujer que eres hoy?

El ballet me ha hecho madurar, adquirir disciplina, encarar retos y responsabilidades a temprana edad, y darle un valor especial a las personas, a las cosas, y a los momentos en los que como ser humano he dicho “tengo que ser mejor” y como artista vamos adelante. En esta carrera estamos expuestos a las críticas y a los gustos de los espectadores, a los días buenos y a los no tan buenos; mas a pesar del arduo trabajo, en el escenario lo que hago es disfrutar ese momento mágico y envolvente.

¿Cuál es tu escape preferido del mundo del ballet?
Mi escape preferido es pasar tiempo de calidad con mi familia y mis seres queridos, con mi encanto de esposo, que siempre me ha apoyado, mi bellísimo hijo, mi mamá y mi hermano; ellos son pilares fundamentales de mi vida, que me enseñan muchos valores importantes.

Mi otra válvula de escape es acudir a conferencias nutricionales de Herbalife, para aprender más sobre el cuidado del templo más apreciado: nuestro cuerpo.

¿Has tenido alguna experiencia cómica o inesperada durante un ensayo o durante una función?

Experiencia cómica: Bailando en Ciudad Bolívar, en la Plaza Bolívar, a la mitad del pas de deux Aguas primaverales, comenzó a llover torrencialmente. 

En una presentación en Trinidad y Tobago, estábamos bailando Nuestros valses, de Vicente Nebrada, cuando un murciélago se apareció en el escenario.

¿Qué ha significado para ti volver a entrenar y bailar bajo la tutela de Vladimir Issaev, después de tu abrupta e injustificada salida del Miami City Ballet?

Trabajar bajo la dirección del Maestro Vladimir es una oportunidad de iniciar un nuevo capítulo lleno de retos fascinantes, increíbles experiencias, y un crecimiento en todos los aspectos de mi vida artística. Fue un gran apoyo y hermoso gesto de parte del Maestro, abrirme las puertas de su bella compañía e invitarme a formar parte de ella. Las clases y el repertorio me han brindado la oportunidad de crecer y de reafirmar piezas que son de mi conocimiento, así como otros nuevos retos. El Maestro, con hermosas enseñanzas y diciéndole a uno: “todavía tienes que dar mucho más y aprender de esta vida hermosa que son las artes”. Siempre con sus exigencias y disciplina nos da lo mejor de él y nunca deja de decir: “puedes más o puede ser mejor”. Siempre aprendiendo y creciendo todos los días con él. Le agradezco su dedicación.

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