Sunday, November 4, 2018

Las palabras Quebec y Cuba se parecen mucho... Le Dictionnaire cubain indispensable (Prólogo de Víctor Mozo)

Nota del blog: Agradezco a Víctor Mozo, que comparta con los lectores del blog, su versión al español del Prólogo de Le Dictionnaire cubain indispensable (coautoría de Michel Brulé y Víctor Mozo).


Prólogo


Las palabras Quebec y Cuba se parecen mucho y algunos quebequenses que pasan el invierno en la mayor de las islas del Caribe, se definen como “cubaquenses”.

Existen dos posibilidades en cuanto al origen del significado del nombre de Quebec. La primera y la más conocida de las hipótesis es que vendría de la lengua iroquesa y significaría allí donde el río se estrecha. La segunda dice que viene más bien de la palabra innu “képak” que quiere decir “desembarquen”. En lo que concierne al origen de la palabra Cuba, existen también algunas hipótesis que se confrontan. El lingüista francés Léon Douay pretende que vendría de la palabra maya cuba, que quiere decir codo, pero la hipótesis más verosímil sugiere que venga de la palabra arahuaca cubanacan, que significaría “tierra del medio”.

La lengua arahuaca era hablada por las principales naciones amerindias de la Isla. Desafortunadamente, esta lengua desapareció en Cuba porque los que la hablaban murieron, ya sea por las epidemias, por el mestizaje con los colonos españoles o con los esclavos negros. Los ingleses, quienes siempre practicaron una forma de colonización segregacionista y racista, exterminaron ciertamente unos 40 millones de amerindios en América del Norte, pero sus políticas segregacionistas y racistas permitieron sobrevivir a las tribus de arahuacos. Actualmente podemos encontrar un cierto número de ellos en Jamaica.

Si van a Guardalavaca, cerca de Holguín, se hace hincapié en visitar el museo de Chorro de Maita. Allí aprenderán con estupefacción que los amerindios de Cuba vivían en largas casas como nuestros propios amerindios. Los colonos franceses son los ancestros de los hippies y preferían hacer el amor más bien que la guerra. En un fascinante ensayo intitulado Nuestros ancestros, los primeros hippies, Gabrielle Labeau diserta sobre este tema bajo todos sus ángulos. Los primeros colonos franceses vivían armoniosamente con las Primeras Naciones y la mayor parte de nosotros tenemos orígenes amerindios. Es más, el historiador Francis Parkman elogió siempre nuestro modelo de colonización: La civilización española aplastó a los indios; la inglesa los despreció y la francesa los abrazó y mimó.

Si los amerindios de Cuba y de Quebec se parecían tanto por sus viviendas, su alimentación y su relación con la naturaleza, no sucede necesariamente lo mismo con los cubanos y los quebequenses. Nuestras diferencias culturales son enormes y tratamos de explicarlas en este libro a través de las palabras. Y volviendo al movimiento hippie que se caracterizaba por la libertad sexual, la solidaridad y el sentido de la comunidad, no hay duda de que fue el movimiento que más amenazó al gobierno (establishment en el original). A aquellos que llamamos los grandes de este mundo han hecho todo desde el hundimiento de este movimiento para erradicar sus valores.

Desde 1970, los medios de comunicación no dejan de empujarnos hacia el individualismo y el cada uno para sí. Actualmente, su victoria es casi total con el advenimiento de los medios de comunicación social, ya que hemos entrado en una era de egocentrismo, los selfies son la prueba más explícita. En la unión está la fuerza, pero el credo de los que nos dirigen (establishement) es el de dividir para vencer. En la provincia de Quebec es evidente que nuestras élites, todas malintencionadas, opresoras y antidemocráticas como son, se sirven de sus medios de comunicación para desunirnos al máximo.

En Cuba, es evidente encontrar algunos cubanos aferrados a sus teléfonos, pero la mayoría de ellos no pertenecen a nuestro mundo moderno. Efectivamente, la solidaridad humana y el sentido de la comunidad están siempre presentes y bien implantados. En Quebec, abandonamos a nuestros padres en asilos subvencionados. En Cuba, los ancianos participan activamente en la vida familiar y en la educación de los hijos. En Quebec, el movimiento #metoo, que tiene sus cosas buenas, ha contribuido sobre todo a crear un abismo entre hombres y mujeres. En Cuba las mujeres aman a los hombres y viceversa. Los cubanos no podrían imaginar una sociedad sin el aporte de ambos sexos. El coqueteo es omnipresente y se ve regularmente cómo los hombres piropean y silban a las mujeres sin que estas se den por ofendidas. Es cierto que los cubanos son más pobres que nosotros, pero son ricos en sol y en sonrisas. Mucho tenemos que aprender de ellos, pero para aprovechar al máximo de sus enseñanzas, tenemos que conocer sus costumbres a través de sus palabras. Gracias a este Diccionario cubano indispensable, podrá aprovechar los numerosos atajos y evitar las trampas que le tenderán.



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