Hace exactamente 88 años, visitó La Habana, el entonces presidente John Calvin Coolidge Jr, el trigésimo presidente de la Unión Americana. Venía invitado por el entonces presidente Machado, uno de los tres hombres fuertes que se reconocen por estos lares en los afanes siempre engañosos de la política, entre nosotros aparentemente “cómica”, pero marcada definitiva e inevitablemente por el signo de la tragedia.
La visita tenía la motivación principal del Congreso Panamericano que ya sesionaba a su llegada, y para la que el ya citado presidente cubano del momento, preparó un sultanesco escenario, que incluyó, la construcción del afamado Parque de la Fraternidad en la capital cubana, en cuyo centro, una hoy frondosísima ceiba, era plantada como memoria incontestable del hecho, no sin antes, según cuenta la leyenda popular, depositar junto a sus raíces un poderoso “bilongo” que ayudara entre otras cosas, a perpetuarlo en el poder.
Coolidge desembarcó en la Habana a bordo del Texas, un buque de la Armada de su país, la foto la recoge una añosa The National Geographic Magazine(1), y en ella se visualiza aquel minuto, cuando una gran multitud de habaneros de la época lo recibían desde el malecón, a la altura de la boca de la rada habanera.
Dentro de muy poco, el próximo 21 de marzo, lunes santo, según el calendario católico, llegará a Cuba, el actual presidente Obama. La noticia que ya se venía propagando por “radio bemba”, desde comienzos de año, no creo venga a sorprender a nadie, después que desde diciembre del 2014, se anunciara el tan cacareado restablecimiento de relaciones entre el poderoso vecino norteño, y nuestra nación caribeña, un hecho que al decir del adagio popular ha sido “más rollo que película”, y que por consiguiente no ha traído las tan ansiadas mejoras que el pueblo cubano de a pie esperaba de tal hecho.
Con la visita de Obama estoy muy claro que tampoco ser verá mucho más. Obama, en este minuto, no es más que un presidente saliente, y al decir de la propia prensa de su país es identificado con la imagen de un pobre pato cojo y con un ala herida… que sin dudas retrata muy bien cualquier semejanza con la realidad política a su cargo, y a sus llamadas prerrogativas presidenciales para cambiar el actual estado de cosas.
Cualquier escenario futuro dependerá del resultado de las presidenciales de este año, y de otro demócrata llegara a la Casa Blanca, con afanes continuistas…que ya sabemos que pasaría si la apuesta la ganan los Republicanos….adiós lolita de mi vida…
Dentro de muy poco, el próximo 21 de marzo, lunes santo, según el calendario católico, llegará a Cuba, el actual presidente Obama. La noticia que ya se venía propagando por “radio bemba”, desde comienzos de año, no creo venga a sorprender a nadie, después que desde diciembre del 2014, se anunciara el tan cacareado restablecimiento de relaciones entre el poderoso vecino norteño, y nuestra nación caribeña, un hecho que al decir del adagio popular ha sido “más rollo que película”, y que por consiguiente no ha traído las tan ansiadas mejoras que el pueblo cubano de a pie esperaba de tal hecho.
Con la visita de Obama estoy muy claro que tampoco ser verá mucho más. Obama, en este minuto, no es más que un presidente saliente, y al decir de la propia prensa de su país es identificado con la imagen de un pobre pato cojo y con un ala herida… que sin dudas retrata muy bien cualquier semejanza con la realidad política a su cargo, y a sus llamadas prerrogativas presidenciales para cambiar el actual estado de cosas.
Cualquier escenario futuro dependerá del resultado de las presidenciales de este año, y de otro demócrata llegara a la Casa Blanca, con afanes continuistas…que ya sabemos que pasaría si la apuesta la ganan los Republicanos….adiós lolita de mi vida…
1.The National Geographic Magazine. Vol LIII, No. 5. May, 1928. p. 598.
No comments:
Post a Comment