Hoy se cumplen 50 años de la Matanza de Tlatelolco, llevada a cabo por el Ejército contra estudiantes y otros segmentos contestatarios de la sociedad mexicana de entonces, quienes se manifestaban contra un Gobierno opresor sustentado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Ocurrió en la Plaza de Tlatelolco de la Ciudad de México y cobró la vida de 200 a 1500 personas, según diferentes estimaciones.
Los guardias dispararon indiscriminadamente desde lo alto de los edificios contra los manifestantes que se hallaban en la Plaza.
Me enteré de este crimen en la década de 1980 cuando un amigo mexicano me enviara recortes de periódicos que daban fe del suceso.
El extinto dictador cubano Fidel Castro le debía al PRI que lo dejara libre, en la década de 1950, cuando el hijo descarriado de Birán andaba en tierras aztecas preparando la desgracia por venir para Cuba.
Luego de la matanza, estudiantes y otros revolucionarios debieron refugiarse en varios países de la otrora Europa socialista.
El gobierno cubano no les ofreció asilo: Castro, eternamente agradecido del PRI, ni entonces ni luego levantaría siquiera un ademán que perjudicase al partido político azteca.
Cuando dejé Cuba, en 1995, aún la prensa gubernamental —la única autorizada en la Isla— no había dado a conocer la Matanza de Tlatelolco; y según noticias que hoy me llegan, aquel asesinato masivo de hace medio siglo continúa inédito para los cubanos residentes en la Isla.
¿Cómo será posible entonces que no pocos mexicanos simpaticen con la dictadura castrista? No sé.
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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado siete poemarios; tres libros de cuento; cuatro novelas y una noveleta.
Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.
Su poemario La patria es una naranja, que aborda el tema del exilio a la par que incursiona en la realidad mexicana, ha tenido una buena acogida de crítica y público y recibió en Italia el Premio Latina in Versi en 2013.
Es ciudadano mexicano por naturalización. Reside en Miami.
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