Nota del blog: Los miércoles en la sección de Carlos A. Peón-Casas, están siendo publicados una serie de ensayos que formarán parte de su próximo libro, el cuál estará dedicado a la obra poética de Ernest Hemingway.
Carlos A. Peón-Casas publicó, en el año 2017, El Vino Mejor. Ensayos sobre Ernest Hemingway. (Ver información en este enlace)
Y todo lo que sabe el autor(1): un ejercicio poético de Hemingway en París.
por Carlos A. Peón-Casas
El poema que referenciamos ahora vio la luz en 1926, en alguno de aquellos cafés parisinos, donde el joven Hemingway solía dedicarse ya en plan de escritor serio, a generar sus tempranas, pero definitivamente imperecederas obras maestras.
Es el mismo año en que da a las prensas dos de aquellas producciones: Torrents of Spring/Torrentes de Primavera, en mayo; y The Sun Also Rises, en octubre. Es el minuto, en que igualmente la muy reconocida editora Scribner’s de Nueva York, pasa a ser su editorial permanente.
En aquellos minutos, donde la prosa parece ser definitivamente su norte y guía, Hemingway empero, no deja de escribir poemas. Al menos, otros cinco(2), se suman al que hoy referenciamos.
Acaso todos tengan en común, un detalle muy singular. Son “ejercicios de calentamiento”(3), apuntes preparatorios, para una jornada prosística de más largo aliento.
Pero su permanencia en su poco manejado corpus poético, siguen teniendo una importancia a veces desdeñada, a la hora de entender al escritor total que fue Hemingway.
Nicholas Gerogiannis apunta muy oportunamente como estos textos poéticos se recogieron en los cuadernos que Hemingway usaba entonces, junto a otros intentos por lograr sus ansiadas “oraciones verdaderas”, esa primaria materia prima para remontar los escenarios más recónditos de su creatividad literaria.
La naturaleza incoherente de esas notas sugieren que Hemingway escribió mucho de su poesía como ejercicios de calentamiento, temprano en las mañanas, cuando intentaba mantener el flujo creativo(4).
El fruto resultante, pudo haber sido perfectamente, ese primario discurrir de sus acentos más elementales, una especie de escritura automática, emparejada con disquisiciones más o menos trascendentes, o acaso muy nimias, extrapoladas desde la realidad y la vivencia como ente iniciático del discurso.
En el caso particular del poema que nos ocupa, se vuelve de pronto una inopinada revelación sobre el quehacer de sí mismo y de otros de sus pares.
De tales coordenadas emerge el poema, en cuyas líneas iniciales parece desplegarse el motivo central que luego se hace explicito sobre la marcha, y donde hay un inevitable guiño, del joven Hemingway al estilo reiterativo, de la que fuera una mentora imprescindible, aunque luego desdeñada por el mismo, en aquellos años parisinos: Gertrude Stein
Y todo lo que sabe el autorLos versos subsiguientes van en pos de ir develando nuevas revelaciones que aludirán a tirios y troyanos, incluyendo entre unos y otros a autores más o menos conocidos del poeta, velados quizá por esa necesaria niebla que suele usar para enmascararlos, pero que un conocedor, o incluso o un lector avisado puede perfectamente descubrir a primera vista.
Lo muestra, y lo muestra, y lo muestra, y lo muestra
Su ropa interior
Tiene más importancia que el sol
Un trabajo en proceso
Significa que queda aún mucho por hacer(5)
(…)
Algunos escriben sobre los pobres
Describen la labor de las alcantarillas
Narran el contenido de los drenajes
Todo autor le produce al otro dolor
Otros escriben de los ricos
Sus personajes son todos unos malnacidos
Sus mujeres están locas
Por uno que otro de su hermano
Otro autor está enamorado de su madre
Algún otro escribe de cosas felices
Y gana lo suficiente para beber
Hasta matarse y olvidar
sus pesares inhalando
burbujas gaseosas de Champagne
Algunos otros piensan que lo que escriben
Es de poca importancia
Pero insisten.
La lectura atenta, de la mano del bien informado Gerogiannis, nos permite identificar al menos a un par de tales autores a los que Hemingway señala, el primero aludido en el verso: “Otro autor está enamorado de su madre, es probablemente referencia a D.H.Lawrence y su obra Sons and Lovers/Hijos y Amantes (1913)(6). Y cuando leemos la afirmación: “Y gana lo suficiente para beber: posiblemente es una referencia a Scott Fitzgerald, a quien Hemingway había conocido en 1925”(7).
Las líneas finales quizás aludan al propio rimador, por sobre todo, en el mensaje conclusivo, donde apuesta por la perseverancia, que al final acabará dándole la razón cuando logre finalmente, un lugar respetabilísimo bajo el sol de la literatura mundial, ya anunciado desde aquellos versos acaso hoy considerados, un tanto a la ligera, como meras apoyaturas circunstanciales, muy al final, no precisamente frutos menores de su inmortal cosecha literaria.
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- Complete Poems.Ernest Hemingway. Edited by Nicholas Gerogiannis. University of Nebraska Press. U.S.A, 1982. p.84
- Son a saber: Neothomist Poem, I think that I have never trod…, Little drops of grain alcohol, To a Tragic Poetess, y Portrait of a Lady. Ibíd.
- Nicholas Gerogiannis. Explanatory Notes. Ibíd. p. 148
- Ibíd. p. 148
- Ibíd. p.84
- Ibíd.
- Ibíd. Para otros detalles sobre un poema especialmente dedicado por Hemingway a Fitzgerald, véase mi ensayo Un poema hemingwayano para Scott Fitzgerald.
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