Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su nuevo libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.
Nace en el callejón de Jaime y se extiende hasta la calle de la Soledad. Su nombre está asociado a don Domingo Castillo, propietario de los terrenos donde se edificaron las construcciones que allí existían en 1888, según apunta Lasqueti. En la primera mitad del siglo XIX el Fondo de Anotaduría de Hipoteca relaciona entre los vecinos de este eje a Catalina Castillo y Lucía Castillo, probablemente descendientes de don Domingo. El 3 de noviembre de 1864 don Salvador Fon posee “una casita oculta por el callejón de Domingo Castillo” que pertenece a la no. 36 de la calle Soledad, la que su propietario presenta para cubrir $ 4300 de don Martín Serra y Hermanos, construcción que está grabada a $ 200 del convento de San Francisco y está ubicada en la esquina izquierda siguiendo la dirección de Jaime a Soledad.
En cuanto a su cambio de nombre no es hasta el 21 de diciembre de 1927 que el DSAMC revela su potencialidad al incluirlo dentro de los ejes que mantienen su topónimo tradicional; pero la propuesta para su rebautizo no se presentó hasta la década del 50 y estuvo a cargo de la Orden de la Gran Logia de la Perseverancia. El portador del acuerdo de La Perseverancia fue el concejal Manuel Hernández Medina, quien en sesión del 16 de marzo de 1955 informa el interés de la logia de homenajear a la poetisa Brígida Agüero y Agüero. Se toma entonces el acuerdo de que el concejal se informe bien acerca de los méritos de la fémina para merecer este homenaje.
Hernández Medina cumple con el acuerdo en sesión del 21 de marzo de 1955 e informa que la señora Brígida Agüero y Agüero “fue hija del distinguido poeta Francisco Agüero y Estrada, la que heredó el sentimiento poético de su papá y fuera alumna sobresaliente de las clases de literatura de la Sociedad Filarmónica de Puerto Príncipe, habiendo cosechado grandes éxitos en el año 1861”. Para apoyar su propuesta el concejal refiere la obra de Lasqueti y acota que “el nombre de Domingo Castillo, que hasta hoy ha tenido ese callejón, se debe a que el dueño de esa parcelación se llamó Domingo Castillo, sin tener ninguna historia digna de mención”.
A pesar del aval presentado la sugerencia despierta serias polémicas entre los miembros del Ayuntamiento. El principal opositor, el concejal Serrano Ferrer, opina que el cambio de nombre de las calles de esta ciudad, “tiene perdido a los policías y los carteros, y a todos los que se dedican al servicio público, sin saber dónde dirigirse”, argumenta, también que, “si respeto merece la tradición de los pueblos, esas calles no deben cambiársele los nombres, pues hay bastantes repartos nuevos a quien ponérselos”; reitera “además, ya en Camagüey no hay cartero ni policía que pueda rendir un servicio adecuado por el cambio de nombre a cada paso”. Haciendo uso de democracia el presidente somete a votación nominal el asunto y es aprobado por mayoría el cambio de nombre.
Así, desde 1955 rindieron los camagüeyanos homenaje a Brígida Agüero y Agüero (Puerto Príncipe, 1837 — 1865), la hija del poeta Francisco Agüero y Estrada, El Solitario la autora de “Retrato de una señorita” (1858); “Ecos del alma”, “Inspiración”, “La fe cristiana” y “Flores del alma” (1859); “Lo Bello”, “A la señora doña Gertrudis Gómez de Avellaneda”, “A la Virgen”, “El encuentro” y “Las Artes y la Gloria” (1860), entre otras. Domingo Castillo o Brígida Agüero, como se reconoce indistintamente, dista del área Patrimonio Cultural de la Humanidad, pero forma parte del Centro Histórico.
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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic.
Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y
Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac,
Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos
(2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan
Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012),
Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco
(2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura
(2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.
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