La presencia del as de la aviación norteamericana en Cuba en 1928, coincidió, con la del presidente Coolidge, tan cacareada últimamente, por haber sido la última visita de un mandatario yanquee a Cuba, hasta que Obama, cerrara el ciclo de casi una centuria.
Pero mientras Coolidge arribaban desde el norte, en la mañana, por mar, en el Texas(1); Linbergh llegaba aquel 8 de Febrero, desde el sur, en la tarde, por aire, a bordo de su flamante Spirit of Saint Louis, en vuelo desde Haiti.
No es cierto por tanto, como hemos leído en la prensa cubana(2), que fuera parte del entourage presidencial que desembarcó por el puerto de La Habana, a no ser, como ya hemos visto, que gozara del don de la ubicuidad…
El reporte de su vuelo a la Isla se conserva en una añoso National Geographic Magazine fechado en mayo de aquel año, y es parte de un extenso artículo con maravillosas fotos titulado: A Bogotá ida y vuelta por aire(3), con el que el propio Lindbergh testimoniara su periplo de 9500 millas desde Washington, pasando por treces naciones latinoamericanas.
Lidbergh atestigua el avistamiento de la Isla de Cuba, y el vuelo que prosiguió por su costa sur hasta aterrizar en la capital cubana cuando apunta:
A las 9 y 20 de la mañana estaba ya sobre la parte oriental de Cuba. Debajo yacía una vegetación semitropical alternada por pequeños campos y plantaciones de plátanos. Una millas más al sur, vi a lo largo de la costa una cadena de montañas elevándose cientos de pies bajo la altitud de mi avión. Hacia el norte estaba el Valle de Guantánamo cubierto con campos de caña de azúcar. Aquí el país luce poco habitado y muy pocos pueblos estaban a la vista(…) Volé sobre el río Cauto. Diez millas atrás, hacia el sur, estaba el Gofo de Guacanayabo. Las llanuras se extendían muchas millas tierra adentro hacia las montañas divisables en el horizonte. A lo largo de la costa vi miles de aves acuáticas que huían en pánico de mi avión(…) Volé por el interior de Cuba sobre muchas plantaciones de caña y muchos buenos lugares para aterrizar. A las 3.40 de la tarde ya estaba sobre La Habana(4).
La estancia del célebre aviador en capital de Cuba se extendió hasta el día 13. Su visión de la ciudad la reflejaba igualmente en el artículo que venimos citando cuando acota:
Esta bella ciudad ha sido muy agradable para mí. Está llena de norteamericanos. Sus negocios y relaciones sociales con nuestra tierra me lució muy cercana. En su aeropuerto vi los grandes aviones de tres motores que hacen los viajes diarios entre La Habana y Cayo Hueso(5).
Lindbergh fue agasajado por todo lo alto. Como lo testimonian las fotos que acompañan esta reseña, fue condecorado por el propio presidente Machado con la Gran Cruz de la Orden de Carlos Manuel de Céspedes, “el más alto honor que Cuba otorga”(…) conferida a sólo otras seis personalidades”(6).
En otro minuto, en un acto transcurrido en el Parque Central, el acalde de turno, le entregaba a su vez las Llaves de la Ciudad de la Habana ante una enorme concurrencia allí reunida. (Ver foto)(7)
La despedida desde la capital cubana es igualmente reseñada por Lindbergh en su crónica de viaje:
Era el 13 de febrero cuando despegué de La Habana. Era un significativo aniversario para mí. Había despegado, exactamente dos meses antes desde el aeropuerto de Bolling con rumbo a Ciudad México. Se cumplía un año desde que relizara mi último vuelo como piloto de correo entre San Luis y Chicago(8).
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- La foto que testimonia ese minuto que adjuntamos a esta reseña junto a otras alusivas a la presencia de Lindbergh tiene el siguiente pie de foto: La Habana saluda al presidente Coolidge a su arribo en el Texas para el Congreso Panamericano de 1928./Mientras los delegados de Estados Unidos, México y varias de la repúblicas latinoamericanas sesionaban en la capital cubana, discutiendo sus relaciones políticas y económicas, el Coronel Lindbergh llegaba por el sur.
- Ver al artículo de Ciro Bianchi Ross, titulado: Cal, el Callado, publicado en el diario Juventud Rebelde el domingo 27 de marzo de 2016
- To Bogotá and Back By Air by Col.Charles A. Lindbergh. The National Geographic Magazine. Vol LIII, No. 5. May, 1928 pp.530-602
- Ibíd. p.599
- Ibíd. p.600
- Ibíd. “Presidente de Cuba condecora al piloto”. Pie de foto. p.601
- Ibíd. El pie de foto correspondiente dice: “El aviador recibe las Llaves de la Ciudad de la Habana. Ante una entusiasta concurrencia en el Parque Central, el alcalde Gómez hace la entrega al Coronel Lindbergh.”
- Ibíd. p601
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