Friday, December 29, 2017

En memoria de Angélica Serrú Balmaceda


por Rubén Rodríguez González
Periódico Ahora. Holguín


“Si la insistencia y la tenacidad son defectos, esos son mis mayores defectos. Yo estoy feliz con lo que he hecho”, me comentó en 1997 la destacada promotora cultural y pedagoga Angélica Serrú Balmaseda, quien falleciera el pasado 23 de diciembre, en Estados Unidos, donde residía, junto a su hija y nietos, desde hace unos años.

Angélica Serrú es una figura ligada indiscutiblemente al desarrollo cultural en Holguín, especialmente el ballet, a cuya promoción y fomento dedicara más de cincuenta años.

Con esa dama dulce y enérgica, de porte regio y espíritu elevado, tuve la oportunidad de compartir en varias ocasiones, con motivo de trabajos periodísticos que la involucraban a ella o a alguno de sus múltiples proyectos, o en las abundantes celebraciones artísticas habituales en la Ciudad de los Parques.

La Serrú había estudiado el bachillerato en la escuela protestante Los Amigos, de esta ciudad, donde se vinculó desde muy joven al arte, actuando como solista y acompañante de cantantes locales y concertistas. Ya desde esa época, comenzó a simultanear las actividades educacionales y culturales.

Entre 1945 y 1950 formó parte del Coro Polifónico e integró las directivas de las sociedades Coral y Filarmónica. Entre 1950 y 1958, estuvo entre los fundadores de la Primera Escuela de Ballet, devenida Segunda Escuela de Ballet, al convertirse en sucursal de la Academia de Ballet de Alicia Alonso de La Habana.

Más adelante, en 1962, fundó la Tercera Escuela de Ballet en Holguín, la que lograra alcanzar el nivel medio y que desapareció después de su jubilación. Que Alicia Alonso les permitiera utilizar su nombre para la academia era honor del que no pocas veces se enorgulleciera Angélica.

En 1963 constituyó la Cátedra de Música del Instituto Preuniversitario, donde su labor educativa logró resultados notables, al fundar su coro polifónico. También apadrinó las agrupaciones corales del Ministerio del Interior, el Batallón femenino y de Educación.

Cinco años más tarde, pasó a dirigir la especialidad de música conjuntamente con la de ballet, en la otrora Escuela de Arte, germen de la Escuela Raúl Gómez García, al unificarse sus tres especialidades.

Posteriormente fungió como coordinadora de la Enseñanza Artística en la provincia, desde 1974 hasta 1980, cuando se jubila, aunque sigue realizando distintas tareas en el Ministerio de Cultura y Educación.

Entre 1996 y 1997 participó en la creación de la Academia de Ballet del Teatro Lírico Rodrigo Prats, y colaboró con la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y con el Consejo Provincial de las Artes Escénicas.

En el año 2001, fundó el Ballet de Cámara de Holguín, también apadrinado por Alicia Alonso. Durante años había abrigado Angélica ese propósito. En reportaje dedicado a una de las academias que creara (semanario ¡ahora! 27.12.1997), la Serrú declaraba: “Podemos fundar un ballet de cámara. El Teatro Lírico cuenta con cuerpo de baile y Codanza trabaja la danza contemporánea. Pero nosotros tenemos material humano para formar bailarines clásicos. Ya desde los años ‘70 Fernando Alonso declaró que la tercera compañía de ballet del país debería nacer en Holguín”.

Por sus relevantes méritos durante más de 50 años consagrados a la cultura, Angélica mereció más de medio centenar de órdenes y condecoraciones importantes, entre las que sobresalen la Distinción por la Cultura Nacional y las medallas de la Alfabetización, Raúl Gómez García, del Sindicato de la Cultura; el Hacha de Holguín, el Aldabón de la Periquera y el Escudo de la Ciudad, máximas distinciones locales. Angélica estuvo nominada, además, al Premio Nacional de Enseñanza Artística 2009, galardón que reconoce la dedicación y el esmero de profesores y personalidades en la formación de las nuevas generaciones de artistas y profesionales.

En el año 2006, se le dedicó la Semana de la Cultura holguinera, donde recibió con regocijo el título de Hija Ilustre. Conocedora de la integralidad del arte, Angélica me dijo en alguna de nuestras tantas charlas: “No puede haber una cultura sólida si no nos interesamos por todo. Si nos dedicamos a un solo objetivo, se estanca el resto”.

Angélica, quien cumpliera 101 años el pasado 1 de noviembre, compartió su vida y amor por las artes con el Dr. Diego García Benítez, quien perteneció a una ilustre familia holguinera y fue pionero de la Hipnosis en Cuba. Ambos fueron dedicados y sensibles promotores del arte y la cultura en el territorio.

Angélica Serrú mantuvo hasta sus últimos días contacto afectivo con la ciudad y sus instituciones artísticas, a los que dedicara su vida y esfuerzo.





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