Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo
de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti .
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Retrato de Marius Petipa, a los 9 años de edad,
en su debut como Savoyard, La Dansomani (1827)
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en su debut como Savoyard, La Dansomani (1827)
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Alphonse Victor Marius Petipa, nació en Marsella, Reino de Francia, el 11 de marzo de 1818. Sus padres eran bailarines: Jean Antoine fue solista y profesor y, su madre, Victorine Grasseau, destacó en roles de carácter, como gran trágica del ballet. Fue fundamentalmente la influencia materna lo que le acercó al estudio de la danza y del violín, desde su niñez.
Marius Petipa fue un gran apasionado de las danzas tradicionales españolas, sobre todo las andaluzas, tal como lo demuestran sus ballets Don Quijote y Paquita (ballet que eligió para su presentación en San Petersburgo), ambos con fuertes reminiscencias españolas. Descolló en los pasos de carácter e introdujo a la polca en la escena del ballet.
Marius Petipa fue un gran apasionado de las danzas tradicionales españolas, sobre todo las andaluzas, tal como lo demuestran sus ballets Don Quijote y Paquita (ballet que eligió para su presentación en San Petersburgo), ambos con fuertes reminiscencias españolas. Descolló en los pasos de carácter e introdujo a la polca en la escena del ballet.
Tras debutar en Bruselas en 1838, se perfeccionó con Auguste Vestris (bailarín francés, 1760-1842) y actuó por toda Europa como primer bailarín. Casi una década después (1847), tras haber pasado una temporada en París, decidió viajar a San Petersburgo, en donde trabajó durante 60 años. En ese período creó 55 ballets, realizó 21 ballets en colaboración y 37 coreografías para diversas óperas.
En 1858 fue nombrado maestro de baile del Ballet Imperial ruso, iniciándose su época más productiva. Aquí surgen las tres obras supremas de su carrera, todas con música de Piotr Ilich Tchaikovski: “El lago de los cisnes” (en colaboración con Lev Ivanov), “La bella durmiente” y “El Cascanueces”, que hasta el día de hoy forman parte del repertorio de todas las grandes compañías de ballet. A este período corresponden también las obras realizadas sobre partituras de Aleksandr Glazunov: “Raymonda”, “Las cuatro estaciones” y “Astucias de amor”.
El arte de Petipa estuvo marcado por el rigor técnico, la riqueza de medios y un sentido de la elegancia que huía de todo virtuosismo y de cualquier espectacularidad pomposa. Detestaba el acrobatismo de la escuela italiana y el lujo desanimado del tardío ballet francés. Intentó conservar y enriquecer la herencia romántica, llevando la tradición a sus más altos niveles. Reformó el papel del bailarín masculino y dio corporeidad diferenciada al hombre y a la mujer, de modo que se explotaran al máximo las propiedades anatómicas y enérgicas del bailarín. También, suprimió la figura del favorito (o favorita), tratando a todos con igualdad. En la redacción de sus coreografías era minucioso y científico, e iba escribiendo en una libreta las diversas evoluciones que la partitura exigía, incluyendo retratos y perfiles de las actitudes que imaginaba en los diversos personajes. El momento cúlmine de cada una de sus obras era el pas de deux entre los protagonistas, que empieza con un adagio a cargo de ambos bailarines, continua con las dos variaciones, una para ella y una para él, y acaba con un nuevo dúo, la coda, técnicamente muy exigente, que se resuelve en una pose entrelazada y estatuaria. Así pues, Petipa unió la tradición de la velocidad italiana con la herencia del elaborado adagio francés. Desde el punto de vista formal, el cambio en el rol del bailarín y la introducción del pas de deux como parte obligada de cualquier ballet, fueron los dos grandes aportes de Petitpa al mundo del ballet, además de sus maravillosas obras.
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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina).
Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María
Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad
de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de
Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como
Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de
Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com
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