Nota del blog: Agradezco a Verónica E. Fernández Díaz, que comparta un nuevo texto relacionado con el músico camagüeyano José Marín Varona, de quien hoy, 10 de marzo, se celebra el 160 aniversario de su nacimiento.
Quiéreme mucho
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Quiéreme mucho obra de Gonzalo Roig ha recorrido el mundo como una de las tres canciones cubanas más populares de todos los tiempos. Se cantó por primera vez formando parte de un dúo de la zarzuela El servicio militar obligatorio estrenada por los intérpretes Blanca Becerra y Rafael Llorens en 1917. El propio compositor, fungiendo como pianista de cine la tocó en innumerables ocasiones para amigos y el público que se lo pedía. Incluso realizó más de 60 copias manuscritas que regaló a quienes solicitaban su ejecución. Finalmente, la obra fue vendida a la casa editora de música “Vda. De Carreras” en Prado 114 por 5 pesos, correspondiendo el derecho de autor a los Estados Unidos de América. Así se reprodujo en un periódico de la época bajo el título displicente de Esa “cancioncita”. El periódico se conserva en el Museo Nacional de la Música pero, lamentablemente, carece de datos editoriales:
—No está mal… pero, ¡imagínese! No creo que tenga mucho éxito. Usted sabe que ahora lo que está de moda son las cosas americanas, y estas cancioncitas no interesan.
El editor hablaba con frialdad, sin interés siquiera. Sólo miró el título de la canción: Quiéreme mucho, y los autores: letra, Agustín Rodríguez; música, Gonzalo Roig.
Hubo un momento de silencio. Después aceptó comprarla y fue firmado un sencillo documento, traspasando la propiedad para esta primera edición. Ya en la calle, Agustín fue hacia donde estaba Roig esperándole, cerca de Prado 114, donde estaba la casa editora.
— ¿Qué?— Aceptó.— ¿Y cuánto?—Un centén.
Efectivamente, la primera edición de la canción que luego se haría universal, fue adquirida por un centén, o sea, cinco pesos de aquella época.
De entonces a la fecha Quiéreme mucho ha sido utilizada en el cine francés, el norteamericano y el mexicano en múltiples ocasiones. Se ha interpretado y grabado en diversos países de Europa convirtiéndose prácticamente en un himno de autor anónimo. Las reproducciones manuscritas que realizara el autor propiciaron que la obra fuera versionada y adaptada a gusto y como no se vendió debidamente, mientras Gonzalo Roig cobraba anualmente 900 dólares por concepto de derecho de autor, la casa discográfica norteamericana recibía más de un millar.
Ello fue motivo para que, con el tiempo, el compositor se convirtiera en uno de los más motivados defensores de la institucionalización del Derecho de Autor. De ahí que fungiera como presidente de la Sociedad Nacional de Autores de Cuba (SNAC).
Pero esta historia, como el caimito, tiene otra cara. La melodía que hizo famosa a Quiéreme mucho se reconoce perceptiblemente en una obra del compositor camagüeyano José Marín Varona estrenada en 1900, con la que ganó el Tercer Premio en la Exposición Universal de París. Se trata de la danza capricho titulada Page of life: “Página de vida” que conforma el ciclo de danzas caprichos denominadas por el autor como Tropicales.
Page of life
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En Page of life Marín Varona utiliza un motivo rítmico melódico que luego reaparece de manera casi intacta en Quiéreme mucho de Roig y por el cual se identifican ambas composiciones. El diseño estructural de ese motivo es repetido en la obra de Roig de la misma manera que lo hizo Marín Varona en su danza, con ligeras variaciones de acuerdo al género que aborda y los medios expresivos. De igual manera, ambos motivos aparecen en secciones intermedias y tienen un carácter más lírico, indicado a través de términos como Lento en Marín Varona y Tempo dolce e legato en Roig; de modo que en ambas obras el motivo se consolida como eje de la partitura.
Esta semejanza se manifiesta a manera de parodia, en la medida en que Roig modifica el sentido de la obra parodiada –la de Marín Varona– cambiando de género, compás, tonalidad, recursos expresivos y estableciendo una lectura nueva y diferente de ese motivo identificador que, si bien trata de enmascararse a través de aquellos recursos expresivos, es perfectamente reconocible.
Entre Marín Varona y Roig existió una relación amistosa aunque son músicos que pertenecen a generaciones diferentes. Se ha podido constatar que Roig admiró la obra de Marín Varona, pues de ella realizó varios arreglos para diversos formatos y la incorporó en programas radiales y de conciertos. Dan fe de ello los programas de la Banda Municipal de Conciertos que ejecutó la obertura Patria de Marín Varona; la orquesta Cervantes habitual en el programa radial de la emisora CMQ donde ejecutó obras como Novelita”, “Borincana” y Potpurri”; o los programas de conciertos de la orquesta sinfónica también dirigida por Roig para las que arregló la canción de la zarzuela El Brujo de Marín Varona.
Ello demuestra que para Roig, Marín Varona se encontraba entre los músicos célebres del siglo XIX cuya obra, no ejecutada tras su muerte, podría quedar en el olvido. Pero entre las piezas que Roig arregló de Marín Varona no se encuentra Page of life lo cual es una sospechosa coincidencia.
Plagio consciente o no lo cierto es que el propio Roig fue querellado por músicos como Rosendo Ruiz (hijo), Julio Gutiérrez, César Portillo de la Luz, Humberto Suárez, Juan Arrondo y Orestes Santos, quienes publicaron folletos y manifiestos en la prensa acusándolo por el mal manejo en asuntos de la SNAC y sus regulaciones autorales. Sin embargo Gonzalo Roig defendió siempre la autoría de Quiéreme Mucho sin aceptar que en su concepción pudiera haber influido José Marín Varona y su Page of life. En una entrevista que se le realizara al respecto, Roig afirmó:
— ¿Qué cómo surgió “Quiéreme mucho”? Déjeme usted recordar. Sí, eso es. Fue en el año 1915. Estaba la primera guerra mundial en todo su apogeo y Cuba cumplió su misión de país beligerante, haciéndonos la vida muy amarga, a fuerza de no tener azúcar, ya que toda se la vendían a los Estados Unidos y dictando la Ley del Servicio Militar Obligatorio para todos los cubanos solteros muchos de los cuales cambiaron inmediatamente de ciudadanía y de estado civil, casándose también muy inmediatamente. Con ese motivo, Agustín Rodríguez, que actuaba en esa época con su compañía de zarzuelas cubanas en el Teatro Martí, le encomendó al notable sainetero cubano Miguel de Luis, una obra que llevara por título “El servicio militar obligatorio” para ser estrenada por dicha compañía.
— ¿Pero, “Quiéreme mucho
— ¿No quiere usted escuchar la historia? Verá, Miguel de Luis era muy aficionado a tirarle de la oreja a Jorge, recibió un anticipo pero no hizo la obra. Entonces, Agustín, que era en verdad amigo de sus amigos, escribió la obra en una noche; en un mediodía le hice la música. La segunda parte de la canción “Quiéreme mucho” figuraba como el final del dúo de amor de aquella obra. Así nació esta canción.
Resulta sospechosa la declaración de Roig cuando confiesa que hizo la melodía en un mediodía, y ante la pregunta del periodista acerca de su fuente de inspiración en la pieza, responde:
— ¿Mi musa? Sobre los motivos o quien la inspiró se han tejido diversas leyendas. Pero la verdad es solo una. Mi musa, bien conocida de todos los artistas, estaba muy desnutrida: fue la pobreza.
Esta respuesta de Roig trae otras incógnitas e incertidumbres; ¿se refiere a la pobreza espiritual, la pobreza monetaria o la pobreza creativa? Nunca reconoce directamente su fuente de inspiración y deja sobre el tapete la madeja de una historia oscura tejida alrededor de su creación musical. Para acallar aquellas voces y patentar la obra al menos por el título, concibió una zarzuela con igual nombre en colaboración con el libretista Eduardo Robreño. Y aunque nunca fue confesado por su autor, Quiéreme mucho, canción de 1917 guarda increíble parecido con Page of life de Marín Varona, de modo que Quiéreme mucho se convierte en el hipotexto de la danza capricho Page of life.
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Verónica E. Fernández Díaz. Nació en Camagüey, el 28 de enero de 1972. Doctora en Ciencias sobre Arte, Profesora Titular e investigadora Auxiliar de la Universidad de las Artes y el Centro de Estudios Nicolás Guillén. Premio Anual de Investigación Cultural 2007 con “Diccionario de la música camagüeyana. Siglo XIX” y 2015 con “Música e identidad cultural. Puerto Príncipe 1800-1868. Premio CUBADISCO 2014 en Producción de Investigación Musical con el CD Páginas de vida. Música camagüeyana del siglo XIX. 3er Premio de Musicología Argeliers León de la Uneac 2017 con el estudio de la obra de José Marín Varona.
Tiene publicado el libro Diccionario de Música camagüeyana. Siglo XIX, y varios artículos en Cuadernos de Historia Principeña de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, el Anuario de la Universidad de las Artes y la revista Antenas de su ciudad natal. También tiene trabajos publicados en la revista Videncia de Ciego de Ávila, Sic de Santiago de Cuba y Clave de Ciudad de La Habana, así como artículos en varios libros. Otros trabajos suyos se han publicados en Lisboa, Portugal; Baeza, España y Santiago de los Caballeros, República Dominicana.
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