Este muchacho se acerca sospechoso.
(Felicísimo)
Ahora que se mueren las ballenas.
Transcurre entusiasmado,
se asoma a los jardines optimista.
Su atrevimiento es tal, que me impresiona;
abarca mucho con sus brazos frágiles.
Quiere acercarse al final con heroísmo.
Quiere parar las bombas con aplausos,
seguir riendo ante el puñal obtuso.
Su cuello almidonado, sus zapatos pulidos,
su mano esterilizada - lo delatan.
Este muchacho está infiltrado entre nosotros,
pero no es parte de nosotros...
No le duelen nuestras carencias.
No se le nubla el cielo entre las ráfagas.
No se alza compungido en las colinas.
No se alza compungido en las colinas.
La carabina se le cae muy a menudo.
Trae una joven campana entre las manos
y la alborota al primer encuentro
con su prójimo.
Es tan puntual, tan modesto;
que ma parece cínico.
La más dudosa estrella vive fija en su órbita.
El canto más explícito se percibe en su voz.
Este muchacho contradice al aguafiestas.
Al enemigo lo recibe con efusivos estrechones.
Tendremos que expulsarlo de la tropa.
Tendremos que encontrar tercas razones.
Tendremos que salvarlo de la ira.
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Ver Rodrigo de la Luz, en el blog
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