Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.
Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.
Maia Plisetskaya nació en Moscú, el 20 de noviembre de 1925. En su familia había una gran inclinación por las artes: su madre, Rachel Messerer, era actriz de cine; su tío materno, Asaf Messerer, era bailarín del Ballet Bolshoi, al igual que Sulamith Messerer, su tía. Su padre, Mijail Plisetsky, aunque no estaba involucrado directamente con el arte (era diplomático e ingeniero minero) era un ferviente admirador del ballet. Azari Plisetsky, su hermano menor, también se volcó al ballet, destacando como bailarín y coreógrafo.
No es extraño que viviendo en un entorno artístico, Maia ingresara tempranamente a la Escuela de Danza del Teatro Bolshoi de Moscú, donde rápidamente destacó por sus dotes dancísticos, impulsada por sus tíos, Sulamith y Asaf, que se encontraban bailando en el Teatro. Sin embargo, no todo era felicidad en la vida de la joven bailarina: en 1938 su padre fue ejecutado por orden de Stalin, y su madre, junto al pequeño Azari, fueron enviados al Gulag, de donde regresaron recién en 1941.
Con tan solo 18 años, en 1943, Maia ingresa a la compañía del Teatro Bolshoi, convirtiéndose inmediatamente en primera bailarina. Su debut fue con “La muerte del cisne”, una de las obras en las que destacó durante su larga y prolífica carrera. Realizó giras por Europa Occidental y América, lo que le valió ser aclamada internacionalmente y la posibilidad de realizar colaboraciones con grandes coreógrafos que, incluso, realizaron obras especialmente para ella. Tal es el caso de “Carmen” en la versión de Alberto Alonso, “Isadora” coreografiada por Maurice Béjart y la bellísima obra de Roland Petit, “La rose malade”. Estas obras le han valido ser la promotora de una renovación sin precedente en el repertorio del Teatro Bolshoi, alejándose de los ballets tradicionales, estrictamente académicos, e incorporando obras de estilo neoclásico (también llamado “ballet moderno”). Además de la ya mencionada “Muerte del cisne”, se destacó en la interpretación del doble rol Odette-Odile en “El lago de los cisnes”, en el papel de Kitri de “Don Quijote”, en el de Raymonda del ballet homónimo.
Maia no solo fue una excelente bailarina, una prima ballerina assoluta, también triunfó como directora del Ballet de la Ópera de Roma (Italia) y de la Compañía Nacional de Danza (España), y en la reposición de varias obras en los más importantes ballets de todo el mundo. Junto a su esposo, el compositor musical Rodión Shchedrín (con quién se casó en 1958) crearon la Fundación Internacional de Maya Plisetskaya y Rodión Shchedrín en el 2000, con la intención de realizar un archivo sobre las trayectorias y obras de Maia y Rodión, además de la organización de concursos, charlas, conferencias y cursos, todos relacionados con el ballet y la música.
Maia Plisetskaya recibió innumerables premios y distinciones internacionales, manteniéndose activa dentro del mundo de la danza hasta el último día de su vida. El 2 de mayo de 2015, falleció en Munich, Alemania, a causa de un paro cardíaco, sin embargo “El cisne” siempre seguirá bailando.
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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com
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