Nota: Agradezco a Baltasar Santiago Martín, que comparta con los lectores, su entrevista a Raúl de la Rosa, incluida en el próximo número de la revista Caritate, Octubre-Noviembre-Diciembre 2018.
Raúl Jesús de la Rosa Moya, director artístico cubano de Espectáculos Musicales radicado en La Habana, Cuba, ya con más de 30 años de experiencia en la profesión, nació el 17 de abril de 19y49 en Cruces, antigua provincia de Las Villas.
Se inició en el gran espectáculo con la creación y puesta en escena del espectáculo Vedettísima, una revista musical en torno a la figura de Rosita Fornés, nuestra primera vedette, y de ahí hasta la fecha ha dirigido presentaciones muy importantes de esta artista, como La Fornés del 2000, Rosita Fornés, mis tres vidas, Tres tiempos de mujer, hasta, incluso, la gira nacional con el espectáculo Una Rosa para todos, por 18 ciudades de todo el país.
Es especialista en Teatro Musical, y con esas características ha puesto en escena obras y selecciones del repertorio nacional e internacional, tanto en lo lírico –zarzuelas y operetas, como María la O, La Princesa de las Czardas, La Duquesa del Bal Tabarin y Las Leandras–, como comedias musicales, tales como Mame (La tía Meim), Hello, Dolly!, La jaula de las locas (La Cage aux Folles), así como otros espectáculos de revista con fragmentos de estas obras principales del Music Hall.
En muchas ocasiones ha montado las coreografías de sus propios espectáculos, ya que posee una base técnica de ballet, disciplina que ha impartido en talleres, sobre todo el ballet aplicado al teatro musical.
Sus puestas en escena han recorrido los escenarios de los principales teatros de Cuba: Karl Marx, Mella, Gran Teatro de La Habana, América, Sauto, Terry, Heredia, Principal de Camagüey, Principal de Ciego de Ávila, La Caridad, Amadeo Roldán, etc.
Ha dirigido a las principales figuras del arte de su país. Además de a Rosa Fornés, ha tenido bajo su responsabilidad el trabajo de Luis Carbonell –con quien tuvo una entrañable amistad–; Omara Portuondo, Lourdes Torres, Annia Linares, Elena Burke, Mirtha Medina, Farah María, Carlos Manuel, Héctor Quintero, Miriam Ramos, Vania, Haila María Mompié, Antolín, Marcos Medina, Los Drakus, Ana Lidia Méndez, Luis Silva, Churrisco, José Valladares, Carlos Ruiz de la Tejera, José Antonio Rodríguez, Mario Aguirre, Maureen Iznaga, Leyanis López, Aurora Delgado, Niurka Reyes, Ana María Perera, Yolíe, Mundito González, Héctor Téllez, Linda Mirabal, María Eugenia Barrios, Laritza Bacallao, María del Carmen Prieto, Sandra Orce, Anaís Abreu y Yenet Cruz, Raúl Araujo, Alina Clemente, Leticia Nelli, Yenisei del Castillo, Grétel Cazón, Carmita Ruiz, Saeed Mohamed, Dani Barrios, Rafael Espín, Leo Garrido, Ivette Cepeda, Yunier Díaz e Idania Valdés, entre otros.
Espectáculo Chaplin en burlesque
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En sus espectáculos, en varias ocasiones, ha contado con la participación de prestigiosas agrupaciones: el Ballet Nacional de Cuba, la Banda Nacional de Conciertos, la Orquesta Sinfónica Nacional, el Teatro Lírico Nacional; el Ballet, la Orquesta y el Coro de la Televisión Cubana, así como los Coros Nacional de Cuba, Entrevoces, Coralina, Vocal Luna, Vocal Leo y Orfeón Holguín; el Teatro Lírico de Holguín, compañías danzarias: Danza Contemporánea de Cuba, Codanza, Danza del Alma, Danza Libre, Conjunto Folklórico de Camagüey, Comp. Folklórica La Campana, Folklórico Onilé, Latin Dance, El Divino de Cuba, y varias agrupaciones teatrales de todo el país, siendo, a menudo, sus espectáculos grabados y transmitidos por la televisión nacional a todo el país.
Entre sus últimos trabajos se recuerdan el espectáculo Otro Amanecer: Homenaje al maestro Meme Solís, con los intérpretes más populares del momento, y presentado en pantalla el propio Meme, dirigiéndose al público que colmó el teatro América, para aplaudir su música; y en el mismo escenario, el concierto Que hablen, ofrecido y en tributo a Las Diego, con ellas presentes, a teatro lleno.
Estrenó, por primera vez en Cuba, su exitosa versión completa del musical Víctor Victoria, por los 75 años del teatro América. Y en este teatro mantiene, desde hace 10 años, el evento Otoño Trans, el mayor y único evento teatral de los transformistas cubanos.
Dirige la compañía de espectáculos ShowMAX, en la ciudad de Cienfuegos, presentándose en distintos centros culturales y nocturnos de esa ciudad.
Compañía de espectáculos
ShowMAX
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En cuanto a su confrontación internacional, ha presentado sus trabajos en escenarios teatrales y centros nocturnos de México, Panamá, España, Venezuela, Curazao y Estados Unidos, y se recuerda con agrado la Gala Homenaje a Eliseo Grenet, presentada en el Teatro Manuel Artime, de la ciudad de Miami, con las actuaciones de Malena Burke, Aymé Nuviola, Carlos Manuel, Roberto Torres, Miosotis Parapar, Yolíe, y una gran orquesta acompañante dirigida por el maestro Ernesto Márquez, convirtiéndose entonces en el primer director artístico que, siendo residente en Cuba, dirige un espectáculo en Estados Unidos, con intérpretes todos cubanos del exilio, y en un teatro oficial de la ciudad de Miami.
Durante años dirigió los principales espectáculos de la Jornada Cucalambeana en la provincia de Las Tunas, así como también el Festival Cinemazul. Igualmente dirigió espectáculos importantes en eventos establecidos oficiales, como la Fiesta de la Cubanía en la ciudad de Bayamo, y las Romerías de Mayo y Fiesta Iberoamericana en la ciudad de Holguín.
Tanto en el extranjero como en el territorio nacional, ha impartido conferencias y conversatorios, ilustrados con la participación de bailarines y proyecciones fílmicas sobre el origen, los códigos, características, principales intérpretes y modalidades del espectáculo de teatro musical y las principales formas musicales de Cuba, tales como el son, el pilón, el guaguancó, la rumba, etc.
Actualmente prepara la puesta en escena de La jaula de las locas (La Cage aux Folles), a estrenarse el 23 de noviembre de 2019 en el Teatro América, y el ambicioso proyecto de la representación de Cats, con la compañía de teatro musical Ópera de la Calle.
Además de su labor en la escena en la presentación de obras, trabaja en la asesoría y en la audición de nuevos valores solistas y agrupaciones, así como de espectáculos y compañías. Es jurado permanente de distintos eventos competitivos para intérpretes del género en todo el país.
Bienvenido, Raúl de la Rosa, a la Tertulia de APOGEO del mes de noviembre de 2018 en Art Emporium.
¿Cómo el niño que fuiste –y que espero que todavía lleves dentro– descubrió el teatro?
Supe de este mundo de buena música y de la existencia de un teatro musical, increíblemente, en mi pueblo natal: Cruces, de la actual provincia de Cienfuegos, cuando en las clases de Música de la Secundaria Básica, mi profesora Malula Medialdea nos enseñó las distintas formas musicales, los formatos de las agrupaciones; a identificar los instrumentos por su timbre y las distintas modalidades de representaciones teatrales con un protagónico musical, tales como la ópera, la opereta y la zarzuela. También, en los finales de curso, participé en montajes de escenas o estampas en el Teatro Aparicio de mi pueblo natal.
¿Cómo y cuándo te iniciaste profesionalmente en este giro de la dirección de espectáculos musicales?
Después de ser Asistente de Dirección, de haberme graduado de Productor, y de pasar tres cursos en la Escuela Vocacional de Ballet, que estaba adjunta al Ballet Nacional en su misma sede, incursioné en la dirección artística, pero no fue hasta el montaje de Vedettísima, con nuestra Rosita Fornés, que ya comienzo en grande y para toda la vida en este comprometido rol.
¿Quiénes han sido tus maestros, tus modelos, tus paradigmas?
La misma Rosa, con su profesionalismo, y Luis Carbonell, con su modestia y pedagogía, han sido mis maestros. Admiré mucho, y me sirvieron de ejemplo, los montajes de Héctor Quintero y Nelson Dorr, el modelo a seguir en cuanto a dirección artística en Cuba. Las puestas en escena en el otrora Teatro Musical de La Habana, por la compañía del mismo nombre, y las del Teatro Lírico Nacional, en la sala Federico García Lorca –del hoy GTH “Alicia Alonso” –, definieron mi gusto y mi camino a seguir.
“Nuestra droga es el teatro. Deberíamos asistir a una cura de desintoxicación, pero no queremos”, ha dicho la actriz española Concha Velasco; ¿concuerdas con ella?
Ella tiene toda la razón; es como una adicción de la que te quieres librar, pero no puedes. Y, peor aún, piensas, analizas y concluyes teatralmente sin darte cuenta, porque ya ha pasado a formar parte de tu vida.
¿Te atreverías a dirigir una ópera o un ballet si te lo propusieran?
Cómo no, estaría en mi cuerda. Siempre he querido dirigir La Medium, de Gian Carlo Menotti. Encuentro que el montaje de una ópera es menos complicado que el de una zarzuela u opereta, ya que no tienes que marcar movimientos, expresión y desplazamientos en textos hablados, que se dificultan cuando el intérprete es cantante, pero no actor. En cuanto al ballet, pues he tenido en ocasiones la participación del Ballet Nacional de Cuba en espectáculos míos. Un espectáculo todo de ballet sería muy atractivo para mí.
¿Te consideras un “transgresor”?
Te diría que me gusta o me atrae lo difícil, lo que nadie hace, y me atrae rozar entonces lo que no se puede hacer, pero no llego hasta lo ilegal; digamos que soy atrevido, pero no me considero un transgresor.
¿Cómo ves la salud de las artes escénicas en la Isla?
En Cuba hay mucho talento: buenos intérpretes, dramaturgos y coreógrafos. Esto hace que se hagan representaciones de gran valor artístico en salas idóneas para estos montajes, y se hace un gran esfuerzo por el acondicionamiento técnico y tecnológico de estas, pero hay veces en que el desarrollo y el desempeño se ven afectados por trámites o parámetros burocráticos que demoran en resolverse.
¿Cuál es tu máxima en la vida?
“Trabajar para darle al público lo que sé que quieren ver en un escenario”. Ayudar a quien necesite de mí me hace sentir muy satisfecho.
¿Cuáles son tus obras teatrales musicales predilectas de todos los tiempos?
Me fascinan los Musicales de Broadway, sobre todo los de Jerry Herman; también las revistas españolas, aunque me atrae mucho la opereta, por su música, alegre argumento y posibilidades danzarias.
¿Cuáles son tus metas inmediatas y a largo plazo?
Dirijo una compañía de espectáculos en Cienfuegos actualmente, que se llama ShowMAX, y trabajo para que salga adelante y que mis artistas se sientan a gusto y que cada vez sean mejores.
En pocos días tendré en el Teatro de Variedades América, de La Habana, la oncena edición de Otoño Trans, un evento, el único, que muestra y presenta seriamente a jóvenes transformistas.
Para el próximo año tengo en planes el montaje de Cats, de Andrew Lloyd Webber, con la compañía Ópera de la Calle, y debo estrenar en noviembre el musical La jaula de las locas, de Jerry Herman, también en el América, con un variado elenco.
¿Cuáles son las historias que están teniendo mayor demanda por parte del público cubano: las comedias, los clásicos, etc.?
Por supuesto que la comedia. La vida está dura, y el conflicto que vives en casa día a día la gente no quiere repetirlo en el teatro. Esto es en general, porque cuando hay una buena y creativa puesta, allá va el espectador.
Si te tocara dar clases en una academia de actuación, ¿qué es lo más importante que les dirías a tus alumnos?
Que se crean lo que están haciendo, que vivan el personaje después que lo estudien y lo analicen profundamente, pues si después de esto no se divierten haciéndolo, entonces al público no le va a llegar.
Según tú, ¿la televisión debe ser solo para entretener, o entretenida y culta a la vez?
No resisto la televisión estúpida para cerebros huecos. Es increíble como hay programas de alta factura que suponen un gran gasto de dinero y no transmiten nada positivo. La televisión, además de entretener, debe ser culta. Nuestra misión, además, debe ser educativa, y la televisión es un medio idóneo para instruir.
¿Qué es para ti más importante, la fidelidad o la lealtad?
Ambas están emparentadas. Una conlleva a la otra.
¿Cuál ha sido tu mayor reto?
El montaje de obras que han sido estrenos en Cuba, como Víctor Victoria, de Blake Edwars, que se estrenó exitosamente hace dos años, en el América, por el 75 aniversario de este emblemático teatro. También fue fabuloso homenajear a Las Diego por su obra, llevarlas a Cuba y presentarlas en escena, pudiendo agradecer ellas ese aplauso mayor.
¿Algún sueño no realizado en cuanto a proyectos de dirección?
Me hubiera gustado hacer con Rosa un musical grandioso como Mamma Mia, o haberla dirigido en la puesta completa de una opereta como La casta Susana, pero ya no será posible; se nos hizo tarde.
Sobre el espectáculo Otro Amanecer, Homenaje al maestro Meme Solís, ¿qué fue lo más emocionante?
Bueno, hubo tres cosas emocionantes: el haber podido grabar a Meme en New York dirigiéndose al público que iba a colmar el teatro, y ver eso en la pantalla grande en el escenario, eso fue un gran efecto; el poder de convocatoria que tuvo entre los cantantes, que ninguno se negó a participar –allí estaban todos los del momento–; y el lleno total de público con su gran aplauso.
¿Cómo te gustaría que te recordaran?
Como alguien que siempre fue sincero en todo lo que ofreció, nada más.
¿Algo que quieras agregar?
Mi agradecimiento a la Fundación Apogeo por este trabajo para mí, y a todos los que han distinguido mi labor artística en estos años, así como a los intérpretes, tanto cantantes, actores o bailarines, que han estado conmigo en este camino, a veces angosto, otras veces grandioso y lleno de sorpresas, pero que, sin dudas, nos ha dado muchas satisfacciones.
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Ver textos anteriores de Baltasar Santiago Martín, en el blog
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