La cola se hacía, detrás de cada asiento (una enorme barra semicircular con sus banquetas adosadas al piso). El que comía, estaba escoltado por los que esperaban su turno, quienes a su vez, "marcaban" al mismo tiempo detrás de varias banquetas, por lo que tenía el 3 en la fila, allá donde el de la camisa Yumurí a cuadros, el 2 donde la señora de los rolos, el 5 allí donde el muchacho, ...
Quizás lo más creativo, era que se podía marcar detrás de uno mismo, por lo que podía llegar alguien y al ver que no había aguardador, decíase "tuve suerte" y el comensal se viraba y le avisaba: "compañero ("como se dice en español" cubano post 59) voy 3 veces detrás de mí".
Me detengo en el recuerdo de las colas, no menciono por eso el salero que no echaba sal o el platico con sal que recorría la barra recibiendo los dedos embarrados de grasa, de los "barreros", ni de los espaguetis al burro o las pizas de lujo de jamón... (JEM)
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Según recuerdo los precios oscilaban entre 1. 20 y 1. 60 pesos cubanos.
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