Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.
Nace en Plazuela del Puente y corre paralela a las de La Mayor y San Pablo. En su trayectoria supera San Rafael y el callejón De los Pobres; da inicio a San Clemente y cierra el callejón del Cuerno o de San José (D); corta San Francisco y San Diego; anuncia a la calle Plaza de Paula y rebasa San Ignacio y Santa Ana o del Calvario para culminar en la de la Soledad. Su nombre está directamente relacionado con la festividad de la patrona de la villa: Nuestra Señora de la Candelaria, que se celebraba el 2 de febrero para conmemorar la presentación de Jesús en el templo y la glorificación de la Virgen.
La advocación de La Candelaria ocupa un espacio imprescindible en la historia cultural de esta ciudad, pues solo desde ella podría entenderse el origen de sus primeros pobladores y, lo que es más importante, las raíces de un modo de ser, de esa esencia regional que El Lugareño llamó en el primer cuarto del XIX “camagüeyanidad”. Como topónimo Candelaria porta una información que sobrepasa el hecho urbano. Como advocación mariana tiene su origen en las Islas Canarias, desde donde se expandió al continente americano y dentro de ello al Puerto del Príncipe en la costa norte de la isla de Cuba. Su fiesta, según el calendario o santoral católico, se celebra el 2 de febrero en recuerdo al pasaje bíblico de la presentación de Jesús en el templo y la purificación de la virgen María y es que se ha considerado a la presentación de Cristo como signo de iluminación como las velas o las candelas; de donde se deriva la advocación.
El pasaje bíblico en que se describe el acto de presentación encierra signos que forman parte de la identidad cultural de los camagüeyanos. Cuenta la narración que en la presentación del niño la Virgen sostiene la candela o vela de la que toma nombre y lleva una canasta con un par de tórtolas. La vela y las palomas, par que encierra la presentación de Jesús y la purificación de María, se integran al escudo de la ciudad en las dos palomas que sostienen los hachones encendidos. Bajo su protección colocaron los primeros habitantes la originaria villa, a ella dedicaron el templo, un edificio que definitivamente quedó emplazado en el lateral de la Plaza de Armas y fue este edificio el que dio nombre a la calle.
Dada su jerarquía urbana, estuvo entre las primeras en el proceso de rebautizar las calles y plazas finalizando el siglo XIX, el 23 de enero de 1899. Pasa entonces a ser nombrada Independencia por acuerdo del 13 de febrero de ese año. La presencia de este nombre tanto en ciudades capitales como en pequeños pueblos indica las implicaciones nacionales de este caso; por su lado, la presencia de un notable número de servicios en ella contribuyó a que el nuevo nombre se asimilara con rapidez.
Pero tampoco Independencia, signo de emancipación y libertad, quedaría al margen de nuevos procesos e inquietudes legitimadoras y en 1941, durante la celebración del centenario del natalicio del Mayor, el nombre de esta calle fue objeto de análisis y discusión cuando el 15 de diciembre el concejal Francisco Duquesne Agramonte propuso imponerle Bayardo Ignacio Agramonte Loynaz, sugiere, además, colocar la primera placa en la esquina de Independencia y Estrada Palma el día 23, fecha de su natalicio. Sin dudas, se trataba de un acto político que se apoyaba en el hecho de que este eje no solo constituía uno de los laterales del parque que lleva el nombre del Mayor, sino que además culminaba en su casa natal, propuesta que aprobaron varias instituciones entre las que se encontraba la Logia Camagüey.
Pero la calle continuó llamándose Independencia y así se le reconoce actualmente. En su integridad está incluida dentro del área PCH.
--------------------------------------
Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic.
Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y
Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac,
Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos
(2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan
Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012),
Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco
(2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura
(2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.
No comments:
Post a Comment