Sunday, January 28, 2024

Ballet "La Bayadera" (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


​​El ballet “La Bayadera” se estrenó​ el 4 de febrero de ​1877​, ​en​ ​el​ Teatro​ ​Mariinski​ ​de​ ​San​ Petersburgo. La coreografía fue creada por Marius Petipa, la música por Ludwig Minkus y el diseño escenográfico y de vestuario por Piotr Lambkin, Konstantin Ivanov, Orest Allegri y Adolf Kwapp. El libreto, inspirado en dos dramas del poeta hindú Kalidasa, fue creado por Sergei Kuschelok y el propio Marius Petipa. En el día del estreno los protagonistas fueron Lev Ivanov (como Solor), Ekaterina Vazem (en el papel de Nikia) y Maria Gorshenkova (en el rol de Gamzatti).

Las bayaderas, denominadas “devadasi” en la India, eran doncellas formadas desde la infancia, con una rigurosa disciplina, como bailarinas profesionales. Ellas realizaban danzas religiosas y sagradas ya que eran percibidas como seres que generaban la idea de luz, perfume y belleza. El término “bayadera” deriva de “bailadeiras”, forma en que los navegantes portugueses (en los siglos XV y XVI) llamaban a estas bailarinas. El orientalismo idealizado, lo exótico y lo sobrenatural, temas que fascinaron a los autores románticos, aparecen en este ballet que, desde el punto de vista historiográfico, pertenece al período clásico de la danza académica.

Este ballet se desarrolla en tres actos y cinco escenas. En el comienzo del primer acto, en las inmediaciones del templo, vemos a los guerreros junto a Solor regresar de una cacería. Solor le solicita al fakir Magdaveya que le avise a Nikia que se encontrarán frente a la Llama Sagrada. Llegan los sacerdotes y el Gran Brahmán para preparar la Llama Sagrada para las inminentes celebraciones.


Las bayaderas hacen su aparición, entre ellas Nikia, quien será elevada al rango de Gran Bayadera. El Gran Brahmán, fascinado por su belleza, le declara su amor; pero ella lo rechaza puesto que él es un hombre de Dios. Las ceremonias comienzan y Magdaveya comunica a Nikia los deseos de Solor. El Gran Brahmán, sin ser visto, advierte la conversación y comienza a sospechar.

Al finalizar la ceremonia, todos regresan al templo. En la soledad, Nikia y Solor se encuentran y se juran amor eterno ante la Llama Sagrada. Sin embargo, el Gran Brahmán observa la escena desde el interior del templo. Cuando ellos se separan, el Gran Brahmán, furioso, invoca a los dioses para que Solor sea destruido.

Ya en el palacio del Rajah, se le rinde homenaje a Solor, por su gran valor. En recompensa, el Rajah le ofrece la mano de su hija, Gamzatti, en matrimonio. Solor queda deslumbrado ante su belleza y, a pesar de estar unido a Nikia por un juramento, el joven no puede resistirse a sus encantos ni rechazar el ofrecimiento del Rajah. La fiesta comienza, llega el Gran Brahmán y le revela al Rajah los lazos que existen entre Solor y la bayadera.

El Brahmán supone que el Rajah eliminará a Solor. Sin embargo, para su sorpresa, el propósito del gobernante es dar muerte a Nikia. Gamzatti, escondida, escucha toda la conversación y decide encontrarse con Nikiya para tratar de persuadirla y que se aleje de Solor. Tras el infructuoso intento, Nikia huye y Gamzatti, al igual que su padre, decreta la muerte de la bayadera.

La siguiente escena se desarrolla en los jardines del palacio. Se anuncia un gran festín para celebrar el compromiso entre Gamzatti y Solor. El Gran Brahmán impulsa a Nikia a bailar en la ceremonia, ella rehúsa. La sirvienta de Gamzatti, Aya, le entrega una cesta con flores diciéndole que es un presente de Solor. Pero entre las flores se oculta una mortal serpiente, colocada allí por Gamzatti y el Rajah. El áspid muerde a Nikia, el Gran Brahmán le ofrece un antídoto pero, al ver a Gamzatti y a Solor juntos, lo rechaza y muere.


En el segundo acto, encontramos a Solor en su tienda, desesperado por la muerte de la hermosa bayadera. Bajo la influencia del opio ve a Nikia en el Reino de las Sombras, con su imagen multiplicada en espectros de bayaderas. Junto a ella, Solor evoca su danza ante la Llama Sagrada. Solor continúa aun atrapado por la fascinante visión de Nikia, cuando aparecen en escena sus compañeros que lo requieren para los preparativos de la boda.


En el tercer y último acto se lleva a cabo la boda, en el templo. Bajo la sombra del Gran Buda, un ídolo de bronce danza mientras el Gran Brahmán y los sacerdotes preparan la ceremonia nupcial. Los novios hacen su entrada rodeados de bayaderas, que ejecutan una danza ritual, símbolo de la Llama Sagrada que brilla fuera del templo. El Rajah, Gamzatti y Solor bailan, pero éste es continuamente asaltado por la visión de Nikia. Aparece misteriosamente un cesto con flores, idéntico al que provocó la muerte de la bayadera, Gamzatti, aterrada y atormentada por la culpabilidad, solicita a su padre que apresure el culto.

El Gran Brahmán avanza con la ceremonia en medio de la indecisión de Solor. Los dioses, furiosos ante la situación, desencadenan su venganza y el templo se desploma sobre los presentes. Finalmente, las almas de Nikia y Solor se unen en amor eterno.



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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

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