Salvatore Buemi,
junto al monumento creado por él.
Foto publicada en Bohemia. Marzo 3, 1912
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El 24 de Febrero de 1912, en el que fuera hasta ese minuto el Parque Central de la ciudad, antes de Armas, de la Reina, y de Recreo en su evolución bien conocida, era, rebautizado, para toda posteridad, y en acto de cumplida justicia, con el nombre de nuestro Ignacio Agramonte.
De aquel hecho retomamos algunos pormenores, a nuestro ver, poco aireados, y ciertamente muy interesantes, acerca de su ideación y final emplazamiento del Monumento al Epónimo.
Sorprenderá quizás a algunos de mis curiosos lectores, como acaso a mismo a la hora de redactar estas líneas, que el proyecto original del monumento debía tener como lugar de su emplazamiento al Casino Campestre.
Tal fue el parecer de la primitiva comisión creada para tal asunto, presidida por el Sr. Raúl Lamar Salomón, quien fungía igualmente como máxima figura en aquel minuto, de la Benemérita Sociedad Popular de Santa Cecilia.
Aunque la propuesta en particular para que su ubicación fuera en el Casino Campestre, correspondería al Sr. Walfredo Rodríguez Blanca.
Pero a sugerencia de la Prensa local y siendo igualmente el sentir de una parte del pueblo camagüeyano, se discutió la propuesta del Parque Central como sitio de emplazamiento, defendida con toda dignidad por el Comandante Enrique Recio Agüero, en una junta especial donde acabo imponiéndose finalmente.
La colocación de la primera piedra tenía lugar el 20 de mayo de 1902. Del hecho da constancia un Acta levantada por el Dr. Arturo Roca Silveira. No faltó la oportuna bendición que impartió el P. Manuel Martínez Saltage, el mismo que recibió el cadáver augusto del Mayor, junto al reverenciado Beato Olallo, cuando fuera traído al entonces hospital de San Juan de Dios tras su caída en Jimaguyú. Le acompañaban en aquel acto, los también sacerdotes Rafael Sosa y Felipe Llanos.
Un par de urnas fueron depositadas en los cimientos: en la primera se contenía la pieza de granito fundante, y en los otros dos ejemplares de periódicos locales e circulación: Las Dos Repúblicas y Patria y Libertad.
Junto a ellos, y tal como lo indicaba la costumbre para tales ocasiones: dos monedas de plata, una peseta española, y un cuarto de peso americano, como testimonios de las monedas circulantes en aquel minuto.
El proyecto del monumento a Agramonte tuvo diecisiete propuestas distintas que fueron sometidas a la Comisión o Junta para su evaluación. Como es de todos conocido el proyecto ganador los fue el del escultor italiano Salvatore Buemi.
Los miembros de aquella Junta la conformaron jueces muy capaces incluyendo a los señores Enrique Loret de Mola, Raul Lamar, el R.P. Santiago Ollé, Juan Albaigés, Orlando Freyre, Benito Rodríguez y Aurelio Barrios.
Tras el consabido fallo, se firmó el contrato de ejecución de la obra que rubricaron el Sr. Raúl Lamar, por la Junta, y el artista Buemi. El hecho ocurría el 4 de junio de 1910. El legado cubano en Italia de la época Miguel Campos Caraveda, la rubricó igualmente en aquel país el primero de agosto del mismo año.
Se dice que la estatua fue inspirada por la erigida a Bolívar en Caracas. El costo de su ejecución ascendió a 16.000 pesos, recaudados por suscripción popular durante diez años, gesto siempre respaldado por los directivos de la Sociedad Popular.
La ciudad recordará siempre el minuto de su inauguración, acaecido el 24 de febrero de 1912, de la que da testimonio una foto de aquel minuto. El entonces Presidente de la Popular, Walfredo Rodríguez Blanca, hizo entrega de la Obra al Alcalde, y el Dr. Alfredo Zayas y Alfonso, la recibiría a su vez de manos del burgomaestre, el Sr, Arturo Fernández(1).
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1. Centenario de Agramonte. Programa -Souvenir. Camagüey, 1941.
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