Las agencias internacionales de prensa comunicaban el pasado sábado 26 de enero una noticia que conmocionó a miles de personas en todo el mundo: el fallecimiento a los 86 años del mayor músico francés del siglo XX en París, ciudad donde había nacido el 24 de febrero de 1932 y a la que cantó y dedicó no poco de su exitosa creación.
Cierto: el gran Michel Legrand —brillante alumno de la canónica profesora de piano Nadia Boulanger, con la que estudiaría desde los diez años hasta la madurez— musicó dos centenares de filmes, pero también descolló como director orquestal, pianista, cantante, arreglista y pianista de música clásica y jazz, al que fue llevado por Dizzy Gillespie.
Triunfaría en 1954 con I love Paris, clásico de Cole Porter [que le permitiría penetrar el complejo mercado del disco en EUA], incluido con músicos norteamericanos. Por cierto, me place decir que tuve y disfruté ese Larga Duración en Cuba, por lo que supe de Legrand, mucho antes del estreno en La Habana de dos de sus clásicos filmes: los emblemáticos Les parapluies de Cherbourge [Los paraguas de Cherburgo, 1963] y Les demoiselles de Rochefort [Las chicas de Rochefort, 1965].
Su portentosa creación brillaría particularmente en el cine, donde descollara en más de 200 cintas, entre ellas tres que le valdrían sendos Premios Oscar: El Caso de Thomas Crown [por su hermoso tema: Los molinos de tu corazón], L’eté de 1942 [Verano de 1942] y Yentl [sobre el tema judío con Barbra Streisand], sin por ello olvidar que compondría la música de Fraude, de Orson Welles, Los tres mosqueteros, de Richard Lester y Atlantic City, de Louis Malle, entre muchas otras de grandes realizadores.
Descollaría igualmente como intérprete de música clásica y y como ‘padrino’ del emblemático octeto vocal The Swingle Singers, donde fuera la voz prima su talentosa hermana Christiane Legrand, fallecida en el 2011, tandem del que fuimos y somos fans varios colegamigos de este cronista, como veremos.
Sí, tras la inesperada y triste noticia, un soplo de hermosos recuerdos me remontó a los ’60s en aquel inolvidable tiempo en la Escuela Nacional de Arte [ENA], que ahora evoco con salvaje nostalgia —título de mi poemario Mención del Premio Plural [México, 1990]—, pues la significación de lo vivido, regresó en imágenes de aquellos años donde, algunos condiscípulos de teatro [¿recuerdan Bruno y Rodolfo?] y muchos de música, nos reuníamos en «La Arboleda» del antiguo Country Club de La Habana [donde a inicios de los ‘60s, se instalaría la ENA] a disfrutar las ‘descargas’ al piano de Alberto Alen, quien acompañado por las voces de Beatriz Márquez, Zoila y Ele [luego decisiva integrante del valioso grupo vocal Síntesis], todas valiosas alumnas de dirección coral, con las que éramos adictos y adeptos de las propuestas legrandianas ofrecidas por estos destacados intérpretes, tras visionar y disfrutar los dos filmes con la inolvidable música del gran Michel.
Y no era para menos, ya que el estreno de Los paraguas de Cherburgo y las anheladas sesiones «legrandianas» de Alen y las muchachas, nos habían transferido ‘el síndrome Legrand’, renovado años después cuando el clásico y vanguardista creador fuera invitado al Festival de la Canción de Varadero, donde sería relegado absurdamente a un ¿segundo o tercer plano? por la presencia del venezolano Oscar de León, tal me contó un amigo del ICAIC, tan indignado como yo por el trato irrespetuoso de los organizadores del evento, ignorantes del rango del muy superior creador francés, en su primera visita a la Isla.
Creador asimismo de piezas de música clásica, sería el arreglista de tres míticos intérpretes galos: Maurice Chevalier, Édith Piaf y otro de nuestros mitos en la ENA: el inolvidable cantante Jacques Brel, por lo que el gran Michel devendría el pionero en sin prejuicio legitimar ambos ‘géneros’, orientación luego seguida por muchos cantantes líricos y directores de orquesta en Europa y EUA, en particular Ray Connif.
Se ha dicho que, entre los 10 y 21 años, estudió en el Conservatorio de Música de París; después siete con la mítica Nadia Boulanger. Mas, su impar talento lo llevó a escribir las letras de sus canciones e incluso a interpretarlas. Tras el éxito de su primer álbum Amo a París, laboró con varios grandes del jazz, como Miles Davis y John Coltrane en su siguiente álbum Legrand jazz. Cuando comenzó a crear la música para filmes, obtuvo un gran éxito, ya que no sólo componía canciones pegadizas sino que componía material orquestal con un fuerte sentido lírico.
Mucha de su música estaba destinada a películas francesas (como las de Jean-Luc Godard), aunque también se implicó en la producción de películas estadounidenses, como The Thomas Crown Affair (con su conocido tema The Windmills of Your Mind, [Los molinos de tu corazón], Verano del 42 y Yentl. Compuso la música de las series infantiles de televisión Érase una vez…el espacio (1981) y Érase una vez… la vida (1986).
En las décadas de 1980 y 1990 acompañó con su banda a estrellas como Björk, Ray Charles, Diana Ross y otros, como los cantantes de ópera Jessye Norman, Kiri Te Kanawa y Natalie Dessay. Recibiría 27 nominaciones al codiciado Premio Granmmy, y lo ganó en cinco oportunidades.
Entre sus 200 filmes musicados, figuran:
Les demoiselles de Rochefort,
The crowning touch
The crowning touch
The summer knows
Brian's song (TV, 1970).
Vivre sa vie (1962)
Une femme est une femme
Lola (1960)
Les parapluies de Cherbourg, nominación al Óscar a la mejor música y la mejor canción: una melancólica canción de amor parisiense.
The Thomas Crown affair (1968); su tema Los molinos de viento de tu mente nominado al Óscar a la mejor canción.
The happy ending (Final feliz) (1969), película romántica con líricos temas lentos y la canción "What are you doing the rest of your life? (¿Qué haces el resto de tu vida?)" con letra del dúo de poetas Alan y Marilyn Bergman.
Yentl (1983) con Barbra Streisand (Óscar a la mejor música de película, material de canciones, director de música y mejor canción).
Cinco días en junio (1989), dirigida y producida por el propio Legrand.
Masque de Lune (Chase The Moon), dirigida y producida por el propio Legrand (1991).
Entre sus numerosos discos, destacan:
I Love Paris
Holiday in Rome
Vienna Holiday
Castles in Spain
Bonjour Paris
Legrand in Rio
I Love Movies
Legrand Jazz
Scarlet Ribbons
Legrand Piano
The Columbia Album of Cole Porter
Music from the Films
The New I Love Paris
The Michel Legrand Big Band Plays Richard Rogers
Michel Legrand Sings
Michel Legrand at Shelly Manne's Hole
Cinema Legrand
Themes and Variations
Twenty Songs of the Century.
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Waldo González López (Las Tunas, Cuba, 1946) Poeta, ensayista crítico teatral y literario, periodista cultural. Graduado en la Escuela Nacional de Teatro (ENAT) y Licenciado en Literatura Hispanoamericana (Universidad de La Habana). Autor de 20 poemarios, 6 libros de ensayo y crítica literaria, varias antologías de poesía y teatro. Desde su arribo a Miami (2011), ha sido ponente y jurado en eventos teatrales y literarios internacionales. Merecedor de 3er. Premio de Poesía en el X Concurso “Lincoln-Martí” 2012. Colaborador de las webs: teatroenmiami.com (Miami) y Encuentro de la Cultura Cubana (España), Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (New York), y los blogs OtroLunes (Alemania), Palabra Abierta (California), Gaspar. El Lugareño, y el diario digital El Correo de Cuba (ambos en Miami)
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