El Hospital Infantil de San Juan de Dios de Camagüey. Emotiva rememoración por el Dr. Manuel Beyra Alemañy en 1959.
(In Memoriam)
por Carlos A. Peón-Casas
Tenemos a nuestra vista un emotivo artículo intitulado Lo que debiera ser el Hospital de San Juan de Dios que firmara, para el diario local El Camagüeyano, el Dr. Manuel Beyra Alemañy, en marzo de 1959.
Se trata de un texto puntual y oportuno para aquel minuto, donde el ya bien reconocido pediatra, no solo aludía a la dedicada labor de aquel centro en pos de salud infantil de la otrora ciudad y provincia camagüeyana, sino que igualmente apostaba por el futuro de su imprescindible labor.
Del Dr. Beyra, y de su impronta como galeno formado en la prestigiosa Universidad de la Sorbona, en Francia, no es nunca suficiente lo que se puede decir, ni lo que esta comarca le ha de agradecer siempre, por su entrega total no solo al sacerdocio inefable de la medicina bien entendida y mejor vivida, sino igual y mejor, por la aparejada constancia como católico práctico, y forjador de una familia ejemplar, y como formador indiscutido de una escuela de pediatras que lo relevaron en el tiempo en esta ciudad, y en tantas partes de este mundo plural.
La dedicada labor del Dr. Beyra, como la de otros inspirados doctores camagüeyanos, en aquel entonces Hospital de San Juan de Dios(1), estaba totalmente exenta de remuneración, y lo hacían estrictamente, como abnegado servicio humanitario.
La institución que fungía como el único hospital pediátrico público, de su tipo en la ciudad y la provincia, al cuidado de un Patronato, tomaba a su cargo, con un precario fondo, a cuanto niño necesitado de sus cuidados se presentase. La orden religiosa de las Carmelitas Descalzas Misioneras, ofrendaban igualmente sus amorosos cuidados como eficientes colaboradoras en aquel hospital.
El texto ya citado, y que reproducimos casi in extenso, como oportuno cierre, sirve para puntualizar, lo que ya llevamos dicho, y que realza como oportuna crónica, desde el testimonio del Dr. Beyra, los aportes indiscutidos de aquella benemérita institución que tanto hizo por la salud de los infantes de Camagüey.
Nadie puede dudar de la gran obra social que viene realizando desde hace varios años nuestro Hospital Infantil San Juan de Dios.
Si no estuvieran allí para aseverarlo todas esas estadísticas que en diversas ocasiones se ha preocupado en hacer publicar el Patronato que rige este Centro y su Director, compañero Dr. Oscar Ortiz Machado, estarían siempre para confirmarlo, los miles de niños, que, a Dios gracias, viven hoy porque encontraron allí la salud perdida.
No hay un lugar en la Provincia -y aún hasta fuera de ella- donde no se conozca esta magna labor.
Por eso, porque es buena, porque la ciudadanía tiene conciencia del bien que realiza, es que con tanta generosidad siempre ha contribuido a su sostenimiento. Sin esta cooperación del pueblo nada podría haberse logrado.
Se hace mucho, cuando con recursos limitados se salvan cientos de vidas como se ha hecho aquí.
Se hace más, cuando no solamente nos quedamos limitados a eso, sino que todavía, como sucede en nuestro Hospital, se aprovecha la reclusión de estos niños para instruirles durante su hospitalización, como lo hacen maestras devotas que a esto dedican su actividad entre nosotros. ¡Qué espectáculo más conmovedor que aquel de contemplar a aquellas maestras junto a ese alumnado excepcional (…)
Se hace mucho cuando se les devuelve la salud: se hace mejor cuando además se les da instrucción y se les divierte. Pero se hace inconmensurablemente más todavía cuando se les da “amor”, que a veces- ¡Angelitos! -medican inconscientemente en una caricia que añoran por instinto pero que a lo mejor no conocieron nunca porque son- “les oiseaux tombés du nid”- “pajaritos caídos del nido” como los llamó el poeta…
Y este amor, este filtro maravilloso que lo cura todo, lo derraman a cántaro en este Hospital, especialmente, esas abnegadas monjitas de la Orden de Carmelitas Descalzas Misioneras, ángeles del Cielo hecho carne para mitigar y reparar con el amor-y por el amor-la insensibilidad y egoísmo nuestros.
Está bien todo cuanto se hace: Está, pero que muy bien todo lo que se ha hecho- Pero no está hecho todo lo que debe hacerse(2).
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- El hospital tuvo como especial inspiradora a la Sra. Julieta Arango. Su fundación data del año 1949. En Directorio Social de Camagüey. Primera Edición. Época de 1949. p. XXXI
- El Camagüeyano. 25 de marzo de 1959.
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