Tomaba el café, distanciado de todo y de todos, rara manera de tomar el café.
Allá en el parqueo, desde destinos diversos coinciden y se aparean dos autos. De uno sale el tripulante, mira a los lados con cara de soy invisible y de ojalá no me descubran, se monta en el otro. Sale el carro con los dos enamorados que se besan. El coche desocupado, queda a la espera del fin de la cita.
Me alegré, la vida continúa fuera de la pantalla de la televisión.
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