Friday, February 16, 2018

En Memoria de Mario Guerrero (por Alejandro Meléndez)

Siento un bombo, mamita ...
Y el lobo hacia su entrada dispuesto a comerse a la abuelita ...


por Alejandro Meléndez
Miami, 15 de febrero de 2018


No puedo estar triste. No quiero estarlo. Leí la noticia: "Mario Guerrero Zabala, director general y artístico del Teatro Guiñol de Camagüey, falleció el 15 de febrero de 2018 a los 70 años de edad"  y me pregunté si sería verdad. Mario había partido dejándonos en un estado de desamparo e impotencia. Pero sé que él ahora quizás este rehaciendo el retablo para que Don Cristóbal pueda cortejar a Rosita o quizás dando los últimos retoques a su inmortal balada pues el cielo se va a caer y de prisa hay que decírselo al rey. La inmortalidad es eso, el que cuando ya no estés, la gente hable y sepa de ti, de lo que hiciste para dejar alguna huella en este mundo efímero y frágil.

No estoy triste ni tampoco quiero estarlo pues desearía recordar su paso por la vida contando anécdotas como si ahora mismo lo viera balanceándose en su sillón favorito con un cigarro consumiéndose entre sus dedos. Ese Mario que llamábamos de mil maneras y que creo que él supo reírse de ellos a escondidas. De su tiempo de abulia que nos resultó doloroso pues sabíamos que su talento no se había agotado, solo que un poco cansado había perdido fuerzas para continuar la batalla.

Nunca estaré triste porque Mario haya partido, sé que está bien, feliz, preparando el estreno de su penúltima puesta, pues nunca habrá tiempo de cerrar el telón. Quiero recordarlo trabajando incansablemente sin reparar en el sueño o en que no ha probado bocado. Solo necesita un trago de ron, porque quiero recordarlo así, dándose los “palos” y fumando sin cesar como si las ideas geniales le llegaran a través del humo o de esa agradable sensación que deja el alcohol en la garganta.

Por eso voy a brindar ahora mismo por ti, Mario y por Argentina, Nancy, Albio. Que sería de nosotros si ustedes no hubieran llegado antes para alegrarnos la vida y espantar esta tristeza que me toca hoy cuando ya no están. Enhorabuena, brindaré hasta que me alcance el ron de esta botella. 

Salud por todos ustedes.

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