Queridos hermanos y hermanas de La Habana:
Estoy contento de poder unirme, a través de este video mensaje, a la celebración por el quinto centenario de fundación de vuestra ciudad de San Cristóbal de La Habana.
En quinientos años de historia de ese amado pueblo, hay entretejidas muchas vidas entregadas por los demás, muchos sueños, esfuerzos, sacrificios compartidos para construir el presente y el futuro de los hijos de Cuba.
Quisiera resaltar en esta ocasión, tres aspectos históricos que estuvieron presentes desde los comienzos fundacionales, y todavía continúan siendo pilares para este tiempo. Y estos son la fe, la caridad y la esperanza.
La fe está en las raíces de la ciudad. Y las raíces sostienen la vida que se va gestando, las raíces nutren, las raíces ayudan a crecer. No olviden esas raíces, el testimonio de fe de vuestros antepasados. El acto fundacional de la ciudad de La Habana fue la celebración de la Santa Misa. Allí está la centralidad de la vida cristiana: en la Eucaristía, el sacramento que nos reúne a los cristianos como pueblo ante la presencia del Señor que nos habla, nos alimenta, nos envía para que seamos testigos en medio del mundo. Testigos del Evangelio.
El Señor Jesús nos invita a ser testigos de fe y también testigos de caridad y de amor. La caridad es otro aspecto que distingue al pueblo cubano. Lo han aprendido de María, la Madre de Jesús, que desde los comienzos se hizo presente entre ustedes en la advocación de la Virgen de la Caridad del Cobre. La caridad que nos enseña María es dar amor, y darlo con ternura, con dedicación, y dar amor en lo cotidiano. ¿Dónde? Pues, en la familia, entre los vecinos, en el trabajo, con todos y siempre. No importa si uno piensa de una manera u otro piensa de otra. Que haya amor, que haya concordia. Y así se fundamenta la unidad del pueblo cubano. La concordia entre ustedes. Cada uno. Que María nos enseñe a vivir esta caridad, que no es solamente dar "algo" a los demás, sino y sobre todo "darnos" a nosotros mismos. Vivir la "amistad social", que ayuda a andar adelante a un pueblo.
Y, por último, otro pilar es la esperanza.Que el jubileo que celebran sea un motivo para renovar la esperanza. Así como San Cristóbal cargaba y llevaba sobre sus hombros a sus hermanos, también entre ustedes, por favor, sosténganse, ayúdense, anímense y sigan adelante sin desfallecer, siempre con la mirada en la meta. Dificultades en la vida va a haber siempre, los pueblos tendrán dificultades, pero esa unidad de un pueblo, unido en la caridad, en la esperanza de andar adelante, eso ayuda a que el pueblo crezca fuerte.
Pido al Señor que estos pilares de fe y caridad y esperanza que los sostienen, así como la alegría que los caracteriza, se renueven y acrecienten en este tiempo de gracia jubilar.
Que Jesús los bendiga, bendiga a todo el pueblo cubano, que yo recuerdo con cariño cuando los visité: ¡Qué pueblo grande! Y que la Virgen, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, los cuide. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. Muchas gracias.
[01828-ES.01] [Texto original: Español]
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