Wednesday, March 16, 2016

Pedro Vargas y Sotomayor: la historia de un brigadier chileno al servicio del Ejército Libertador Cubano (por Carlos A. Peón Casas)



La historiografía cubana lo recoge en sus anales, pues su nombre aparece reportado en el Indice Alfabético del Ejercito Libertador, donde se afirma que desembarcó en compañía de Antonio Maceo el primero de abril de 1895(2), por la conocida localidad de Duaba, en el oriente cubano.

Pero pocos cubanos, saben de su existencia, como acaso intuyo muchos chilenos no tendrán tampoco ninguna referencia histórica para este valioso coterráneo que diera su vida en la última y decisiva contienda libertadora cubana contra el dominio español.

Hasta donde se sabe, Pedro Vargas y Sotomayor, ostentaba al incorporarse a las huestes insurrectas, el grado de teniente de la Armada de Chile. Ciertamente este dato no ha sido posteriormente verificado en los registros al uso que esa institución chilena guarda, y quizás esta breve reseña que hoy esbozamos, sirva de acicate a otros amantes de los hechos históricos en la patria de O’Higgins, para echar luz sobre el particular.

Lo que si obra en los registros cubanos es que fue recibido en la tropa de Antonio Maceo con el grado de coronel, y junto aquel hizo toda la Campaña de Occidente. Justo al formarse la columna invasora que recorrió Cuba de oriente a occidente, fue nombrado Jefe Instructor.

Sus avatares guerreros son de una nombradía increíble, y su participación en más de un combate de la época (Mal Tiempo, Hoyo Colorado y otros), resultó decisiva, al frente de un regimiento de tiradores. Sirva de ejemplo una referencia a una de aquellas contiendas:
En la comprometida acción de Las Taironas, el coronel Vargas Sotomayor decide la acción. Hay un momento en que el Titán de Bronce comprende lo difícil de la pendencia y que sólo podía decidirla el arma de infantería. El coronel Vargas Sotomayor con doscientos tiradores sobre una eminencia poblada de encinas, envía un aguacero de plomo a los infantes y jinetes de la fuerza española parapetados en la zanja de la carretera. Vargas los saca de allí y los obliga a retirarse(…)(3)
Por sus incontables méritos guerreros, Vargas y Sotomayor fue ascendido a General de Brigada tan pronto como el 8 de febrero de 1896, y se contaba como uno de los auxiliares mejor dotados del General Maceo.

Sus desempeños fueron intachables hasta que un suceso extemporáneo vino a interponerse fatalmente entre sus obligaciones guerreras y su propia existencia: el amor. Cuentan los que saben que ya en la región más occidental de Cuba, la actual provincia de Pinar del Río, se enamoró perdidamente de una “guajirita vueltabajera”; y tristemente su pasión no fue correspondida.

A resultas de aquella infortunada experiencia, afirma nuestra fuente, enloqueció sin remedio, y en aquel triste estado fue presa de una comprometida sorpresa del enemigo en su campamento de Tapia, en los minutos en que Maceo acometía la famosa Trocha de Mariel, que guardaba el paso a la región más occidental de Cuba.

Completamente enajenado, el recio General halló según algunas fuentes la muerte en las Lomas del Rubí, otros testigos señalan el infortunado suceso en otras locaciones de la misma zona a saber: en la finca Oleaga en la zona de Bahía Honda, o en el campamento de la Madama, barrio de Ceiba, en el término de Cabañas. El hecho sigue siendo incierto, aunque en aquel minuto el teniente Isidoro Noriega, panameño que vino con Maceo en la goleta Honor, hubiera sabido localizar el sitio….una loma de la Finca Boncourt….
A su deceso, que ocurriría presumiblemente en noviembre de 1896, el Jefe del Estado Mayor de Maceo, anotaría en su diario:
nadie de su tierra ha preguntado por él jamás: ni deudos ni amigos, ¿estaría sólo en el mundo? ¡Pobre Sotomayor!... Ahora sería muy difícil encontrar sus míseros despojos, enterrados en la soledad de la manigua, no se sabe por quién, sin cruz, ni montón de piedras que señale el reducido promontorio a los amigos que fueran a exhumarlos(4)
Luego nada más se dijo de aquel aguerrido chileno, su historia jamás aireada más allá de los registros históricos, no tuvo una necesaria clarificación luego de cerrado el capítulo guerrero en 1898, nadie reclamó en Chile sus haberes, ni:
los cubanos le han preguntado a Chile el historial académico de dicho oficial de su Ejército, único de aquel país que alcanzó el grado de general en nuestra tropa libertadora(…)(5)
Creo si dudas, que bien valdría volver sobre el hecho y no olvidar jamás: “al jefe de los tiradores de Maceo, al joven chileno, corajudo y capaz que se volvió loco por el amor a una campesina vueltabajera"(6).

Los datos para este esbozo biográfico los tomamos del libro Penumbras del Recuerdo de Antonio Iraizoz, editado en La Habana en 1948, y en específico del apartado titulado “El Brigadier chileno que murió de amor”.

El dato no parece ser veraz, según acota el ya citado Iraizoz, quien lo ve llegando a Cuba en fecha posterior: el 22 de septiembre de ese mismo año.


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  1. Los datos para este esbozo biográfico los tomamos del libro Penumbras del Recuerdo de Antonio Iraizoz, editado en La Habana en 1948, y en específico del apartado titulado “El Brigadier chileno que murió de amor”.
  2. El dato no parece ser veraz, según acota el ya citado Iraizoz, quien lo ve llegando a Cuba en fecha posterior: el 22 de septiembre de ese mismo año.
  3. Penumbras del Recuerdo Op cit. p. 161
  4. Ibíd. p. 163
  5. Ibíd
  6. Ibíd. p. 164

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