Sunday, February 26, 2017

En Memoria de Pedro Assef (por Manny López)



Quisiera volver a esas madrugadas hablando por teléfono con Pedro Assef hasta el amanecer. Yo, desde aquella casita en Miami Springs. Pedro, desde un pueblito que ahora no recuerdo. Lo que si recuerdo es que su cuarto tenía vista a un viejo cementerio. Oíamos música, leíamos poesía, nos reíamos de las locuras de un poeta que ambos admirábamos. Todo eso es ahora una memoria borrosa.

Un día me reclamó:

¿Qué pasó con aquel niño bueno lleno de ternura?

No, ahora no es el momento de responderte.

Creo que los dos dejamos de reírnos en las madrugadas. No volvimos a quedarnos dormidos con el teléfono en mano mientras aquellas canciones que no recuerdo ahora, sonaban una y otra vez…

Pedro, no volvimos a leernos poesía. Eso terminó haciéndonos mucho daño.

Esta mañana leo estos poemas tuyos en voz alta por toda la casa, pero sé que es imposible echar atrás el tiempo.


La nana imposible

Era un niño triste
y una golondrina
y un señor oscuro
y un hada madrina

Los cuatro vivían
en la misma casa
y se protegían
del tiempo que pasa

El hada envolvía
las cosas en oro
cuidadosamente
con sumo decoro

guardaba esperanzas
cielos estrellados
rosas muy antiguas
dragones callados

el señor y el niño
se iban a pasear
en las tardes largas
al filo del mar

todo era el poema
lo que no se dijo
lo que dios callaba
entre padre e hijo

y la golondrina
cuidaba la casa
de las cosas frías
del tiempo que pasa


Elogio y olvido de la muerte

He visto a la muerte la he tocado
hemos estado juntos
Entre mis dedos
la muerte era pequeña y fatal
pero la he regresado a los que no reconozco
a los hombres sin fe
a las criaturas frías
a las flores soberbias de la noche
Ya te he cantado muerte
ya he puesto tu ceniza en mis versos
Este poema es tu elogio y tu olvido
No he de nombrarte más
Voy a escribir del humo
de la espera infinita del mar


Los  epigramas  

1
Gracias Señor  por no ofrecerme  /  la gloria de la literatura
porque  si  no / quién sabe
si  podría  estar  aquí  /  sosteniendo la forma de su pecho
mirando
como se van cayendo las estrellas

2
Siempre  es  igual  el  sexo
uno  abajo  otro  arriba
unas  cuantas  palabras  de placer
un  minuto  de  gloria
siempre  es  igual  el sexo
uno  arriba  otro  abajo

Tan  extraño  el  amor

3
He  pasado  por  los  versos  en  silencio
sin  mover  las  palabras
sin  pronunciar  tu nombre
sin  sentirte
con  miedo  a  que  te  salgas  del poema
y  regreses  a  mí

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