Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.
He observado y vivido en estos últimos tiempos cómo se está olvidando el gesto de darnos una mano y de retribuir de alguna manera un favor. El sujeto cada día pierde su esencia y se convierte en un ser mecánico y lastimosamente mezquino, donde pierde la calidad de los valores más hermosos para una convivencia igualitaria.
Es por eso, por lo que los hogares cada día se tornan disfuncionales, la relación de pareja deja de ser saludable, existen las infidelidades físicas y virtuales, las relaciones con los hijos prácticamente desaparecen. Lastimosamente en la actualidad los padres ven muy poco a sus hijos y la integración familiar está desapareciendo, podríamos decir que tanto los hijos como los padres están viviendo mundos diferentes donde los lazos más vitales de vida están extinguiéndose y cada cual vive su propio espacio sin importarles nada.
Obviamente muchos padres se encuentran alienados y sumergidos en un mundo competitivo y materializado que lo que hace es minar el espacio más sagrado que es el núcleo familiar y eso produce un deterioro lamentable, evidentemente esto tarde o temprano si no es bien manejado y tratado a tiempo producirá un fenómeno preocupante del cual nadie saldrá exento y se convertirán en seres infelices porque se habrá roto tanto el vínculo del matrimonio como el de padres a hijos.
Prevalecen los padres ausentes y alejados de las necesidades de sus hijos, aun viviendo en el mismo techo y no se dan cuenta de que se está produciendo un agravante en el núcleo familiar. Es ahí donde se empieza a evidenciar una serie de factores que perjudicarán cada día la relación entre padres a hijos y se produce un duelo interno, todo esto es debido al sistema en el que se está viviendo en medio de objetos sofisticados que cada día nos están minando, olvidando con esto, que los seres humanos necesitamos, desprendernos más de estos aparatos que mutilan nuestros afectos y emociones, y debemos de ocuparnos en ser más solidarios y mejores seres humanos.
Cuando se vive en las grandes ciudades donde el consumismo y las grandes tecnologías son de cierta manera un fantasma amenazante se pierde un poco la coherencia y empiezan a descubrirse las falencias y es entonces donde el resquebrajamiento a nivel social y familiar se convierte en un fenómeno que, si no es controlado a tiempo, produce grandes connotaciones casi insalvables en la vida de cada ser humano.
Esto también se puede llegar a percibir en los entornos laborales, donde cada cual se sumerge en un individualismo agresivo, ya no existe la solidaridad laboral, nadie quiere ayudarte, nadie se expone, todos temen perder lo que tienen. Esto significa que el ser humano se exime de dar y de ser reciproco, vive con temor a ser desplazado, porque piensa que quizás será despojado de lo que tiene y de todo aquello le costó obtener. Entonces en vez de dar ayuda se vuelven seres desconfiados y lamentablemente mezquinos.
Si observamos las comunidades indígenas, nos daremos cuenta de que ellos viven con lo más esencial, podríamos decir que ahí la convivencia es más pura, trasparente y más humana, menos maquillada y más real. Nadie piensa en estos factores antes mencionados, se respira pureza, existen muy pocos problemas. Estas personas no necesitan un profesional que los ayude, ahí no tiene ninguna validez, porque ellos son aun seres cristalinos que conservan su verdadera autenticidad y nobleza.
En estas comunidades, nadie es utilizado para su conveniencia como en las grandes ciudades, ahí todavía existe la reciprocidad y la solidaridad humana.
Es en nuestra sociedad tan sofisticada, pero a la vez tan deshumanizada donde lo único que prevalece es el poder, lo vemos en nuestro entorno, a nuestro alrededor, en los centros de trabajo, en la televisión con las campañas políticas donde cada candidato se defiende de manera aberrante insultando al otro y buscando de su pasado el lado más oscuro para poder llegar a derrotar al contrincante.
Si ellos son los que nos van a representar, ¿qué ejemplo están dando a la sociedad?, donde cada día el hombre vive algo parecido en sus hogares, en sus centros de trabajo y lamentablemente este ejemplo se proyecta en nuestros jóvenes que consideramos son el futuro del mañana.
Debemos hacer un alto y pensar, que debemos conservar nuestros valores, que lo más importante que se tiene en la vida es la familia y los seres que verdaderamente amamos y conforman nuestro entorno.
Seamos más agradecidos y recíprocos. No perdamos la humildad y conservemos la esencia y la solidaridad humana.
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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.
Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administrawww.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
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