Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.
Nace en San Ramón y una vez que recibe el callejón de Masvidal cruza de la Carnicería o Contaduría, para culminar luego en San Miguel. Su anchura y rectitud debían inscribirla en la categoría de calle, mas el hecho de tener cierre en sus extremos le otorgaron el calificativo de callejón.
Lasqueti apunta en 1888 que se desconoce el origen de su nombre. ¿Del Astillero está vinculado a la presencia de un establecimiento en el que se almacena y trabaja la madera con fines a la reparación de embarcaciones de poco calado? ¿O se trataba tan solo de un espacio destinado al corte de leña? Es válido recordar que Puerto Príncipe es una ciudad mediterránea cuyos vínculos con el mar son insospechados y que en 1861, además de una imprenta y la morada de un agrimensor, se ubica en él una carpintería. ¿Acaso entre sus primeros vecinos se distinguió uno oriundo de El Astillero, municipio de Cantabria?
Un primer intento en el cambio de nombre aparece en el seno del Ayuntamiento el 13 de febrero de 1919, cuando Juan García Borroso, vecino de Padre Valencia no. 4, propone nombrarla Manuel Ramón Silva tan sólida cree su propuesta que como argumento plantea: “Estimo no tener necesidad de hacer mención de los méritos del Dr. Silva para justificar este homenaje que se hace a su memoria y creo firmemente la corporación acuerde y no tendrá reparo en tomar dicho acuerdo”. Pero la sugerencia se deniega y en su lugar se elige un eje de mayor jerarquía para rendir homenaje al pedagogo y constituyentista.
Un segundo intento arriba un mes después, el 12 de marzo de 1919, mediante carta de Ramón Antonio Cisneros Zayas, quien a nombre propio y de algunos vecinos, solicita los cambios para las calles del Carmen, Nuestra Señora del Loreto o del Hospital, Jesús María y del Astillero. Sugiere para esta última el nombre de Rafael Arce en memoria del patriota “fusilado en la época triste del mando del feroz Brigadier Ampudia, por asuntos políticos”; pero analizado el asunto en sesión del día 21 no se tomó acuerdo sobre el tema.
El tercer y definitivo intento se presenta a través de una carta de Gaspar Álvarez fechada en agosto de 1920, bajo el argumento de honrar la memoria de la recientemente fallecida Sra. Aurelia Castillo de González, insigne mujer camagüeyana que con su preclaro talento y excepcionales dotes ilustró las letras americanas y cantó con lenguaje sentido las glorias de nuestra amada tierra.
Ante el continuo rebautizar de calles se recomienda en esta ocasión verificar si del Astillero no cuenta ya con un nuevo nombre, lo que da fe de la distancia entre el acto de nombrar y el afianzamiento en la memoria colectiva del nuevo nombre. El 3 de septiembre del mismo año se aprueba la colocación de Aurelia Castillo en el seno de la municipalidad y el 15 es firmado por el alcalde Boza. El 10 de septiembre Gonzalo Aróstegui del Castillo, secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes de La Habana, agradece al Ayuntamiento camagüeyano tan noble homenaje.
Aurelia Castillo y Castillo (Puerto Príncipe 1842-1920) pasaría a ser un referente urbano y, al mismo tiempo un texto cultural desde el cual recordar a la escritora y poetisa cubana que perfeccionó sus estudios bajo la dirección del licenciado Fernando Betancourt, a la autora del soneto En la muerte del Lugareño, escrito el 7 de diciembre de 1866. Una cubana que expatriada en 1896 vivió en Santa Cruz de Tenerife y en Barcelona. La síntesis biográfica entregada por Gladys Cuenca Heró para El Camagüey Legendario la muestra heredera de una tradición local al apuntar: “Fue Aurelia Castillo una mujer de gran cultura, de delicada belleza física y de un alto sentido moral que quizás lo debió a la influencia de sus padres don Pedro Castillo Betancourt y doña Ana Castillo Castillo, como lo expresó ella misma en sus escritos”.
Muy a pesar de los estudios realizados sobre la autora de Fábulas de Aurelia, Cuentos de Aurelia o Ignacio Agramonte en la vida privada, de las publicaciones en torno a su feminidad y postura ante el feminismo, permanece en este eje el nombre de Astillero y en su integridad forma parte del área PCH.
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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic.
Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y
Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac,
Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos
(2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan
Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012),
Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco
(2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura
(2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.
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