Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.
San Clemente nace en la calle de la Candelaria y en su recorrido corta Mayor; da fin a San Juan de Dios (I), cruza de la Carnicería o Contaduría, del Hospital o Nuestra Señora de Loreto, San Pedro Alcántara u Honda, Santa Catalina, San Ildefonso y del Desengaño o de la Cruz; ofrece cierre a del Camposanto (I), apertura al callejón del Hortelano (D) y culminación a la calle 2da. Transversal; acaricia a San Rafael y continúa en dirección a la Carretera Central Oeste.
Su nombre original pudiera vincularse a dos razones fundamentales. La primera, profundamente religiosa, en veneración al primero de los padres apostólicos, san Clemente I; tercer obispo de Roma que estuvo familiarizado con san Pedro y san Pablo. Según su biografía san Clemente fue uno de los escritores eclesiásticos que mayor reconocimiento gozó por su Epístola a los Corintios, documento considerado de forma unánime como un libro canónico de la Biblia hasta el siglo IV, la pieza más antigua de la literatura cristiana fuera del Nuevo Testamento, de la que el nombre, cargo y fecha del autor están probados con rigor histórico. Su festividad se celebra el 23 de noviembre. ¿Habrá vivido en esta calle un fiel devoto a san Clemente con jerarquía social suficiente para rendir en el espacio público su advocación a este santo? La segunda, a iniciativa de un ciudadano llegado de San Clemente, villa de la región de Cuenca en Castilla-La Mancha con la que Puerto Príncipe encuentra similitud en relación con la ganadería como factor económico importante.
El acto de rebautizarla se inicia el 2 de febrero de 1915. En sesión del Ayuntamiento se propone honrar a Raúl Lamar y Salomón, hijo adoptivo de Camagüey por acuerdo unánime de esta cámara por los muchos servicios y valiosas gestiones realizadas en beneficio de este municipio; que desde la presidencia de la Benemérita Sociedad Popular de Santa Cecilia logró dotar a Camagüey de la admirable estatua del mayor y considerando que en abril próximo harán tres años que murió.
Se honraba en este eje a Raúl Lamar Salomón (Matanzas, 1856 - Camagüey, 1912) no solo el incansable promotor de la escultura ecuestre al Mayor, sino también el concejal del Ayuntamiento que estuvo al frente de parques y paseos, cargo bajo el cual realizó la remodelación del Casino Campestre con un mobiliario de bancos y luminarias modernos en el segundo lustro del siglo XX.
Aproximadamente tres años más tarde, el 1ro. de noviembre de 1917, otro de los concejales aboga por colocar a San Clemente el nombre de mayor general Manuel Suárez patriota que había muerto el 3 de enero de ese año; pero Raúl Lamar gozaba de sólido reconocimiento en la ciudad. Quedó así, sin aspiración a perpetuarse en la toponimia urbana, la figura de Manuel Suárez Delgado (1837-1917), militar al que en 1870 el mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz ascendió a teniente coronel. Este soldado el 10 de abril de 1871 tomó el pueblo de Bagá y participó en las acciones de Sebastopol, Cascorro y el ataque a Las Tunas en 1872; uno de los participantes del combate de Jimaguayú el 11 de mayo de 1873, donde cayó Agramonte.
De San Clemente, topónimo que desafía el tiempo y los acontecimientos históricos culturales de la localidad, pertenecen al área PCH las cuadras comprendidas entre de La Candelaria y San Pedro Alcántara u Honda. El resto queda integrada al CH.
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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic.
Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y
Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac,
Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos
(2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan
Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012),
Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco
(2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura
(2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.
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