Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.
De la Candelaria no solo es el nombre de uno de los ejes principales de la ciudad intrarríos sino también el de este callejón que se ubica en las inmediaciones del puente de La Caridad y debió ser el límite de la primera manzana del lateral derecho de la antigua alameda. Tomás Valiés y Benabarre lo muestra en el plano de 1883 delimitado por las calles de la Caridad y Cuba. En la centuria posterior se prolonga en dirección a los repartos Vista Hermosa y El Jardín como calle no. 4.
Su nombre se establece a partir de reconocer como hito arquitectónico la ermita de la Candelaria para la cual se merceda terreno a nombre de Agustín Noa y otros vecinos de La Caridad en 1806, propiedad que un año después pasaría a don Francisco Alonso Domínguez, quien se haría cargo de su mayordomía; es decir, del cuidado y gobierno de sus funciones religiosas.
En relación con su cambio de nombre informe del DSAMC fechado el 21 de diciembre de 1927 lo revela sin modificación, lo cual indicaba con ello su potencialidad para la modernización. Dos años después, el 20 de febrero de 1930, el concejal Agustín Pueyo Rodríguez somete a consideración de la cámara municipal el cambio de nombre a los callejones de los Lanceros, de Alonso Frutos, de Sifontes y de la Candelaria, y sugiere en este último homenajear al teniente coronel Faico Benavides, acuerdo que fue tomado en sesión del 9 de abril de ese año y publicado en el Boletín Oficial de Camagüey el 12 de mayo de 1930.
Se rendía así homenaje a Francisco Benavides y Luaces, aquel alférez del regimiento Agramonte que trae la correspondencia de Las Villas a Jimaguayú el 16 de septiembre de 1895; el patriota muerto a la terminación de la guerra en Merced Núñez el 31 de marzo de 1898 con el grado de teniente coronel al mando del regimiento Caonao de la Segunda División del Tercer cuerpo del EL.
Con la desaparición del templo se perdió el referente que había dado nombre a la calle, al tiempo que minimizaba la posibilidad de reconocerla por el nombre de la patrona de la ciudad, a pesar de que, aun en una de las esquina a la Avenida, pervive el nombre de la santa. Su única cuadra pertenece al CH.
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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic.
Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y
Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac,
Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos
(2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan
Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012),
Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco
(2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura
(2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.
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