Nota del blog: Este mensaje (firmado por un supuesto "grupo de sacerdotes") circula en los emails de la Iglesia Católica en Cuba. Lo publico exacto como fue reproducido por InfoVaticana y como ha sido dado a conocer en el network de los agentes de pastoral católicos de Cuba.
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La Agenda LGBTI de Wilfredo Pino Estévez, arzobispo de Camagüey-Cuba.
28 septiembre, 2018
[https://infovaticana.com/wpcontent/uploas/2018/09/obispo guantazo.jpg]
por INFOVATICANA
Presagiabamos en el horizonte y temíamos venir este día, pero la esperanza de que un sentido sobrenatural de la fe, preservarse a nuestros obispos y el que nunca les faltase la luz del entendimiento, para defender la ortodoxia, nos confortaba, haciéndonos desconfiar de nuestro juicio, abandonar temores – al parecer infundados- y cohibirnos de ser profetas de desgracias. Sin embargo, nos equivocamos… La traición a Cristo ha sido consumada, de manos de un prelado del Oriente del país.
La noticia la ha dado a conocer, hoy 27 de septiembre de 2018, Infocatolica. Pero es solo una reproducción comentada al texto: ”Mi modesta opinión”, oficialmente publicada en la página web oficial, de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba. En el mismo, como alternativa al matrimonio homosexual, el Sr. Arzobispo de Camagüey, Mons. Wilfredo Pino Estévez, abogapor legalizar y pide que la nueva constitución cubana, reconozca las parejas
de hecho homosexuales.
Es sorprendente constatar que el Sr. Arzobispo de Camagüey, esté más preocupado por las uniones homosexuales que el propio Estado Cubano, autor de la consulta. Porque mientras éste último, a dado carta abierta al debate sobre el tema, sin pronunciamientos oficiales, que influyan de manera parcial la voluntad popular, inclinando la balanza, Mons. Wilfredo Pino, no solo hace pública su postura, sino que invita a que otros secunden su obrar, cuando de sobra sabe que nadie – en uso de la razon- podría desligar su “opinión personal” de su condición de obispo De la Iglesia Católica, de obligatoria referencia para los sacerdotes, diáconos, religiosas, seminaristas y fieles de la arquidiócesis de Camagüey. Estaríamos entonces frente a una persona, manifestada con dos identidades dispares. Sería como caer en un juego de palabras y roles, para eludir responsabilidades y justificar maneras de actuar.
Existe límite o frontera posible que diferencie o identifique al uno y al otro? Dónde comienza y acaba la persona del ciudadano cubano que manifiesta su opinión y donde comienza y acaba la opinión del Sr. Arzobispo de Camagüey? Más aún cuando uno y otro se sobre entiende que han de ser católicos y pensar y obrar según la enseñanza y doctrina de la Iglesia católica, de la que el obispo en cada diócesis es cabeza y guardián de dicha fe.
Desde cuándo la opinión de un obispo al frente de una diócesis es modesta? Desde cuándo la opinión del obispo de una diócesis, escrita, firmada y hecha pública no es la voz de la Iglesia? Desde cuándo esa modesta opinión se publica en el medio más oficial, con qué cuenta la Iglesia Católica en Cuba, que es la Conferencia Episcopal?
En su mens, el Sr. Arzobispo de Camagüey, creerá tontos a fieles y lectores de su apologetica gay, para burlarse tan desfachatadamente en nuestra cara? No es verdadera caridad, sino falsa misericordia lo que propone. “De nada sirve ganar el mundo entero si con ello pierdes tu alma.” O es que usted Sr. Arzobispo va a ser más bondadoso que +NSJC+, que si bien impidió que apedreasen a la Magdalena, muy fuertemente la amosnesto: “No vuelvas a
pecar.” ( Juan 8, 11)
Sin embargo, la opinión del arzobispo de Camagüey no coincide con el magisterio de la Iglesia Católica según el documento: «Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales», de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuando su Prefecto era el cardenal Joseph Ratzinger, actualmente papa emérito Benedicto XVI. Dicho documento concluía así:
“La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad.”
Recalcamos: bajo ninguna circunstancia puede haber reconocimiento alguno… Ni de ningún tipo. Se entera usted, Mons. Wilfredo Pino?
Los fieles católicos no podemos estar menos que perplejos… A quien obedecemos al Papa, en una declaración del magisterio docente de la Iglesia o secundamos la ” modesta opinión” del Sr. Arzobispo de Camagüey? La obediencia según Santo Tomás de Aquino a la legitima autoridad en la Iglesia es debida en cuanto esta guarde el deposito de la revelación en cuanto fe, moral y buenas costumbres se trate. Y como queda demostrado en su artículo, Mons. Wilfredo Pino se aleja impresionantemente de lo establecido y decretado por la Iglesia y el Papa, por medio de este dicasterio de la Curia Romana.
De entrada nos preguntamos, si Mons. Wilfredo Pino se leyó alguna vez este documento vaticano en total vigencia? No sería de extrañar en la actual deficiencia de formación del clero de Cuba en general, que ni le conociera. Más el desconocimiento de una ley, no nos exonera de su cumplimiento. Incluso desconocimiento que no puede alegar si conoce y respeta la Sagrada Escritura, que condena vehemente y categóricamente toda práctica homosexual. Incluso se castiga a aquellos que apoyen y simpaticen con este pecado. La mujer de Lot, fue castigada por esta razón.
Por otra parte…. según una anécdota propia del Sr. Arzobispo, contada en su publicación, a modo de referencia y que a continuación utiliza como la argumentacion para la legitimacion de la pareja homosexual es capciosa. Este hace depender del status legal de la “pareja” (que no es en si mismo ningun derecho fundamental, más allá del que convencionalmente se le adjudique) otras condiciones que sí son derechos civiles. Pero la realidad es que esos otros derechos que supuestamente son negados a los homosexuales, pueden gozarlos sin necesidad de reconocimiento de su “union”. Así estos dos señores del ejemplo, simplemente pueden inscribirse como copropietarios de la vivienda. Uno puede dejar al otro como legitimo heredero, etc.
Habitualmente la apología del matrimonio gay va siempre en esa deriva. Hacer creer que se les niegan derechos.
Las verdaderas razones reflejadas en la anedocta que cuenta el Sr. Arzobispo, hay que buscarlas en un “apagón” de la conciencia moral que deja al hombre a oscuras, totalmente sometido al relativismo moral. En efecto, en las tesis de Mons. Wilfredo Pino se da una distorsión, con la visión de la Iglesia. Esto es: que cualquier apertura a las prácticas homosexuales, está en contra de lo que siempre ha enseñado la Iglesia católica.
Nosotros escandalizados, nos oponemos abiertamente, a este obispo que más que fieles engendrará con sus tesis y declaraciones: huérfanos’, los huérfanos provocados por una cultura nihilista que socava las raíces del alma y nos hace perder el horizonte de la verdad y de la eternidad.
Horrible la deriva de estos tiempos para la fe y la auténtica caridad. El diablo retoza, con la opinión …. No sabemos, si llamarle en lo adelante, del compañero/ ciudadano cubano Wilfredo Pino o del Sr. Arzobispo de Camagüey. Gracias, a Dios, en días anteriores los sres., Obispos de Matanzas, Santiago y Cienfuegos se han expresado de forma contraria. Contemplamos -no sin una enorme tristeza y dolor- el cumplimiento de lo anunciado por la Sma. Virgen en sus apariciones: “Cardenales contra Cardenales, obispos contra obispos, Sacerdotes contra Sacerdotes.” ( Ver Akita y Garabandal)
Por qué razón Mons. Wilfredo Pino está abogando por dar derecho de ciudadanía al pecado? No a la corrección del pecado sino a su aceptación, como si de un bien se tratara, su aprobación en la sociedad.
No aprendió de niño este obispo en su catecismo que la práctica homosexual es pecado grave, y uno de los cuatro pecados que clama la ira y venganza divina? En consecuencia como un pecado va a ser fuente de derechos o de reconocimiento bajo ninguna circunstancia?
El problema de Mons. Wilfredo Pino es la errada concepción modernista y liberal del mal menor y el mal mayor, como si el cambio de nombres a una realidad que se pretende igualar, significase una victoria de los valores cristianos, olvidando lo que ya San Pío X nos advirtió: “Toda conciliación, con el espíritu del mundo, trae consigo irremediablemente la perdida de la fe.”
En su discurso del 31 de Octubre de 1972, el Papa Pablo VI, declaró: ” Se diría que a través de alguna crieta a entrado el humo de Satanás en el templo de Dios. Hay dudas, incertidumbre, problematica, inquietud, insatisfacción, confrontación.”
Admitía claramente y sin ambajes, que el diablo había penetrado en la Iglesia. Lo peor de todo: Nadie ha dicho desde entonces que hubiera salido.” Desde luego que el humo se Satanás se ha colado en la Iglesia, pero ya no es humo sino incendio ¿Y la jerarquía?, el resto de los obispos, el sr. Nuncio Apostólico y los buenos Sacerdotes y fieles: a callar y consentir, como si aquí no hubiera pasado nada? Quién corregirá a Mons. Wilfredo Pino?
Al menos, de momento en la Arquidiócesis de Camagüey, para continuar siendo católico, será necesario volverse pro sodomita? La iglesia que representa Mons. Wilfredo Pino, es una Iglesia sin doctrina cuya alternativa no es una Iglesia pastoral, sino una Iglesia del arbitrio y esclava del espíritu del tiempo.
A modo de conclusión…
Los efectos frente a ” la modesta opinión” serán inmediatos. Dependerán en cada caso del receptor. Los que viven en pecado tendrán en ellas su confirmación y bendición. Los que por el contrario se esfuerzan por evitarlo, se verán defraudados. Otros padecerán la amarga sensación del abandono ante el peligro de quién debiera protejer a su grey, al ver convertido al pastor en lobo, incluso entre estos los que han adoptado posturas más firmes y valientes, defendiendo públicamente la verdad, se verán como soldados abandonados por su general, en el momento más crucial del combate. Y que decir, de aquellos que por su edad o carente formación, serán víctimas de la confusión. Muy doloroso será para las personas que peinan canas, contemplar esta nueva forma del lenguaje, en abierta contradicion con lo que de antaño les fue enseñado. Por último, un gran porciento de la población sin credo definido (con el solo uso de la razón natural) ha expresado su oposición en esta materia, y que como hombres de buena voluntad, buscan en las declaraciones de la Iglesia un referente conductual y moral, quedarán totalmente escandalizadas y desilucionadas.
Finalmente, la manera en que unos y otros perciben lo que es el misterio de la Iglesia, quedará totalmente destruido, empañado y privado de toda autoridad divina. El desastre y sus consecuencias serán incalculables. Ntro. Sr. Jesucristo declaró que los escándalos en el mundo serían inevitables,pero hay de aquellos que les provocasen. ( Mateo 18,7)
No hay dos caminos, sino una sola dirección: “Con Cristo o con Satanás”, en palabras del P. Gabriel Amorth.
Exigimos al Nuncio de Su Santidad que corrija y refrene a Mons. Wilfredo Pino.
Exigimos a Mons. Emilio Aranguren, presidente de la Conferencia Episcopal y a su secretariado permanente que tomando distancia, desautoricen a Mons. Wilfredo Pino y su artículo sea retirado de inmediato de la página web de la conferencia episcopal.
Exigimos al resto de los obispos cubanos que se pronuncien clara y abiertamente sobre el tema, condenando la postura errada de Mons. Wilfredo Pino.
Exigimos que el propio Mons. Wilfredo Pino, se retracte de su error y pida humildemente perdón a todos los que ha faltado y escandalizado o bien dimita del gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Camagüey.
Paralelamente, si urgido por las circunstancias, el Papa Francisco convocó a
una reunión mundial de obispos para febrero de 2019, a fin de tratar el escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia, viendo lo que pasa en Cuba tendría la oportunidad de dar una señal muy clara. En efecto, si el Papa sancionará severamente a este arzobispo cubano por predicar lo que la Iglesia condena, los obispos de todo el mundo pondrían las barbas en remojo sabiendo de antemano el castigo que les espera en febrero a los homosexuales infiltrados en la Iglesia, pero si como todo indica no se toma ninguna medida ejemplar, vamos derecho al abismo.
Señor, ferviente te rogamos, como siervos inútiles, que concedas abundante gracia al Arzobispo de Camagüey, para que pueda salir cuanto antes de los tortuosos y oscuros caminos en los que anda perdido…
Firman: Un grupo de Sacerdotes Católicos de Cuba.
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28 septiembre, 2018
[https://infovaticana.com/wpcontent/uploas/2018/09/obispo guantazo.jpg]
Presagiabamos en el horizonte y temíamos venir este día, pero la esperanza de que un sentido sobrenatural de la fe, preservarse a nuestros obispos y el que nunca les faltase la luz del entendimiento, para defender la ortodoxia, nos confortaba, haciéndonos desconfiar de nuestro juicio, abandonar temores – al parecer infundados- y cohibirnos de ser profetas de desgracias. Sin embargo, nos equivocamos… La traición a Cristo ha sido consumada, de manos de un prelado del Oriente del país.
La noticia la ha dado a conocer, hoy 27 de septiembre de 2018, Infocatolica. Pero es solo una reproducción comentada al texto: ”Mi modesta opinión”, oficialmente publicada en la página web oficial, de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba. En el mismo, como alternativa al matrimonio homosexual, el Sr. Arzobispo de Camagüey, Mons. Wilfredo Pino Estévez, abogapor legalizar y pide que la nueva constitución cubana, reconozca las parejas
de hecho homosexuales.
Es sorprendente constatar que el Sr. Arzobispo de Camagüey, esté más preocupado por las uniones homosexuales que el propio Estado Cubano, autor de la consulta. Porque mientras éste último, a dado carta abierta al debate sobre el tema, sin pronunciamientos oficiales, que influyan de manera parcial la voluntad popular, inclinando la balanza, Mons. Wilfredo Pino, no solo hace pública su postura, sino que invita a que otros secunden su obrar, cuando de sobra sabe que nadie – en uso de la razon- podría desligar su “opinión personal” de su condición de obispo De la Iglesia Católica, de obligatoria referencia para los sacerdotes, diáconos, religiosas, seminaristas y fieles de la arquidiócesis de Camagüey. Estaríamos entonces frente a una persona, manifestada con dos identidades dispares. Sería como caer en un juego de palabras y roles, para eludir responsabilidades y justificar maneras de actuar.
Existe límite o frontera posible que diferencie o identifique al uno y al otro? Dónde comienza y acaba la persona del ciudadano cubano que manifiesta su opinión y donde comienza y acaba la opinión del Sr. Arzobispo de Camagüey? Más aún cuando uno y otro se sobre entiende que han de ser católicos y pensar y obrar según la enseñanza y doctrina de la Iglesia católica, de la que el obispo en cada diócesis es cabeza y guardián de dicha fe.
Desde cuándo la opinión de un obispo al frente de una diócesis es modesta? Desde cuándo la opinión del obispo de una diócesis, escrita, firmada y hecha pública no es la voz de la Iglesia? Desde cuándo esa modesta opinión se publica en el medio más oficial, con qué cuenta la Iglesia Católica en Cuba, que es la Conferencia Episcopal?
En su mens, el Sr. Arzobispo de Camagüey, creerá tontos a fieles y lectores de su apologetica gay, para burlarse tan desfachatadamente en nuestra cara? No es verdadera caridad, sino falsa misericordia lo que propone. “De nada sirve ganar el mundo entero si con ello pierdes tu alma.” O es que usted Sr. Arzobispo va a ser más bondadoso que +NSJC+, que si bien impidió que apedreasen a la Magdalena, muy fuertemente la amosnesto: “No vuelvas a
pecar.” ( Juan 8, 11)
Sin embargo, la opinión del arzobispo de Camagüey no coincide con el magisterio de la Iglesia Católica según el documento: «Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales», de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuando su Prefecto era el cardenal Joseph Ratzinger, actualmente papa emérito Benedicto XVI. Dicho documento concluía así:
“La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad.”
Recalcamos: bajo ninguna circunstancia puede haber reconocimiento alguno… Ni de ningún tipo. Se entera usted, Mons. Wilfredo Pino?
Los fieles católicos no podemos estar menos que perplejos… A quien obedecemos al Papa, en una declaración del magisterio docente de la Iglesia o secundamos la ” modesta opinión” del Sr. Arzobispo de Camagüey? La obediencia según Santo Tomás de Aquino a la legitima autoridad en la Iglesia es debida en cuanto esta guarde el deposito de la revelación en cuanto fe, moral y buenas costumbres se trate. Y como queda demostrado en su artículo, Mons. Wilfredo Pino se aleja impresionantemente de lo establecido y decretado por la Iglesia y el Papa, por medio de este dicasterio de la Curia Romana.
De entrada nos preguntamos, si Mons. Wilfredo Pino se leyó alguna vez este documento vaticano en total vigencia? No sería de extrañar en la actual deficiencia de formación del clero de Cuba en general, que ni le conociera. Más el desconocimiento de una ley, no nos exonera de su cumplimiento. Incluso desconocimiento que no puede alegar si conoce y respeta la Sagrada Escritura, que condena vehemente y categóricamente toda práctica homosexual. Incluso se castiga a aquellos que apoyen y simpaticen con este pecado. La mujer de Lot, fue castigada por esta razón.
Por otra parte…. según una anécdota propia del Sr. Arzobispo, contada en su publicación, a modo de referencia y que a continuación utiliza como la argumentacion para la legitimacion de la pareja homosexual es capciosa. Este hace depender del status legal de la “pareja” (que no es en si mismo ningun derecho fundamental, más allá del que convencionalmente se le adjudique) otras condiciones que sí son derechos civiles. Pero la realidad es que esos otros derechos que supuestamente son negados a los homosexuales, pueden gozarlos sin necesidad de reconocimiento de su “union”. Así estos dos señores del ejemplo, simplemente pueden inscribirse como copropietarios de la vivienda. Uno puede dejar al otro como legitimo heredero, etc.
Habitualmente la apología del matrimonio gay va siempre en esa deriva. Hacer creer que se les niegan derechos.
Las verdaderas razones reflejadas en la anedocta que cuenta el Sr. Arzobispo, hay que buscarlas en un “apagón” de la conciencia moral que deja al hombre a oscuras, totalmente sometido al relativismo moral. En efecto, en las tesis de Mons. Wilfredo Pino se da una distorsión, con la visión de la Iglesia. Esto es: que cualquier apertura a las prácticas homosexuales, está en contra de lo que siempre ha enseñado la Iglesia católica.
Nosotros escandalizados, nos oponemos abiertamente, a este obispo que más que fieles engendrará con sus tesis y declaraciones: huérfanos’, los huérfanos provocados por una cultura nihilista que socava las raíces del alma y nos hace perder el horizonte de la verdad y de la eternidad.
Horrible la deriva de estos tiempos para la fe y la auténtica caridad. El diablo retoza, con la opinión …. No sabemos, si llamarle en lo adelante, del compañero/ ciudadano cubano Wilfredo Pino o del Sr. Arzobispo de Camagüey. Gracias, a Dios, en días anteriores los sres., Obispos de Matanzas, Santiago y Cienfuegos se han expresado de forma contraria. Contemplamos -no sin una enorme tristeza y dolor- el cumplimiento de lo anunciado por la Sma. Virgen en sus apariciones: “Cardenales contra Cardenales, obispos contra obispos, Sacerdotes contra Sacerdotes.” ( Ver Akita y Garabandal)
Por qué razón Mons. Wilfredo Pino está abogando por dar derecho de ciudadanía al pecado? No a la corrección del pecado sino a su aceptación, como si de un bien se tratara, su aprobación en la sociedad.
No aprendió de niño este obispo en su catecismo que la práctica homosexual es pecado grave, y uno de los cuatro pecados que clama la ira y venganza divina? En consecuencia como un pecado va a ser fuente de derechos o de reconocimiento bajo ninguna circunstancia?
El problema de Mons. Wilfredo Pino es la errada concepción modernista y liberal del mal menor y el mal mayor, como si el cambio de nombres a una realidad que se pretende igualar, significase una victoria de los valores cristianos, olvidando lo que ya San Pío X nos advirtió: “Toda conciliación, con el espíritu del mundo, trae consigo irremediablemente la perdida de la fe.”
En su discurso del 31 de Octubre de 1972, el Papa Pablo VI, declaró: ” Se diría que a través de alguna crieta a entrado el humo de Satanás en el templo de Dios. Hay dudas, incertidumbre, problematica, inquietud, insatisfacción, confrontación.”
Admitía claramente y sin ambajes, que el diablo había penetrado en la Iglesia. Lo peor de todo: Nadie ha dicho desde entonces que hubiera salido.” Desde luego que el humo se Satanás se ha colado en la Iglesia, pero ya no es humo sino incendio ¿Y la jerarquía?, el resto de los obispos, el sr. Nuncio Apostólico y los buenos Sacerdotes y fieles: a callar y consentir, como si aquí no hubiera pasado nada? Quién corregirá a Mons. Wilfredo Pino?
Al menos, de momento en la Arquidiócesis de Camagüey, para continuar siendo católico, será necesario volverse pro sodomita? La iglesia que representa Mons. Wilfredo Pino, es una Iglesia sin doctrina cuya alternativa no es una Iglesia pastoral, sino una Iglesia del arbitrio y esclava del espíritu del tiempo.
A modo de conclusión…
Los efectos frente a ” la modesta opinión” serán inmediatos. Dependerán en cada caso del receptor. Los que viven en pecado tendrán en ellas su confirmación y bendición. Los que por el contrario se esfuerzan por evitarlo, se verán defraudados. Otros padecerán la amarga sensación del abandono ante el peligro de quién debiera protejer a su grey, al ver convertido al pastor en lobo, incluso entre estos los que han adoptado posturas más firmes y valientes, defendiendo públicamente la verdad, se verán como soldados abandonados por su general, en el momento más crucial del combate. Y que decir, de aquellos que por su edad o carente formación, serán víctimas de la confusión. Muy doloroso será para las personas que peinan canas, contemplar esta nueva forma del lenguaje, en abierta contradicion con lo que de antaño les fue enseñado. Por último, un gran porciento de la población sin credo definido (con el solo uso de la razón natural) ha expresado su oposición en esta materia, y que como hombres de buena voluntad, buscan en las declaraciones de la Iglesia un referente conductual y moral, quedarán totalmente escandalizadas y desilucionadas.
Finalmente, la manera en que unos y otros perciben lo que es el misterio de la Iglesia, quedará totalmente destruido, empañado y privado de toda autoridad divina. El desastre y sus consecuencias serán incalculables. Ntro. Sr. Jesucristo declaró que los escándalos en el mundo serían inevitables,pero hay de aquellos que les provocasen. ( Mateo 18,7)
No hay dos caminos, sino una sola dirección: “Con Cristo o con Satanás”, en palabras del P. Gabriel Amorth.
Exigimos al Nuncio de Su Santidad que corrija y refrene a Mons. Wilfredo Pino.
Exigimos a Mons. Emilio Aranguren, presidente de la Conferencia Episcopal y a su secretariado permanente que tomando distancia, desautoricen a Mons. Wilfredo Pino y su artículo sea retirado de inmediato de la página web de la conferencia episcopal.
Exigimos al resto de los obispos cubanos que se pronuncien clara y abiertamente sobre el tema, condenando la postura errada de Mons. Wilfredo Pino.
Exigimos que el propio Mons. Wilfredo Pino, se retracte de su error y pida humildemente perdón a todos los que ha faltado y escandalizado o bien dimita del gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Camagüey.
Paralelamente, si urgido por las circunstancias, el Papa Francisco convocó a
una reunión mundial de obispos para febrero de 2019, a fin de tratar el escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia, viendo lo que pasa en Cuba tendría la oportunidad de dar una señal muy clara. En efecto, si el Papa sancionará severamente a este arzobispo cubano por predicar lo que la Iglesia condena, los obispos de todo el mundo pondrían las barbas en remojo sabiendo de antemano el castigo que les espera en febrero a los homosexuales infiltrados en la Iglesia, pero si como todo indica no se toma ninguna medida ejemplar, vamos derecho al abismo.
Señor, ferviente te rogamos, como siervos inútiles, que concedas abundante gracia al Arzobispo de Camagüey, para que pueda salir cuanto antes de los tortuosos y oscuros caminos en los que anda perdido…
Firman: Un grupo de Sacerdotes Católicos de Cuba.
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