«[…] el diseño de las portadas de los libros de Luis G. Fresquet para Ediciones Universal, ha colocado a la editorial al mismo nivel artístico de Plaza & Janés, de España.»
Ante todo, te preguntarás, ciberlector: ¿Quién es Chamaco?, ¿es artista?, ¿por qué genuino arte? Estas y otras preguntas te las responderé enseguida, apenas leas mi crónica de hoy.
Chamaco —para los escritores cubanos y para otros de diversos contextos que han hermoseado sus libros con la particular impronta del multiarte de este multicreador —es el nombre artístico de Luis G. Fresquet (La Habana, 1946), un genuino innovador plástico, porque en él se fusionan, en lúcida mixtura, sin confundirse, el pintor, el dibujante, el ilustrador, el diseñador y el caricaturista, sabia combinación por la que ha devenido, desde décadas atrás, uno de los más connotados poliartistas cubanoamericanos.
LOS ORÍGENES
Tras dos años de la inauguración de su primera exposición en la Galería de Cinema La Rampa, poco antes de cumplir 12 años, ya a los 14 aprendía dibujo y diseño gráfico en el departamento creativo de una publicitaria, cuando su tío le pidió que leyera su escrito que publicaría en el suplemento humorístico El Pitirre del diario La Calle.
El escritor humorístico y periodista Juan Ángel Cardi escribiría el siguiente texto de presentación para el catálogo de su exposición en la Galería de Arte del Consejo Nacional de Cultura, en el lejano 1966, cuando el artista tenía 20 años:
Aunque ya anda por el mundo con la barba totalmente cerrada, Chamaco es muchísimo más joven que el inventor de las cuchillas de afeitar. Su nacimiento tuvo lugar hace muy pocos años en la liliputiense ciudad de Regla, y lo primero que hizo al nacer fue pedir un lápiz para pintarle un bigote a la comadrona, la cual al fin resultó ser un ginecólogo. A partir de esta graciosa precocidad, era de esperarse que Luis García Fresquet estuviera destinado a expresarse en el intrincado pero agradable lenguaje del humor. Es de esta manera y con el seudónimo de Chamaco, que apenas levantando dos cuartas del suelo, como suele decirse, comenzara a hacer pininos en El pitirre, y, andando el tiempo, viera aparecer su firma en Palante y otras publicaciones nacionales y extranjeras. Chamaco, viene a ofrecer a la consideración de quien desee pasar un rato grato expeliendo bellas sonrisas, esta exposición de unas docenas de sus últimos cartones, tarea que ha realizado con el plausible objetivo de demostrar que, aunque joven, ya es un dibujante con toda la barba. Si cada espectador opinase lo mismo que nosotros, habremos completado esa elegante figura que se llama unanimidad y que es lo más parecido al buen éxito que se conoce hasta la fecha.
Mas, ya en junio de 1970 exhibía sus caricaturas en la Galería L de la Universidad de La Habana y luego las publicaría en el libro Yo. Tú, Él y el Humor por la Editorial Pluma en Ristre del Instituto Cubano del Libro en el mismo año, y, en 1971, por la Editorial Prelo, de Lisboa, Portugal.
En una entrevista con el laureado narrador y periodista, ya fallecido, Noel Navarro (quien fuera colegamigo de este cronista), Chamaco confesaba:
Desde hace algún tiempo me tracé una línea de trabajo artístico: ridiculizar los prejuicios y defectos del hombre, en particular, aquellos que lo estancan y no lo dejan ver el futuro. Esta línea la vengo siguiendo desde mi último premio recibido en España. En aquel entonces, el tema de mis dibujos era el curioso —el que todo lo mira, más por hábito que por otra cosa—, el cosmos... Sé que es una línea muy difícil, porque, en realidad, la sociedad va hacia nuevas metas y el hombre cambia constantemente. En esta exposición he buscado también un ámbito más universal.
UNA BUENA NOTICIA
Por ese tiempo, la prensa cubana reflejaba una buena noticia que alegraría a los familiares y colegas del joven artista: «El caricaturista cubano Luis García Fresquet (Chamaco) ganó el primer premio para los concursantes extranjeros en la Olimpiada Mundial de Humorismo celebrada en España.»
Y el artista diría al conocer la buena nueva: «Siento una gran satisfacción no solo por lo que significa para mí haber obtenido este lauro en un concurso internacional, sino porque se trata del primer premio internacional de humorismo que alcanza Cuba.»
El recordado Santiago Armada (Chago), caricaturista, diseñador gráfico y autor del libro de dibujos humorísticos El humor otro, escribiría sobre nuestro creador:
[...] Chamaco, es uno de nuestros más serios y constantes creadores humorísticos, se ha distinguido tanto en el ámbito local como en el universal, obteniendo premios y menciones [...]. Su libro Yo, tú, Él y el Humor (1970), un éxito del humorismo cubano de vanguardia, fue reeditado inmediatamente por una editorial portuguesa PRELO. Su personalísimo estilo de humorista, en apariencias esquemáticas o infantiles, se carga de un acendrado nervio original, provocador de un distanciamiento hondamente reflexivo. Ingenuidad de la forma para atrapar la mente por medio del ojo. Luis G. Fresquet, inspirado y feliz ilustrador de libros infantiles, affichista y diseñador del Departamento de Actividades Culturales de la Universidad de La Habana, también ha conquistado en estas esferas galardones y amplio reconocimiento crítico.
En lo personal, tuve la suerte de conocer al poliartista y disfrutar de su valiosa creación, tras merecer, en 1976, el Premio «13 de Marzo» de Literatura para Niños y Jóvenes por mi poemario Poemas y canciones, cuando recibí tres regalos inolvidables: 1ro. Ser galardonado por un jurado presidido por un poeta de la talla de Eliseo Diego (La Habana, 1920-Ciudad de México, 1994), autor de numerosos cuadernos de genuina poesía —entre estos se halla uno que me dedicó cuando recibí de sus manos el ya mencionado lauro: El oscuro esplendor (1966)]; 2do. El prólogo que el propio Eliseo estampó en el frontispicio de mi breve poemario para niños —cuyo título tomé de uno de mis poetas españoles preferidos: Juan Ramón Jiménez—, y 3ro. Las ilustraciones de cubierta e interiores del cuaderno premiado serían realizadas por Chamaco, ya que por fortuna él era el Jefe de Diseño del Departamento de Extensión Universitaria, de la Universidad capitalina, en la que yo estudiaba, con mi entonces novia y desde el año siguiente esposa, Mayra del Carmen Hernández, Licenciatura en Literatura Hispanoamericana, junto con otros colegamigos escritores hoy en el exilio miamense: Manuel Gayol y Mercedes Eleine González, tales asimismo los amigos Irma Pujol, Belinda Behar Helen Rudnikas y Wilfredo Ramos.
LA IMPRONTA DE CHAMACO
«Luis G. Fresquet (Chamaco) deja su impronta en todo lo que realiza, como un Rey Midas: sus ilustraciones para los libros de literatura infantil, así como sus caricaturas y diseños, lo corroboran», escribí tiempo después —tras una mutua admiración— en un artículo publicado en la revista Bohemia, donde primero fui colaborador habitual y después periodista fijo en las páginas de Cultura.
Ya entonces había pasado no poca agua bajo los puentes de una limpia amistad que uniera a dos parejas: la conformada por él y la escritora para niños, sensible artesana y, hace cincuenta y tres años, su esposa, Nury A. Rodríguez, y la mía con la ensayista, investigadora y editora Mayra del Carmen Hernández Menéndez, con la que en abril del 2020 alcanzamos la nada pequeña cifra de cuarenta y tres años casados... ¿o cazados?
EL PRIMER PREMIO PARA NURY Y CHAMACO
En 1978, el jurado presidido por la destacada narradora, poeta y periodista cubana Dora Alonso otorgaba Primera Mención del Concurso «13 de Marzo» al cuento de Nury A. Rodríguez con ilustraciones de Chamaco: La boda de Anita y Aniceto, lo que corroboraba el acierto de la unión de esta pareja de creadores.
Luego ambos crearían primero en Cuba y luego en su exilio en Miami, la Colección de libros interactivos para niños para la Serie Juguemos, con los que han tenido gran éxito de venta, tales El Colibrí Azul, Totí, Robot-Jan y sus amigos, La libelula y las mil mariposas, La ciudad mágica, Ranita y sus amigos…
Así, amigos, ha sido y es la vida conjunta de Luis G. Fresquet y su esposa Nury A. Rodríguez, quienes no cejan en su hermoso empeño de otorgar belleza a los libros de niños y adultos, pues como unos Reyes Midas, ellos todo lo que tocan, lo convierten en oro.
DE SU LABOR EN EL EXILIO
Tras su salida de Cuba, García Fresquet ha sido director artístico de varias revistas y periódicos en España, donde colaboró con la Editorial Playor, del destacada narador y periodista Carlos Alberto Montaner, y en los Estados Unidos, durante más de catorce años, realizó la misma labor en las revistas Construcción Panamericana y Minería Panamericana, ambas publicadas en Miami.
Actualmente es diseñador freelance de la Ediciones Universal de Miami, dirigidas por el prestigioso editor Juan Manuel Salvat.
MI ENCUENTRO CON EL ARTE
Tal es el título del recién publicado libro de Chamaco o Luis G. Fresquet, dedicado a «todas las personas que han seguido la trayectoria de mi obra artística, y a mí mismo por haberla creado [como], a Nury, mi esposa, que siempre la he amado y que jamás la dejaré de querer», y sugerido por la propia Nury, donde nos narra su vida y extensa e intensa trayectoria como creador a tiempo completo, desde que, con solo 11 años, comenzara a pintar, en un largo viaje hasta el presente, demostrando su enorme legado, merecedor de más de veinte premios por sus ilustraciones exhibidas en importantes exposiciones e impresas en libros en numerosos países: Cuba España, Bélgica, Portugal, Canadá, México y los Estados Unidos.
Por ello, el libro (que se me antoja una fábula) es una recopilación de su obra, en la que, aunque no incluye todas sus pinturas, ilustraciones, caricaturas y diseños, las seleccionadas son suficientes para mostrar a los lectores el amplio camino recorrido por el destacado artista plástico cubano, inciado por su primera pintura infantil de 1957 hasta llegar a sus últimos diseños para cubiertas de libros y portadas de revistas.
Así conocemos in situ al notable creador Luis García Fresquet o Chamaco, cuya infatigable poética artística contradice las palabras del poeta y gran narrador argentino Leopoldo Marechal en su friso novelístico Adán Buenosyres: «lo terrible es haber perdido inocencia y alegría». Todo lo contrario: justamente ese candor de niño es lo que ha guiado el indiscutible talento de este avezado maestro de las Artes Plásticas, según lo corroboran las varias décadas de su indeclinable carrera.
Por ello, no en balde el fallecido narrador y periodista cubano Antonio Conte, dejaría escrito con acierto:
En ocasiones el azar hace que descubramos nuestra capacidad creativa para concebir una obra de arte. Y ese descubrimiento nos incita a buscar el camino del éxito. Eso le ocurrió a Luis García Fresquet a los 11 años cuando comenzó a pintar impulsado por la «presuntuosa picardía infantil» de ganarle una apuesta a un destacado pintor, quien le hizo conocer su talento para las artes plásticas.
Por su parte, María Elena García Pérez, artista plástica y profesora de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, expresaría: «[…] pocos dibujos de los pequeños llegan a fascinar tanto como los creados por este eterno niño: Luis G. Fresquet. La composición de sus creaciones, la mezcla de los fondos abstractos con las figuras y el atrevido uso del color para pintar sus ingeniosos gatos, nos muestran que posee el don de un artista...».
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Waldo González López (Las Tunas, Cuba, 1946) Poeta, ensayista crítico teatral y literario, periodista cultural. Graduado en la Escuela Nacional de Teatro (ENAT) y Licenciado en Literatura Hispanoamericana (Universidad de La Habana). Autor de 20 poemarios, 6 libros de ensayo y crítica literaria, varias antologías de poesía y teatro. Desde su arribo a Miami (2011), ha sido ponente y jurado en eventos teatrales y literarios internacionales. Merecedor de 3er. Premio de Poesía en el X Concurso “Lincoln-Martí” 2012. Colaborador de las webs: teatroenmiami.com (Miami) y Encuentro de la Cultura Cubana (España), Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (New York), y los blogs OtroLunes (Alemania), Palabra Abierta (California), Gaspar. El Lugareño, y el diario digital El Correo de Cuba (ambos en Miami)
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