por Yusarys Benito Deliano
Camagüey, 6 de julio (AIN)
Dicen los amigos de Ileana Sánchez Hing y Joel Jover Llenderrosos, reconocidos artistas de la plástica, que aquel que logre pasar el arco de la sala puede considerarse amigo de la familia. Puede ser un mito, tal vez, por la singularidad de la casa o por la peculiaridad de estos camagüeyanos para escoger a las personas más cercanas, pero lo cierto es que cuando conversas con ellos se rompe la mística que la sociedad recrea en su imaginario.
"A veces las personas nos ven un poco lejanos y piensan que somos muy selectivos, en realidad llevamos una vida cotidiana, solo realizamos el trabajo que nos gusta. Hay gente en la ciudad que necesita de ese pedacito de cultura que nosotros hacemos, por eso seguimos aquí junto a los nuestros", explica Joel Jover.
La labor Ileana y Joel es reconocida en todo el mundo; sin embargo, no pueden dejar de emocionarse cuando se refieren a la tierra que los vio nacer. "Yo me siento más camagüeyana que un tinajón; para mi Camagüey es un romance, una relación de amor y odio, porque no puedo dejar de tenerla. La amo profundamente, mi ciudad es única", comenta esta mujer principeña.
En tanto Joel espera su turno para responder la interrogante. "Soy de Nuevitas; siempre soñé con vivir en esta ciudad, en una casa colonial porque lo que más disfruto es la arquitectura de la ciudad. Me enorgullece ser parte de Camagüey; no me imagino viviendo en otra parte de Cuba, ni fuera del país", comentaba orgulloso junto a su esposa.
El amor parece la cura a los problemas mientras ella cuanta con una sonrisa en el rostro que Joel le lleva todas las mañanas el café a la cama excepto cuando están de viaje. Además, defiende con recelo el momento de reunión familiar en el horario de las comidas. Es un momento para estar juntos y hacer uso de las buenas costumbres, insiste.
Para ellos los amigos son una gran familia aunque no tengan la misma sangre. Agregan que los quieren mucho y comparten en tertulias cualquier tema de la vida cotidiana y eso los hace feliz.
Desde el inicio de esta conversación hubo un mensaje claro de amor "todo en la vida lleva una dosis de amor, si no se hace a regañadientes, en contra de voluntad. En el sector artístico los verdaderos sentimientos son importantes porque le transmites cosas buenas a la gente”.
“Cuando a uno se le aflojan las piernas o le duele la cabeza a la hora de coger el pincel, uno reflexiona y pone todo el corazón … por amor”, suma su criterio la mujer que lo acompaña por más de treinta años y regala una visión diferente del amor en tiempos donde la vida es tan agitada.
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