Ella escucha a Benny Moré
mientras los forasteros almuerzan
Alguien me pasa un caramelo blanco
como la mentira
Yo no he querido masticar su luz
que sabe a nada
y me he sentado
al revés de los banquetes pálidos
de la lengua
En Santa Isabel de las Lajas tiemblo
dejo que el Benny me acaricie
con su bastón de espuma
He visto un niño en este sitio
y un mendigo
y una mujer que aborta penas
Ellos se agarran duro de la suerte
para soñar que sueñan otro festín del cuerpo
quizás la mueca o magia de la boca
El Benny dice alma mía
mi rincón querido
y yo me entrego al signo de esperarlo
La muerte es permanencia sin palabras
Alguien baja la música
ordenan cruel silencio
pero un fantasma puede contra el hombre
disipar el milagro
Entonces vuelve el Benny
como quien nunca escapa
Y entona su banquete para otros.
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Nuvia Estévez nació en Puerto Padre, Cuba, 1971. Ha publicado, entre otros, los poemarios “Últimas piedras contra María Magdalena”, “Penancolía”, “Maniquí desnudo entre Escombros”, “Misterio de Clepsidras” y “Las muñecas, las putas, las estatuas”. Su obra aparece en varias antologías y en estudios sobre poesía cubana. Actualmente reside en el Sur de La Florida.
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