Su nombre nos involucra inevitablemente con la larga prosapia de los Agüero, línea genealógica que entrecruza los destinos patrióticos pero también los de las bellas letras de Puerto Príncipe.
Francisco, es hijo de otro preclaro principeño: Francisco Agüero y Duque Estrada: “El Solitario”, por lo que sus necesarias coordenadas poéticas y literarias tienen un claro sello generacional.
Vio la luz en aquel Puerto Príncipe en 1832, fue su madre una reconocida dama de la aristocracia local Ana María Agüero y de Varona, de allí su doble filiación al patricio apellido.
Su primera juventud discurrió en los bucólicos ambientes de El Retiro, propiedad de la familia de su madre, donde teniendo por maestro a su propio padre, y rodeado de los encantos de la naturaleza, curtió su alma ansiosa de luces y sueños.
Fue también, como su padre, periodista; destacando en tales labores en el semanario “El Popular”, del que fungiera como director. Pero la poesía fue definitoriamente su fuerte, un poco antes de su fallecimiento, en 1886 dio a conocer sus versos, contenidos en un libro intitulado Sentimientos y Creencias, del que fue igualmente el autor del prólogo.
En aquellas inspiradas palabras tuvo a bien dedicarlo a la generación más joven:
Por eso venimos, palpitantes de emoción, radiantes de júbilo, a depositar nuestro modesto libro en al altar de la patria, como el homenaje purísimo de nuestro cariño, poniéndolo en manos de la juventud perteneciente a la nueva generación, que amamos entrañablemente, para que le sirva de noble emulación, de poderoso estímulo, puesto que ella representa el porvenir y las más legítimas esperanzas de la sociedad en que vivimos(1).
Un poema del libro nos merece atención, porque va dedicado especialmente al paterno lar principeño. Se titula “A El Camagüey”, compuesto en la difícil estructura del soneto, nos sirve de muy especial cierre para esta reseña que ha querido descubrir la voz singular de un poeta local, del que el tiempo no borra, ni acaso desdibuja, los acentos más preclaros de su estirpe y su buen hacer de rimador.
¡Campeón de la verdad inmaculada”¡Soberano titán del pensamiento,Que el progreso proclamas con tu acento,y con tu voz la Libertad sagrada!Tú que emprendiendo varonil cruzadaConfundes el error con tu ardimiento,Y eres de la Provincia el ornamento,terror de la Colonia desgraciada.Sigue valiente tu misión divinaEn tu puesto de honor firme y constantemientras la reacción rayos fulmina.“Que si falta un Homero que te cante”Haré que el arpa en tu alabanza vibreDigna, sincera, como el aire libre.(2)
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- Sentimientos y Creencias. Francisco Agüero y Agüero. Imprenta Ramentol S.A. Camagúey. 1956. Esta edición fue promovida por su hija Josefina Agüero y Poveda, la más joven de la larga descendencia de ocho hijos del poeta principeño.
- Ibíd. p.165
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