Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti),
quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un
tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia,
programa académico extenso de 45 semanas, en la Humboldt
International University. Los libros de la Dra. Christina
Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace.
Para información e inscribirse en el programa puede acceder en este enlace. Para comunicarse puede escribir a Universidaddelafamilia.miami@gmail.com
La función del padre en la familia
Cuando hablamos de la función del padre en la familia viene a nuestra mente una serie de actividades que algunos padres maternizados ejecutan con placer diariamente; llevar los niños al colegio, tal vez bañarlos, ayudar con sus deberes escolares, tareas extracurriculares, cambiar pañales, jugar o preparar el desayuno.
Sin embargo hoy quisiera profundizar y hablarles de la función paterna desde el punto de vista de la psicología, antropología y los aportes del psicoanálisis. Me refiero a la importancia de la función paterna en la estructuración del psiquismo humano durante los primeros 6 años de vida. Qué significa y de qué manera contribuye a la inserción futura del pequeño en la sociedad. Sociedad de nivel civilizatorio que exige observar prohibiciones y reglas con el fin de asegurar la supervivencia y la salud de todos.
Sin desmedro de la función por excelencia de la madre, durante los años fundacionales de la vida humana, pasaré a reivindicar la función paterna. Una función desvalorizada hoy en día en que las diferencias sexuales han pasado de moda. Me serviré, a tal efecto, de las teorías del psicoanalista y psiquiatra francés Jacques Lacan quien desarrollara el concepto.
A continuación, intentaré explicar con ejemplos claros uno de los temas más relevantes y profundos de la complejidad humana.
Junto con la civilización, surge familia. La estructura de la misma es concebida como un triángulo cuyos lados, madre, padre e hijo cumplen diferentes roles. En este sentido mamá prodiga la ternura, y el padre establece la ley. Aquí surge lo que Lacan denomina, ley del padre, función paterna o metáfora paterna, la cual posibilita la incorporación de los valores de la cultura en el niño.
Que el padre establezca la ley significa que, luego de aceptar con felicidad que su esposa se dedique al pequeño durante los primeros meses de su vida extrauterina deberá, emprender, luego, una serie de conductas para desprenderla, poco a poco, del vínculo simbiótico y necesario creado con el hijo/hija. Si es varón, pasará mayor tiempo con él. Más adelante, le enseñará a jugar a la pelota, ver un partido de béisbol, pescar, evitar que duerma en la cama con mamá. Y aquí se presenta el segundo hito fundamental de la función paterna relacionado con la salida exogámica de los individuos en la civilización. Mediante esa prohibición amorosa le dice al hijo mamá es mi mujer, tú encontrarás pareja fuera del hogar cuando crezcas.
Debemos comprender que la madre es el primer amor para varones y mujeres, por lo tanto las características simbióticas de dicho vínculo o díada materna lleva a la madre a sentir al hijo/hija como una prolongación de su propio cuerpo. Vástago proveedor de inmenso placer y narcisismo, y que se constituye, inmediatamente y por lo mismo en un apéndice materno. El ejercicio de la ley del padre, permitirá que el niño se transforme en un sujeto que desea y no solamente un objeto deseado por mamá. La ley del padre lo ubica en la cadena significante del lenguaje donde puede enunciarse a través de un nombre, dentro de un orden familiar predeterminado. Soy Luisito, hijo, hermano, sobrino, etc. De la misma forma que sujeto, verbo y predicado ocupan un lugar en la oración para que el lenguaje haga sentido. Escisión o clivaje, precisa e integradora del sujeto en sociedad.
Desde el punto de vista antropológico, la salida exogámica o prohibición del incesto se encuentra en la base de las sociedades humanas. Con algunas excepciones bíblicas e históricas ocurridas durante el período fetichista de la humanidad, (antiguo Egipto, Persia y el pueblo Inca), constituye una regla universal mediante la cual, la naturaleza se supera a sí misma. Creando, de esta manera, una estructura más compleja que la simple de la vida animal. Por más que el hijo varón quiera permanecer bajo el regazo de mamá y ella consienta, deberá comprender que, su futuro en sociedad, se encuentra signado por la elección de una mujer ajena al hogar. A pesar que, en la selva o en comunidades primitivas esta prohibición pueda no existir casi todas las culturas del planeta han observado y observan el tabú del incesto. De acuerdo con el antropólogo Levi-Strauss, dicha prohibición constituye el pasaje de la naturaleza a la cultura. Con el surgimiento de la civilización y la familia, producto de la monogamia, el padre pasa a ser la figura portadora de esa prohibición expresada en el tabú.
Un aspecto medular de esta dinámica y que se articula con la prohibición del incesto, es la identificación. Mediante la misma el varoncito se identificará con el padre, por su parte la niña deberá identificarse con la figura femenina. Significa copiar sus conductas. En este caso puede permanecer más cerca y por más tiempo con la madre que el varón, ir a la peluquería, a las tiendas más allá de los seis años, momento que, como Freud lo explica, culmina el complejo de Edipo. Sin embargo, necesitará también la correspondiente distancia del padre. Un papá debe establecer la ley del padre para con él mismo frente a sus hijas. Una pequeña de 5 años le dice a su papá, Cuando yo sea grande me casaré contigo porque mami será anciana. En algunos países latinoamericanos es bastante común que los papás utilicen el sustantivo novia al referirse a sus hijas. Sin duda, la familia humana conserva resabios atávicos de aquel tiempo primitivo. De aquel hombre que alguna vez fuimos y que, en aras del desarrollo social y la supervivencia de la especie, hemos tenido que superar.
De qué manera establecer o asegurar para el desarrollo del niño, el ejercicio de la función paterna en el caso de mujeres viudas, madres solteras, divorciadas o cuyos esposos tengan una profesión que los aleja del hogar por períodos prolongados. Frente a las dos primeras opciones pueden encontrar en el propio padre, hermano, tío, sacerdote, un referente. Tal vez una pareja. Dependiendo, claro está, de la calidad de la persona y el vínculo que establezca con el hijo. De igual forma, si el esposo viaja con frecuencia, pueden hacer valer al padre desde el discurso. Desde Las palabras. En caso de reprender al niño, le recuerdan qué diría tu papá si te viera o papá no aprobaría esa conducta.
Por último diremos que, desde el punto de vista matemático la función implica un vacío. Implica un nivel simbólico. En este sentido y como explicamos más arriba, la función paterna puede ser ejercida por una figura, preferentemente, masculina que separe a la madre del niño. Que introduzca un tercero en la relación materno-infantil. Un límite al deseo de la madre. División positiva que transmite e incluye la ley del otro. En este sentido y en ausencia del padre y de las relaciones compensatorias sugeridas más arriba, la ley del padre puede provenir, para los creyentes, de la idea de Dios, incluso la Iglesia. Por supuesto que la lógica nos indica que debiera provenir de un padre biológico o adoptivo unido por lazos de amor a la madre. Dentro de una pareja cuyos integrantes cumplen diferentes roles. Igualdad complementaria entre varones y mujeres en lugar de igualdad dilemática como ha querido imponer el feminismo. Vale decir, Igualdad de choque y de pelea con el fin de prevalecer y demostrar la supremacía del más fuerte. Darwinismo social aplicado a la pareja. Grave error!
Es así que la omnipotencia feminista, nos ha llevado a creer que las mujeres lo podemos todo sin permitir el acceso de un tercero. El acceso del varón en nuestras vidas. Aquel que contribuye con su diferencia y se complementa con nosotras. Ley eterna del Universo. Opuestos complementarios. Es verdad que la violencia de género, el machismo persistente han contribuido a esta situación. Sin embargo, en materia de hijos, deberemos hacer un paréntesis. Pensar. Decidir lo mejor para ellos y reflexionar antes de traerlos al mundo.
El gran desafío de los próximos años será ver que resulta de una sociedad sin padre, sin ley, sin límites claros y sin diferencias ostensibles de género. Algo de ese futuro ya se encuentra entre nosotros.
Muchas gracias y hasta el próximo artículo.
Sin embargo hoy quisiera profundizar y hablarles de la función paterna desde el punto de vista de la psicología, antropología y los aportes del psicoanálisis. Me refiero a la importancia de la función paterna en la estructuración del psiquismo humano durante los primeros 6 años de vida. Qué significa y de qué manera contribuye a la inserción futura del pequeño en la sociedad. Sociedad de nivel civilizatorio que exige observar prohibiciones y reglas con el fin de asegurar la supervivencia y la salud de todos.
Sin desmedro de la función por excelencia de la madre, durante los años fundacionales de la vida humana, pasaré a reivindicar la función paterna. Una función desvalorizada hoy en día en que las diferencias sexuales han pasado de moda. Me serviré, a tal efecto, de las teorías del psicoanalista y psiquiatra francés Jacques Lacan quien desarrollara el concepto.
A continuación, intentaré explicar con ejemplos claros uno de los temas más relevantes y profundos de la complejidad humana.
Junto con la civilización, surge familia. La estructura de la misma es concebida como un triángulo cuyos lados, madre, padre e hijo cumplen diferentes roles. En este sentido mamá prodiga la ternura, y el padre establece la ley. Aquí surge lo que Lacan denomina, ley del padre, función paterna o metáfora paterna, la cual posibilita la incorporación de los valores de la cultura en el niño.
Que el padre establezca la ley significa que, luego de aceptar con felicidad que su esposa se dedique al pequeño durante los primeros meses de su vida extrauterina deberá, emprender, luego, una serie de conductas para desprenderla, poco a poco, del vínculo simbiótico y necesario creado con el hijo/hija. Si es varón, pasará mayor tiempo con él. Más adelante, le enseñará a jugar a la pelota, ver un partido de béisbol, pescar, evitar que duerma en la cama con mamá. Y aquí se presenta el segundo hito fundamental de la función paterna relacionado con la salida exogámica de los individuos en la civilización. Mediante esa prohibición amorosa le dice al hijo mamá es mi mujer, tú encontrarás pareja fuera del hogar cuando crezcas.
Debemos comprender que la madre es el primer amor para varones y mujeres, por lo tanto las características simbióticas de dicho vínculo o díada materna lleva a la madre a sentir al hijo/hija como una prolongación de su propio cuerpo. Vástago proveedor de inmenso placer y narcisismo, y que se constituye, inmediatamente y por lo mismo en un apéndice materno. El ejercicio de la ley del padre, permitirá que el niño se transforme en un sujeto que desea y no solamente un objeto deseado por mamá. La ley del padre lo ubica en la cadena significante del lenguaje donde puede enunciarse a través de un nombre, dentro de un orden familiar predeterminado. Soy Luisito, hijo, hermano, sobrino, etc. De la misma forma que sujeto, verbo y predicado ocupan un lugar en la oración para que el lenguaje haga sentido. Escisión o clivaje, precisa e integradora del sujeto en sociedad.
Desde el punto de vista antropológico, la salida exogámica o prohibición del incesto se encuentra en la base de las sociedades humanas. Con algunas excepciones bíblicas e históricas ocurridas durante el período fetichista de la humanidad, (antiguo Egipto, Persia y el pueblo Inca), constituye una regla universal mediante la cual, la naturaleza se supera a sí misma. Creando, de esta manera, una estructura más compleja que la simple de la vida animal. Por más que el hijo varón quiera permanecer bajo el regazo de mamá y ella consienta, deberá comprender que, su futuro en sociedad, se encuentra signado por la elección de una mujer ajena al hogar. A pesar que, en la selva o en comunidades primitivas esta prohibición pueda no existir casi todas las culturas del planeta han observado y observan el tabú del incesto. De acuerdo con el antropólogo Levi-Strauss, dicha prohibición constituye el pasaje de la naturaleza a la cultura. Con el surgimiento de la civilización y la familia, producto de la monogamia, el padre pasa a ser la figura portadora de esa prohibición expresada en el tabú.
Un aspecto medular de esta dinámica y que se articula con la prohibición del incesto, es la identificación. Mediante la misma el varoncito se identificará con el padre, por su parte la niña deberá identificarse con la figura femenina. Significa copiar sus conductas. En este caso puede permanecer más cerca y por más tiempo con la madre que el varón, ir a la peluquería, a las tiendas más allá de los seis años, momento que, como Freud lo explica, culmina el complejo de Edipo. Sin embargo, necesitará también la correspondiente distancia del padre. Un papá debe establecer la ley del padre para con él mismo frente a sus hijas. Una pequeña de 5 años le dice a su papá, Cuando yo sea grande me casaré contigo porque mami será anciana. En algunos países latinoamericanos es bastante común que los papás utilicen el sustantivo novia al referirse a sus hijas. Sin duda, la familia humana conserva resabios atávicos de aquel tiempo primitivo. De aquel hombre que alguna vez fuimos y que, en aras del desarrollo social y la supervivencia de la especie, hemos tenido que superar.
De qué manera establecer o asegurar para el desarrollo del niño, el ejercicio de la función paterna en el caso de mujeres viudas, madres solteras, divorciadas o cuyos esposos tengan una profesión que los aleja del hogar por períodos prolongados. Frente a las dos primeras opciones pueden encontrar en el propio padre, hermano, tío, sacerdote, un referente. Tal vez una pareja. Dependiendo, claro está, de la calidad de la persona y el vínculo que establezca con el hijo. De igual forma, si el esposo viaja con frecuencia, pueden hacer valer al padre desde el discurso. Desde Las palabras. En caso de reprender al niño, le recuerdan qué diría tu papá si te viera o papá no aprobaría esa conducta.
Por último diremos que, desde el punto de vista matemático la función implica un vacío. Implica un nivel simbólico. En este sentido y como explicamos más arriba, la función paterna puede ser ejercida por una figura, preferentemente, masculina que separe a la madre del niño. Que introduzca un tercero en la relación materno-infantil. Un límite al deseo de la madre. División positiva que transmite e incluye la ley del otro. En este sentido y en ausencia del padre y de las relaciones compensatorias sugeridas más arriba, la ley del padre puede provenir, para los creyentes, de la idea de Dios, incluso la Iglesia. Por supuesto que la lógica nos indica que debiera provenir de un padre biológico o adoptivo unido por lazos de amor a la madre. Dentro de una pareja cuyos integrantes cumplen diferentes roles. Igualdad complementaria entre varones y mujeres en lugar de igualdad dilemática como ha querido imponer el feminismo. Vale decir, Igualdad de choque y de pelea con el fin de prevalecer y demostrar la supremacía del más fuerte. Darwinismo social aplicado a la pareja. Grave error!
Es así que la omnipotencia feminista, nos ha llevado a creer que las mujeres lo podemos todo sin permitir el acceso de un tercero. El acceso del varón en nuestras vidas. Aquel que contribuye con su diferencia y se complementa con nosotras. Ley eterna del Universo. Opuestos complementarios. Es verdad que la violencia de género, el machismo persistente han contribuido a esta situación. Sin embargo, en materia de hijos, deberemos hacer un paréntesis. Pensar. Decidir lo mejor para ellos y reflexionar antes de traerlos al mundo.
El gran desafío de los próximos años será ver que resulta de una sociedad sin padre, sin ley, sin límites claros y sin diferencias ostensibles de género. Algo de ese futuro ya se encuentra entre nosotros.
Muchas gracias y hasta el próximo artículo.
Christina
A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio.
Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN
Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad
Holística.
Fundadora/Directora del programa académico Universidad de la Familia, Ahora Sí, Miami 2016.
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