Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.
Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.
Esta obra, cuyo título original es “Le fils prodigue”, con coreografía de George Balanchine, fue estrenada el 21 de mayo de 1929 en el Théâtre de la Ville, en París, y fue la obra apertura de la última temporada que los Ballet Russes realizaron en París. La música fue compuesta por Sergei Prokofiev quien, además, estuvo a cargo de la conducción de la orquesta, la escenografía y el vestuario fueron diseñados por Georges Rouault y la iluminación estuvo a cargo de Ronald Batas. El argumento fue realizado por Borís Kojnó, basándose en la parábola del Evangelio según San Lucas pero enfatizando la idea del pecado y la redención, hacia el final de la obra. En ocasión de su premier, la obra estuvo protagonizada por Serge Lifar, Anton Dolin, Felia Doubrovska, Michael Fedorov y Léon Woizikowsky.
Esta colaboración fue la tercera entre Prokofiev y los Ballet Russes. Sin embargo, por primera vez, el compositor se mostró molesto con el coreógrafo ya que él había imaginado una puesta coreográfica más realista de la propuesta por Balanchine. Es por eso que Prokofiev se negó a pagarle regalías a Balanchine por su coreografía. A pesar de este desentendido entre los implicados, “The prodigal son” fue un éxito de crítica y de público, y uno de los primeros ballets de Balanchine en alcanzar trascendencia internacional.
El argumento es sencillo y se organiza en un acto y tres cuadros. En el primer cuadro el hijo pródigo abandona el hogar paterno, junto a dos amigos, tras recibir parte de su herencia. En el cuadro siguiente, se los ve en una taberna, participando de una fiesta; el hijo pródigo queda deslumbrado por una misteriosa mujer, sus amigos aprovechan y lo emborrachan, le roban todo su dinero y lo dejan abandonado a suerte. En el cuadro final, el joven vuelve al hogar paterno, arrepentido, en busca de redención.
Luego del estreno y tras la muerte de Diaghilev, ocurrida ese mismo año, Balanchine se traslada a Estados Unidos y repone esta obra para el American Ballet en 1934 y, también se volverá a presentar, con M. Barishnikov, en 1980. Otras compañías que la han representado son el New York City Ballet (1950, con J. Robbins), el Royal Danish Ballet (1968), el Royal Ballet (1973, con R. Nureyev), el ballet de la Ópera de Paris (1973) y Les Grand Ballet Canadiens (1989).
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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO)
Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com
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