Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.
“La Boutique fantasque” (también conocida como “The Fantastic Toyshop”) fue estrenada por los Ballets Russes, en el Alhambra Theatre de Londres, el 5 de junio de 1919. La coreografía es de Léonide Massine, el libreto de André Derain, quien también participó del diseño de vestuario y escenografía. La música orquestal es de Ottorino Respighi, sobre obras para piano de Gioachino Rossini. El elenco en el día del estreno estuvo integrado por Enrico Cecchetti (el juguetero), Alexander Gavrilov (asistente), Lydia Sokolova y Leon Woizikowski (los bailarines de tarantela) y Lydia Lopokova y Léonide Massine (los bailarines de can-can).
El ballet tiene un solo acto y transcurre en Francia, en 1860. Un juguetero de gran fama ha diseñado unos maravillosos muñecos danzantes, que pone a la venta en su juguetería. Los autómatas realizan diferentes danzas para los posibles compradores. Al principio, vemos en la juguetería a dos damas inglesas y a una familia estadounidense, luego se suma una familia rusa. Los muñecos se lucen bailando una tarantela, luego dos muñecas vestidas de naipes realizan una mazurca. Otro grupo de muñecos bailan una danza tradicional rusa y hay hasta dos perros caniches bailarines.
Pero lo mejor, el juguetero y su asistente, lo dejaron para el final y ahora presentan a sus muñecos más sofisticados: una pareja de bailarines de can can, vestidos llamativamente. El número resultó tan fascinantes que la familia estadounidense decide comprar al muñeco y la familia rusa, a la muñeca. Realizados todos los arreglos, los muñecos son embalados en cajas, listos para ser entregados al día siguiente.
Los clientes se van, el juguetero cierra su negocio, se hace de noche y, en el cobijo de la oscuridad, los muñecos cobran vida. Todos están molestos porque, aunque los humanos no lo saben, los bailarines de can can están enamorados y ahora los van a separar. Así que entre todos urden un plan para evitar que se los lleven en la mañana siguiente.
Ya es de día y el juguetero abre su negocio. Llegan los clientes a recoger sus muñecos, pero descubren que los bailarines de can-can ya no están en sus cajas. Los compradores se enojan y atacan al juguetero y a su asistente. Todos los muñecos van a rescatar al comerciante y expulsan a los clientes del local. Dentro de la juguetería todo es alegría, los muñecos bailan junto al juguetero, los dos bailarines de can can enamorados siguen juntos y todo es felicidad. Mientras tanto, los clientes incrédulos miran con asombro la situación, a través la vidriera.
El argumento presenta cierta similitud con “Die Puppenfee” (“Fairy doll”), con coreografía de Joseph Hassreiter y música de Josef Bayer, estrenada en 1888, y también algunos elementos vistos en “Coppelia”, con coreografía de Arthur Saint-Leon y música de Leo Delibes, estrenada en 1870. Por su parte, Massine decidió centrarse en la historia de amor entre dos muñecos, fundiendo elementos de danza académica, con pantomima, elementos de comedia y danzas folclóricas.
Massine montó esta obra para el Ballet Theatre (1942) y para el Sandler´s Wells Ballet (1947). También fue incorporado al repertorio de otras compañías, como el Teatro Colón y el Royal Ballet.
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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com
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