La historia de un hasta aquí poco aireado affaire romántico de un muy joven Hemingway, por entonces incipiente aprendiz de cronista para el diario Kansas Star, con una por entonces ya conocida actriz del cine mudo norteamericano: Mary Wayne Marsh (1895-1968), es una página que ha quedado relegada como contenido, a los entresijos de las cartas cruzadas de Hemingway(1), un material bibliográfico salvado para toda posteridad, y una fuente de riquísimas honduras en la vida del autor de Fiesta.
Todas las referencias a esta primera experiencia se recogen en epístolas firmadas por Hemingway. Por aquellas, sabemos en primera persona, los alcances de esa tal relación que viene marcada empero por un signo de misterio y hasta de signo contradictorio, dado el hecho de que muchos críticos toman esta historia como un gran fake hemingwayano.
Lo cierto es que las misivas de Hemingway a su hermana Marcelline, su mas cara confidente, y a otros amigos, demuestran por su propias palabras, que el muy joven prospecto de escritor, tenia algo mas que un imaginario affaire con la enigmática diva, oigámoslo en su propia voz, en carta a un colega del Kansas Star, desde New York:
Esto nos es para publicarlo pero he salido varias veces con Mae y mañana saldremos a cenar. Ya he gastado hasta el ultimo centavo. La señorita Marsh dice y no es en broma que me ama. Yo le sugerí la pequeña iglesia al doblar de la esquina(2), pero ella como yo piensa que no le es atractiva la idea de quedarse viuda. De hecho ya invertí en un anillo, los 150 dólares que me dio Pop, así que estoy comprometido de cualquier manera. Y también en bancarrota.(…) Pero como sea mi muchacha me ama y me dice que seré un famoso periodista, y que esperara por mi. Entonces, todo al diablo, Bill, y quizás con suerte gane una buena comisión. Oh, ella es una magnifica mujer. Demasiado buena para mi. Le puedes decir a Punk Wallace de que estoy comprometido. Pero por favor, no se lo digas a la pandilla (…)(3).
Pero la noticia se expandió como la pólvora, y no se sabe como, llego a oídos de su madre Grace. Aquella, con la enorme preocupación ante un hecho tan definitorio para la vida de su joven vástago, le escribió de inmediato alarmadísima: “piénsalo muy bien antes de cometer el error de casarte a los 18”(4).
Mas la sangre no llegaría finalmente al río.
Leemos no sin sorpresa que ya tan pronto como en septiembre de 1918, Mae Marsh se casaba oficialmente con Lee Armes en Nueva York. Amen de que muchos años después al ser preguntada sobre Hermingway, dijo que “lamentaba mucho no haberlo conocido"(5).
Lo que queda de la historia es pues el testimonio del joven cronista a terceros, no hay evidencias de las cartas que supuestamente le dedicó a su enamorada, ni de las respuestas de ella. El vacío de tales evidencias sirve perfectamente como leña propicia a las especulaciones que han podido tejerse al respecto, y deja al lector en la entera libertad de believe it or not, y sacar del asunto sus propias conclusiones.
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- Referiremos a la importante recopilación editada por Sandra Spanier y Robert W. Trogdon: The Letters of Ernest Hemingway (1907-1922) Volume I. Cambridge University Press, NY, 2011.
- Se trataba de la Iglesia de la Transfiguracion construida en en 1849 y localizada en la calle 29 del Este, contaba enre sus paroquianos a muchos artistas de teatro y era un sitio muy popular para las bodas. Ibid. p.99
- Ibid. To Dale Wilson (19 de mayo de 1918). pp104-105.
- Ibid. En JFK. Citado por Griffin, 57-60
- Ibid p.106 Notas a la carta a Dale Wilson
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