Inicia hoy, Domingo de Ramos, la Semana Santa, recordando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén cuando fue recibido por sus discípulos y la población con palmas y ramos de olivo.
No obstante, ¿cuál es el verdadero sentido de estas palmas una vez bendecidas?
Luego de ser bendecidas, muchos fieles suelen colocarlas en algún lugar privilegiado del hogar y las utilizan como un sacramental, es decir, como “signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia” (CIC 1667).
A pesar de esta precisión, son muchas las personas que acostumbran colocar las palmas benditas detrás de la puerta "como amuletos, con fines curativos o para mantener alejados a los malos espíritus o a los rateros, lo cual es una superstición”, advirtió el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
Esta creencia –según el SIAME– es errónea debido a que “el verdadero sentido de las palmas en nuestro hogar es tener presente que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar”.
Una vez termine la Semana Santa, se sugiere llevarlas “a la iglesia para que sean quemadas y emplear su ceniza precisamente en el ‘Miércoles de Ceniza’, principio de la próxima Cuaresma”. (Leer texto conpleto en ACI Prensa)
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