La anécdota que hoy desgrano, la he encontrado referida en un ya ciertamente incunable de singular valía histórica, se trata del volumen Historia Local de Florida, que publicara Julio Álvarez Quijano, allá por el año de 1932.
Aludimos pues a un suceso de la Guerra de los Diez Años, en la persona de uno de aquellos deleznables bandidos, que asolaban a la población indefensa. Tal fue el caso del ya mentado Pedro González, que habiendo sido mambí, y alcanzando la confianza del Mayor Ignacio Agramonte, pues llegó a ser uno de sus ordenanzas, se volvió un miserable bandido, y empezó a asolar la zona del antiguo poblado de San Jerónimo, hoy Florida.
Oigamos pues de primera mano los tristes comienzos de aquel malhechor, contada por Álvarez Quijano en uno de los apartes de su libro ya citado:
Durante la Guerra del sesenta y ocho, Pedro González (…) se volvió Plateado y formó una partida con un tal Echemendía (de color) y los hermanos Eusebio y Prudencio Iraela estos dos Viscaínos y entre otras fechorías en esta Comarca asesinaron al Bodeguero de Vertientes (estero) Domingo Agüero, lo metieron en un saco, y lo echaron al agua, todo esto para robarlo(1).
Junto a otras bandas, que merodeaban por la zona: Los Mirabal, el Gago, Carne Puerco y Sotolongo, el ya citado Pedro González y sus compinches, eran muy buscados por las fuerzas del orden, léase la Guardia Civil. Las fuerzas cubanas, por su lado, y según se nos sigue narrando,
ya los venían persiguiendo por su fechorías, y con este motivo no solamente estas activaron su persecución sino también las de la Colonia, y antes de caer en poder de las primeras resolvió (Pedro González) presentarse en Santa Cruz, brindándose a servir de práctico para seguir y entregar a sus hermanos que luchaban por la Independencia(2)
Es allí, donde el traidor a la causa cubana, se vuelve un ardiente colaborador de las tropas españolas, y haciendo méritos a costa de su aviesa labor, termina la guerra, con los grados de coronel.
Enviado a la Península, continúa el relato que venimos refiriendo, fue destacado a la ciudad de Barcelona y allí:
Enviado a la Península, continúa el relato que venimos refiriendo, fue destacado a la ciudad de Barcelona y allí:
(…) con motivo de una revuelta que hubo (…) y siendo Capitán General el tristemente célebre para los Cubanos, Dn. Valeriano Weyler, este mandó a Pedro González a sofocarla, y fue tal el éxito obtenido que lo ascendió a General, cuya Banda se la colocó la Reina María Cristina (…)
El colofón a tan aciaga historia, de la que no tenemos más referentes, no pudiendo precisar si tan funesto personaje, volvería a estas tierras en su nueva condición, a seguir persiguiendo a sus paisanos, durante la Guerra del 95, la resume el ya mentado cronista Álvarez Quijano, cuando afirma del tan execrable Pedro González: “miserias de la vida: Bandido y Asesino en su País y General en el Extranjero"(3)
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- Historia Local de Florida. Julio Álvarez Quijano. Florida, Camagüey, 1932. p.394
- Ibíd. p. 395
- Ibid.
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