De ayer a hoy, por los cielos del mundo.
Atisbos del antiguo aeropuerto de la Pam Am en Camagüey.
por Carlos A. Peón-Casas
La foto es muy reveladora de aquellos tiempos, nada sofisticada, pero eficiente instalación aeroportuaria que, en la foto de marras, corresponde a la de los finales de los años 40’s del pasado siglo XX.
Ciertamente, el progreso llegó en tiempos de la II Guerra Mundial, cuando la pista de aquel aeropuerto local, que había tenido otras temprana localización en los predios del antiguo campamento militar estadounidense de los tiempos de la primera y segunda intervención a la altura de los actuales repartos La Zambrana y Garrido, vio mejorar su capacidad de recepción de los aviones de gran porte de la época, con una inmejorable pista de aterrizaje del más duro hormigón armado de la época, la misma que hoy mismo sigue en funciones, luego de inevitables mejoras como el alargamiento de la susodicha placa, ya acometido inicialmente por la propia Pan Am a finales de los años 50’s.
Quien ve el sitio ahora, correspondiente a la bien poco utilizada terminal aérea de vuelos nacionales de la ciudad, en la que opera Cubana de Aviación, y que conecta únicamente y con itinerarios muy irregulares y precarios, la ciudad agramontina con la capital; luego de volar en tiempos pretéritos desde la misma ciudad a múltiples destinos domésticos e internacionales.
En la foto se echan de menos algunos detalles: como la hoy inexistente y muy práctica entonces, torre de control, sobre el segundo nivel del pequeño aeropuerto, o la actual proliferación de infranqueables cercas perimetrales.
La Pan American World Airways, propietaria de la citada Cubana de Aviación, desde 1933(1), regía los destinos del aeropuerto y sus instalaciones desde su fundación en, amén de volar a la Florida, un destino que hoy suplantan compañías como American y Jet Blue que van a Miami y Fort Lauderdale respectivamente.
Desde 1944, su administrador general lo sería: Gerard Grossman, a quien identifica el ya citado Jiménez en su libro como camagüeyano(2), sin embrago, personas bien informadas en la ciudad de los tinajones, nos hablan de que era con toda certeza, norteamericano de origen.
Pero, un dato interesante que se cita en los Directorios Sociales de Camagüey de 1949 y 1960, respectivamente, no mencionan a ningún Gerard, sino a Samuel Grossman, y lo presentan como Agente de Pasajes de la Pan American Airways, y el propietario además del Hotel Plaza, donde tenía sus oficinas, y también en el número 225 altos de la cercana calle Avellaneda, casado con la Sra. Betty Sohn, a todas luces también norteamericana.
Mientras tanto, y en lo que dilucidamos las interrogantes, esta vieja foto de lo que fue aquel mínimo espacio aeroportuario del Camagüey, seguirá impertérrita recordando aquel sabio adagio que nunca es más verdad que ahora: “Cualquier tiempo pasado fue mejor”
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- …”de la que había empezado a desprenderse a partir de 1945, en que vendió el 58% de sus acciones a capitales cubanos dirigidos por Antonio Tarafa Govín, pero manteniendo los intereses hasta el 26 de Julio de 1954…” En Las Empresas de Cuba 1958. Guillermo Jiménez. Ciencias Sociales. La Habana. 2004 p.481
- “Manuel Quevedo había sido administrador general en Cuba hasta que en marzo de 1944 renunció(…) y fue sustituido entonces por el camagüeyano Gerard Grossman, antiguo ejecutivo de la firma” Ibid,
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