Foto/Archivo Blog Gaspar, El Lugareño (by Nicolás Peón)
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Foto/El Camagüeyano, 30 de agosto de 1951
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La Virgen Peregrina en Camagüey (
por Carlos A. Peón-Casas
(Texto presentado en el VI Encuentro Nacional de Historia,
Iglesia Católica y Nacionalidad Cubana,Camagüey, Junio 2011)
La imagen de la Virgen Peregrina que ingresó a la por entonces diócesis de Camagüey(1), llegaba revestida del cariño inmenso y la devoción sincera que le fuera tributada en todo su largo recorrido por la antigua provincia de Oriente. Es relevante recalcar que la sagrada efigie, no era la original del Cobre, sino la que por más de doscientos años se encontrara en la Iglesia de Santo Tomás en la ciudad de Santiago de Cuba, y ante la cual se cuenta que el Titán de Bronce, Antonio de la Caridad Maceo, se arrodillara antes de lanzarse a la lucha independentista(2).
La llegada a estas tierras del legendario Camagüey, luego de cruzar el río Jobabo, límite más oriental de la entonces diócesis y provincia de Camagüey, ocurría el 20 de agosto de 1951, en el entonces bien reconocido poblado ganadero de Guáimaro(3) . Allí la esperaba, para darle la bienvenida, el Sr. Obispo Diocesano Carlos Riu Anglés, quien recibía la santa imagen de manos de Mons. Enrique Pérez Serantes, Arzobispo de Santiago Cuba. La imagen peregrina de Nuestra Señora de la Caridad, permanecería en suelo de la entonces extensa `provincia camagüeyana, hasta el 10 de octubre (4) , fecha en que el propio obispo de Camagüey, se la traspasaba en amoroso gesto al de Cienfuegos, para continuar el recorrido por la parte central del país.
La localidad guaimarense, fue la “puerta histórica”(5) por la que la Virgen Peregrina se adentraba en suelo del Camagüey, allí, junto a los obispos, las autoridades públicas, los Veteranos y las asociaciones piadosas, cuatro mil vecinos, se sumaron a la bienvenida que tenía lugar justo en el histórico sitio en que fuera rubricada la gloriosa Constitución de Guáimaro el 10 de abril de 1869.
A partir de ese momento, la imagen de Nuestra Señora, hizo entonces un recorrido hacia el noreste, visitando el cercano poblado de Palo Seco; para entonces inclinar su recorrido hacia el poblado de Hatuey(6) más hacia el oeste. El movimiento siguiente implicó retroceder por la Carretera Central, otra vez con rumbo este, hasta tocar los poblados de Sibanicú, Cascorro y Martí.
Desde esta localidad, la imagen viajera se dirigió al Sur de la entonces provincia, con ese derrotero se haría presente en siete poblados de la zona, con una importante presencia de personas de extracción muy humilde, en su mayoría católicos y marcados a fuego por la innegable devoción a la Virgen de la Caridad, que siempre ha sido un signo revelador de nuestras más hondas idiosincrasias.
El primer pueblo visitado en este periplo sureño fue el del central Elia (hoy Colombia) (7), a su llegada se produjo un muy peculiar homenaje (8) protagonizado por el gremio de choferes de la localidad. La imagen de la Virgen fue cargada en procesión por un grupo numeroso de aquellos hasta alcanzar el parque del entonces poblado azucarero, allí un chofer en representación de todo el gremio, le dio la bienvenida a la santa imagen.
Saliendo de allí con igual rumbo, la imagen de la Virgen, que entre pueblo y pueblo solía ir acompañada de de automóviles, motocicletas, bicicletas y hasta caballería, alcanzó el entonces muy próspero Central Francisco (Francisco Sugar Co, hoy Amancio Rodríguez) (9), cuya producción se embarcaba por el cercano puerto de Guayabal, que contaría como la siguiente parada de la peregrinación por la costa sur de la entonces provincia de Camagüey. De Guayabal la comitiva tomaría los caminos de la mar, y la Virgen se haría nuevamente marinera, hasta desembarcar felizmente en el puerto del central Macareño (hoy Haití), muy cercano al poblado pesquero de Santa Cruz del Sur (10). Dos sabrosas anécdotas, sucedieron en la visita a aquel poblado, una vez desvastado por la crudeza del aquel trágico ciclón de 1932, y ya por entonces otra vez próspero, gracias al denuedo de sus pobladores. La primera alude a unos pescadores que prefirieron seguir faenando, en lugar de sumarse al cortejo de bienvenida de la santa imagen marinera, y cuya anécdota transcribimos por parecernos de una actualidad y una ejemplaridad muy actuales:
La llegada a estas tierras del legendario Camagüey, luego de cruzar el río Jobabo, límite más oriental de la entonces diócesis y provincia de Camagüey, ocurría el 20 de agosto de 1951, en el entonces bien reconocido poblado ganadero de Guáimaro(3) . Allí la esperaba, para darle la bienvenida, el Sr. Obispo Diocesano Carlos Riu Anglés, quien recibía la santa imagen de manos de Mons. Enrique Pérez Serantes, Arzobispo de Santiago Cuba. La imagen peregrina de Nuestra Señora de la Caridad, permanecería en suelo de la entonces extensa `provincia camagüeyana, hasta el 10 de octubre (4) , fecha en que el propio obispo de Camagüey, se la traspasaba en amoroso gesto al de Cienfuegos, para continuar el recorrido por la parte central del país.
La localidad guaimarense, fue la “puerta histórica”(5) por la que la Virgen Peregrina se adentraba en suelo del Camagüey, allí, junto a los obispos, las autoridades públicas, los Veteranos y las asociaciones piadosas, cuatro mil vecinos, se sumaron a la bienvenida que tenía lugar justo en el histórico sitio en que fuera rubricada la gloriosa Constitución de Guáimaro el 10 de abril de 1869.
A partir de ese momento, la imagen de Nuestra Señora, hizo entonces un recorrido hacia el noreste, visitando el cercano poblado de Palo Seco; para entonces inclinar su recorrido hacia el poblado de Hatuey(6) más hacia el oeste. El movimiento siguiente implicó retroceder por la Carretera Central, otra vez con rumbo este, hasta tocar los poblados de Sibanicú, Cascorro y Martí.
Desde esta localidad, la imagen viajera se dirigió al Sur de la entonces provincia, con ese derrotero se haría presente en siete poblados de la zona, con una importante presencia de personas de extracción muy humilde, en su mayoría católicos y marcados a fuego por la innegable devoción a la Virgen de la Caridad, que siempre ha sido un signo revelador de nuestras más hondas idiosincrasias.
El primer pueblo visitado en este periplo sureño fue el del central Elia (hoy Colombia) (7), a su llegada se produjo un muy peculiar homenaje (8) protagonizado por el gremio de choferes de la localidad. La imagen de la Virgen fue cargada en procesión por un grupo numeroso de aquellos hasta alcanzar el parque del entonces poblado azucarero, allí un chofer en representación de todo el gremio, le dio la bienvenida a la santa imagen.
Saliendo de allí con igual rumbo, la imagen de la Virgen, que entre pueblo y pueblo solía ir acompañada de de automóviles, motocicletas, bicicletas y hasta caballería, alcanzó el entonces muy próspero Central Francisco (Francisco Sugar Co, hoy Amancio Rodríguez) (9), cuya producción se embarcaba por el cercano puerto de Guayabal, que contaría como la siguiente parada de la peregrinación por la costa sur de la entonces provincia de Camagüey. De Guayabal la comitiva tomaría los caminos de la mar, y la Virgen se haría nuevamente marinera, hasta desembarcar felizmente en el puerto del central Macareño (hoy Haití), muy cercano al poblado pesquero de Santa Cruz del Sur (10). Dos sabrosas anécdotas, sucedieron en la visita a aquel poblado, una vez desvastado por la crudeza del aquel trágico ciclón de 1932, y ya por entonces otra vez próspero, gracias al denuedo de sus pobladores. La primera alude a unos pescadores que prefirieron seguir faenando, en lugar de sumarse al cortejo de bienvenida de la santa imagen marinera, y cuya anécdota transcribimos por parecernos de una actualidad y una ejemplaridad muy actuales:
“No todos tenían en Santa Cruz la voluntad bien dispuesta para homenaje a la Virgen Peregrina. Cuando los pescadores aprestaban sus ligeras embarcaciones para salirle al encuentro en alta mar, algunos socios los miraban con semblante duro, con frase dura ¡La Caridad no nos va a dar de comer!...
Y se hicieron a la mar con rumbo distinto, en dos lanchas pesqueras. Ya solos en los caminos de las aguas, entre las aristas de los cayos, se movió una tempestad. Y fatalmente se les paralizaron los motores. Las lanchas danzaban al capricho loco y furioso de las olas. Y los motores se negaban tercamente a arrancar. ¿Fatalmente? No lo pensaron ellos así en aquel bailoteo de la muerte, con riesgo inminente de volcarse en las aguas insondables o de estrellarse contra uno de los innumerables arrecifes; y atribuyeron su desgracia a castigo de su pecado contra la Virgen de La Caridad. Y prometieron:
—Virgen de la Caridad: si nos sacas de este apuro, te prometemos ir de inmediato a unirnos a nuestros compañeros, para recibirte con ellos. Y además confesaremos públicamente nuestro pecado y tu beneficio.
Emitir su voto y sonar el estampido salvador de los motores en acción fue todo en uno. Y enfilaron alegremente proa hacia aquella otra parcela de la mar por donde venía la Virgen (…) (11)
La otra anécdota tenía lugar el día de la partida, que saldría por ferrocarril del poblado, y da cuenta de un suceso insólito cuando el jefe encargado de la estación quiso “cobrar” el servicio de traslado de la sagrada imagen, como si aquella fuera una carga cualquiera, la indignación popular, y el gesto magnífico del jefe interventor del tren zanjaron el asunto, cuando aquel último “se negó a que mediara pago de ninguna clase, y dijo que Virgen iría allí bajo su responsabilidad” (12)
La próxima parada sería el central Santa Marta (hoy Cándido González) (13), de allí seguiría viaje hasta otro poblado azucarero: Vertientes(14), donde la recibirían el día 27 de agosto, un nutrido grupo de sus pobladores, encabezados por la figura entrañable del que andando el tiempo sería nuestro primer arzobispo, el entonces P. Adolfo Rodríguez Herrera, a quien la crónica citada califica de “dinámico y devoto”, y quien fungía ya de párroco, en el floreciente poblado cañero y arrocero, que tanto le debió además a su celo de pastor de almas, pero igualmente a su dedicada labor de promoción social y educativa.
De Vertientes la imagen enrumbaría luego hacia a la ciudad de Camagüey(15) .El hecho acaecía el 30 de agosto de 1951. Para los católicos(16) camagüeyanos y para el pueblo sencillo de poca práctica religiosa, pero devoto de la Virgen, el suceso no pasaría desapercibido. Entre ambos grupos se lograba una gran cifra muy significativa del total poblacional, y muy pocos quedarían indiferentes ante tan singular visita de la Madre de los cubanos. La apoteosis del recibimiento lo confirmaría, aquella cálida noche de jueves, cuando más de ochenta mil personas(17) acudieron junto al obispo diocesano: Carlos Riu Anglés, el clero y las autoridades civiles, a darle la bienvenida.
La gran repercusión de la visita se hacía notar de manera efectiva en la prensa plana de la ciudad. El propio día 30, el diario local El Camagüeyano, en su edición matutina ,incluía una nota informativa, donde ya quedaba esbozado el programa de recibimiento a la venerada imagen de la Madre de la Caridad. Que sucedería esa propia noche, así lo recogía la primera plana del importante periódico de la ciudad:
De Vertientes la imagen enrumbaría luego hacia a la ciudad de Camagüey(15) .El hecho acaecía el 30 de agosto de 1951. Para los católicos(16) camagüeyanos y para el pueblo sencillo de poca práctica religiosa, pero devoto de la Virgen, el suceso no pasaría desapercibido. Entre ambos grupos se lograba una gran cifra muy significativa del total poblacional, y muy pocos quedarían indiferentes ante tan singular visita de la Madre de los cubanos. La apoteosis del recibimiento lo confirmaría, aquella cálida noche de jueves, cuando más de ochenta mil personas(17) acudieron junto al obispo diocesano: Carlos Riu Anglés, el clero y las autoridades civiles, a darle la bienvenida.
La gran repercusión de la visita se hacía notar de manera efectiva en la prensa plana de la ciudad. El propio día 30, el diario local El Camagüeyano, en su edición matutina ,incluía una nota informativa, donde ya quedaba esbozado el programa de recibimiento a la venerada imagen de la Madre de la Caridad. Que sucedería esa propia noche, así lo recogía la primera plana del importante periódico de la ciudad:
“Esta noche a las 8 p.m. en el Casino Campestre se reunirá todo Camagüeypara recibir la Imagen de la Santísima Virgen de la Caridad que salió del Cobre el pasado 20 de mayo y recorre toda la Isla bendiciendo al pueblo cubano.Desde el Casino, procesionalmente, por las calles Independencia, Martí y Cisneros llegará a la Catedral donde será reconocida Huésped de Honor de la ciudad y se le entregaran las llaves simbólicas de Camagüey.” (18)
En el mismo diario y también en primera plana, se incluían además dos especiales invitaciones para el acto de recibimiento, uno firmado por el Obispo de Camagüey, Mons. Carlos Riu Anglés, bajo el título de Exhortación al pueblo católico, y otra a nombre de los Caballeros de Colón y su Consejo de Santa María. En el exhorto invitatorio del obispo leemos:
“Con el fin de contribuir al mayor esplendor del recibimiento de la venerada imagen de la Virgen de la Caridad que llegará a Camagüey hoy jueves a las 8 p.m según anunciamos oportunamente, rogamos y exhortamos a los vecinos y familias por cuyas calles ha de pasar el religioso cortejo, a que iluminen y adornen sus fachadas, especialmente durante el tránsito de de la santa imagen. Asimismo exhortamos a los que dispongan de autos, salgan a recibirla a la carretera de Vertientes y a la Central como lo han hecho millares de devotos en las distintas ciudades y pueblos que ha visitado(…) (19)
El acto de recibimiento, como ya acotábamos movilizó a la ciudad casi en pleno esa noche hacia el Casino Campestre, el parque arbolado de mayores dimensiones de la ciudad, y el segundo de tal condición al interior de la República, y a lo largo de las calles que conducían de aquel, a la Catedral, donde la imagen halló cobijo. Allí era recibida formalmente por el obispo diocesano, el clero y por la autoridades civiles en la persona del alcalde, el periódico El Camagüeyano reseñaba así el suceso:
“Un recibimiento apoteósico tributó anoche el pueblo camagüeyano, con palpables demostraciones de fervor católico a la Virgen de la Caridad del Cobre, a su arribo a esta ciudad en el recorrido triunfal que viene realizando por toda la República. Más de ochenta mil personas se congregaron en el Casino Campestre y en las calles que recorrió la imagen hasta la llegada a la Iglesia Catedral…” (20)
La bendita imagen permanecería en la ciudad hasta el día 9 de septiembre. Y a pesar de los casi diez días efectivos de visita, el programa(21) de su estadía lucía muy apretado desde el mismo comienzo, pues recorrería en ese breve lapso no sólo las parroquias y capillas de la ciudad, sino igualmente los colegios católicos, y hasta se haría presente en los barrios más alejados del centro citadino como los de Florat, Garrido, Versalles y La Mosca.
El viernes 31 de Agosto a las 6 de la mañana, se llevaba a cabo un acto piadoso de hermosísimo signo que sería repetido cada día subsiguiente de su estadía en la ciudad agramontina: el Rosario de la Aurora, con un recorrido que aquel día principió en la Iglesia Catedral y llegó hasta la capilla de San Juan de Dios, para regresar luego al sitio de origen. Acto seguido se oficiaba una Misa de Comunión en la Catedral presidida por el obispo diocesano.
A las 10 A.M. de aquella mañana del 31 de agosto, se producían las visitas “oficiales” de la santa imagen a distintas instituciones públicas de la ciudad que incluyeron el Centro Territorial de Veteranos (22) ; el Vivac municipal, donde una multitud de detenidos en espera de juicio, así como sus cuidadores le prodigaron sus respetos, y el Cuartel de Bomberos(23) donde recibió igualmente el saludo de la dotación de esforzados bomberos junto a su carros de labor. La última visita fue al Ayuntamiento Municipal, donde le entregaron en amoroso gesto, las Llaves de la Ciudad, y la declaraban Huésped de Honor de la Ciudad de Camagüey y de su término municipal. Ya esa misma institución ante el reclamo popular había instituido el 8 de septiembre Día Festivo, luego de aprobar la moción presentada por el concejal Carlos Recio Domínguez. En el acto usó de la palabra el abogado Manuel Betancourt Rodríguez (24). Luego de terminada la sesión solemne, la santa imagen regresaba a la Iglesia Catedral, que permaneció abierta el resto del día.
Ya en la tarde se verificaba una Hora Santa y Eucaristía Mariana predicada por el P. Manuel Oroquieta O.F.M, y casi con la puesta del sol, se verificaba una procesión a la cercana Iglesia del Santo Cristo, a lo largo de la calle homónima. Ya entrada la noche de aquel ajetreado día, la imagen de la Madre de la Caridad era llevada de vuelta a la Iglesia Catedral.
Los días subsiguientes estarían marcados por idéntico signo misionero y peregrino. Incluyendo en sus periplos las parroquias de Santa Ana, San José y La Soledad, y las visitas al Hospital General, el de Maternidad, y a la Cárcel local. En la tarde del día 6 de septiembre la sagrada imagen fue entregada a los fieles de la Parroquia de la Caridad en la plazoleta del Instituto de Segunda Enseñanza, al cruzar el río Hatibonico. Ya en los predios del Santuario local, la Virgen Peregrina visitaba distintas lugares del extenso barrio homónimo, incluyendo el Colegio de Artes y Oficios de tanta feliz memoria, regentado por los PP. Salesianos, el Sanatorio de la Colonia Española, clínica mutualista de gran arraigo en la ciudad de la época, la Capilla de las Siervas de María(25) .la de San Vicente de Paúl, y la Capilla de la Inmaculada, ubicadas en las barriadas de Garrido y La Mosca respectivamente.
El sábado 8 se verificaba en la Plaza de la Caridad, y frente al atrio de la iglesia la Fiesta Patronal, que ya venía acompañada y precedida por la siempre tradicional Feria de la Caridad(26), tan proverbial en la memoria del imaginario popular, y que se remonta a los albores de la devoción a la Patrona de Cuba en el Puerto Príncipe decimonónico. La celebración eucarística tenía lugar aquel sábado a las 4.P.M El domingo 9 se verificaba una Misa Solemne de Despedida a la imagen de la amada Virgen del Cobre en la Iglesia Catedral, de donde salía de la ciudad rumbo a Nuevitas, hacia al cercano poblado de Altagracia, primera parada de ese itinerario hacia la costa noreste de Camagüey.
En dicho recorrido la santa imagen pasaría por los poblados de Minas, el de los centrales Senado(27) y Lugareño(28), así como por Redención y San Miguel de Nuevitas, entre uno y otro sitio, se hizo igualmente presente en los asentamientos de Las Piedras, la Colonia Vigil(29) y el Paradero de Lugareño. Una nutrida caballería camagüeyana(30), émula de aquella que fuera legendaria bajo el mando del adalid Ignacio Agramonte, escoltaron con reverencia a la Virgen de uno a otro de aquellos lugares.
El viernes 31 de Agosto a las 6 de la mañana, se llevaba a cabo un acto piadoso de hermosísimo signo que sería repetido cada día subsiguiente de su estadía en la ciudad agramontina: el Rosario de la Aurora, con un recorrido que aquel día principió en la Iglesia Catedral y llegó hasta la capilla de San Juan de Dios, para regresar luego al sitio de origen. Acto seguido se oficiaba una Misa de Comunión en la Catedral presidida por el obispo diocesano.
A las 10 A.M. de aquella mañana del 31 de agosto, se producían las visitas “oficiales” de la santa imagen a distintas instituciones públicas de la ciudad que incluyeron el Centro Territorial de Veteranos (22) ; el Vivac municipal, donde una multitud de detenidos en espera de juicio, así como sus cuidadores le prodigaron sus respetos, y el Cuartel de Bomberos(23) donde recibió igualmente el saludo de la dotación de esforzados bomberos junto a su carros de labor. La última visita fue al Ayuntamiento Municipal, donde le entregaron en amoroso gesto, las Llaves de la Ciudad, y la declaraban Huésped de Honor de la Ciudad de Camagüey y de su término municipal. Ya esa misma institución ante el reclamo popular había instituido el 8 de septiembre Día Festivo, luego de aprobar la moción presentada por el concejal Carlos Recio Domínguez. En el acto usó de la palabra el abogado Manuel Betancourt Rodríguez (24). Luego de terminada la sesión solemne, la santa imagen regresaba a la Iglesia Catedral, que permaneció abierta el resto del día.
Ya en la tarde se verificaba una Hora Santa y Eucaristía Mariana predicada por el P. Manuel Oroquieta O.F.M, y casi con la puesta del sol, se verificaba una procesión a la cercana Iglesia del Santo Cristo, a lo largo de la calle homónima. Ya entrada la noche de aquel ajetreado día, la imagen de la Madre de la Caridad era llevada de vuelta a la Iglesia Catedral.
Los días subsiguientes estarían marcados por idéntico signo misionero y peregrino. Incluyendo en sus periplos las parroquias de Santa Ana, San José y La Soledad, y las visitas al Hospital General, el de Maternidad, y a la Cárcel local. En la tarde del día 6 de septiembre la sagrada imagen fue entregada a los fieles de la Parroquia de la Caridad en la plazoleta del Instituto de Segunda Enseñanza, al cruzar el río Hatibonico. Ya en los predios del Santuario local, la Virgen Peregrina visitaba distintas lugares del extenso barrio homónimo, incluyendo el Colegio de Artes y Oficios de tanta feliz memoria, regentado por los PP. Salesianos, el Sanatorio de la Colonia Española, clínica mutualista de gran arraigo en la ciudad de la época, la Capilla de las Siervas de María(25) .la de San Vicente de Paúl, y la Capilla de la Inmaculada, ubicadas en las barriadas de Garrido y La Mosca respectivamente.
El sábado 8 se verificaba en la Plaza de la Caridad, y frente al atrio de la iglesia la Fiesta Patronal, que ya venía acompañada y precedida por la siempre tradicional Feria de la Caridad(26), tan proverbial en la memoria del imaginario popular, y que se remonta a los albores de la devoción a la Patrona de Cuba en el Puerto Príncipe decimonónico. La celebración eucarística tenía lugar aquel sábado a las 4.P.M El domingo 9 se verificaba una Misa Solemne de Despedida a la imagen de la amada Virgen del Cobre en la Iglesia Catedral, de donde salía de la ciudad rumbo a Nuevitas, hacia al cercano poblado de Altagracia, primera parada de ese itinerario hacia la costa noreste de Camagüey.
En dicho recorrido la santa imagen pasaría por los poblados de Minas, el de los centrales Senado(27) y Lugareño(28), así como por Redención y San Miguel de Nuevitas, entre uno y otro sitio, se hizo igualmente presente en los asentamientos de Las Piedras, la Colonia Vigil(29) y el Paradero de Lugareño. Una nutrida caballería camagüeyana(30), émula de aquella que fuera legendaria bajo el mando del adalid Ignacio Agramonte, escoltaron con reverencia a la Virgen de uno a otro de aquellos lugares.
Ya en Nuevitas, el pueblo acompañó a la Madre en procesión por más de dos horas visitando las ocho capillas activas que se distribuían por todo el entorno de la localidad. Con agradecido gesto, el pueblo nuevitero le tributó a la Patrona de Cuba una bella carroza(31), dotada de una potente batería eléctrica, de aquel momento en adelante se convertiría en el trono móvil de nuestra Señora de la Caridad, para el resto del recorrido. Otro detalle singular de la visita a Nuevitas lo sería el hecho de que por primera vez en la peregrinación, se oficiara una Misa en el Cuartel de la Guardia Rural(32). El hecho sirvió como feliz precedente para el resto del recorrido por la geografía nacional.
De Nuevitas la caravana mariana partió otra vez por medio del ferrocarril para recorrer la extensa zona norte del Camagüey legendario. El extenso periplo incluyó las localidades de Lombillo, Imías y el Central Jaronú(33), incluyendo tras localidades menores como Jiquí, Donato y Esmeralda(34).
Luego de tres noches y sus días de interminable andadura, el día 19 de septiembre la comitiva se enrumbó otra vez por la carretera central para alcanzar el poblado de Florida. De allí visitó el central del mismo nombre(35), y los de Agramonte y Céspedes(36). Se verificó por tal zona un extenso recorrido campestre de seis horas alcanzando las colonias cañeras anexas a dichas fábricas de azúcar.
Y para sumar más detalles singulares en el periplo camagüeyano, una muy sui generis comitiva formada por 150 ciclistas acompañó a la Virgen hasta el central Estrella(37). De allí seguida por una procesión de máquinas, la comitiva se desplazó hasta el poblado de Piedrecitas, el último jalón del recorrido que reseñamos, antes de alcanzar el poblado de Gaspar, hoy día parte del territorio de la hermana diócesis de Ciego de Ávila(38), donde llegaba a las once de la noche de aquel mismo día.
Las extensas sabanas del Camagüey siempre legendario, seguirían acogiendo la bendita presencia de nuestra Patrona, más allá de su fronteras locales, escoltada por el amor y la devoción siempre explícitas en cada rincón de la geografía cubana por donde se hizo presente en aquel periplo inolvidable. De aquellas jornadas queda todavía un eco, que a pesar del tiempo transcurrido, es como el “rumor de fondo” de la misma fe de nuestros mayores, presencia indeleble en los corazones de todos los cubanos en este aquí y ahora.
Luego de tres noches y sus días de interminable andadura, el día 19 de septiembre la comitiva se enrumbó otra vez por la carretera central para alcanzar el poblado de Florida. De allí visitó el central del mismo nombre(35), y los de Agramonte y Céspedes(36). Se verificó por tal zona un extenso recorrido campestre de seis horas alcanzando las colonias cañeras anexas a dichas fábricas de azúcar.
Y para sumar más detalles singulares en el periplo camagüeyano, una muy sui generis comitiva formada por 150 ciclistas acompañó a la Virgen hasta el central Estrella(37). De allí seguida por una procesión de máquinas, la comitiva se desplazó hasta el poblado de Piedrecitas, el último jalón del recorrido que reseñamos, antes de alcanzar el poblado de Gaspar, hoy día parte del territorio de la hermana diócesis de Ciego de Ávila(38), donde llegaba a las once de la noche de aquel mismo día.
Las extensas sabanas del Camagüey siempre legendario, seguirían acogiendo la bendita presencia de nuestra Patrona, más allá de su fronteras locales, escoltada por el amor y la devoción siempre explícitas en cada rincón de la geografía cubana por donde se hizo presente en aquel periplo inolvidable. De aquellas jornadas queda todavía un eco, que a pesar del tiempo transcurrido, es como el “rumor de fondo” de la misma fe de nuestros mayores, presencia indeleble en los corazones de todos los cubanos en este aquí y ahora.
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- Toda la información que recoge el presente trabajo se inspira en las notas del P. Manuel Oroquieta sobre el recorrido de la Virgen por Camagüey aparecida como crónica en el Semanario Católico. Sept- octubre de 1952. Nuestro trabajo se ciñe al recorrido de la Virgen Peregrina por el área que hoy comprende a la actual provincia de Camagüey. Es oportuno señalar que de los sesenta y seis pueblos y poblados que recorrería la peregrinación por suelo de la entonces extensa Diócesis y provincia de Camagüey, veintitrés de ellos corresponderían a centrales azucareros todos por entonces en activo, y extendidos por toda la geografía camagüeyana de entonces, de norte a sur y de este a oeste como claros exponentes de la valía de la por entonces primera industria cubana.
- "Anecdotario de la Virgen de la Caridad"en Semanario Católico. Año XLII. Mayo 4-11 de 1952. Número 1201-1203. p.46. Se aclara de paso en dicho artículo lo atinado de usar esa imagen de la Virgen y no la del Santuario del Cobre, en previsión de no dejar aquel sagrado recinto sin su presencia por más de un año.
- Enciclopedia Popular Cubana. Luis Bustamante. Tomo II. p 244. El poblado se ubica a 78 kms de la ciudad de Camagüey, y a 650 kms de La Habana. En 1791 fue rígida una iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora de la Concepción a cuyo alrededor comenzó a fundarse la población. Hasta 1879 fue partido de la jurisdicción de Puerto Príncipe. En 1923, se constituyó Ayuntamiento.
- La imagen estuvo en el actual territorio provincial hasta el 19 de septiembre luego de visitar el poblado de Piedrecitas, y seguir rumbo al de Gaspar.
- Así lo calificaba la prensa nacional. Semanario Católico. Sept- octubre de 1952.
- Se trata de un pequeño poblado ubicado en la línea del Ferrocarril Central, a 48 kms de la ciudad de Camagüey y a 592 de La Habana. Se comunica por carretera con el poblado de Sibanicú. Fue fundado en el año 1904.
- Enciclopedia Popular Cubana. Luis Bustamante. Tomo II. p.67. El entonces poblado de Elia albergaba al central del mismo nombre, fundado en el año 1915.
- Semanario Católico. Sept- octubre de 1952. p.62
- Ibíd. Enciclopedia Popular Cubana. Luis Bustamante. Tomo II. p. 171. Tenía el Francisco capacidad para moler 575 mil arrobas cada 24 horas.
- En Santa Cruz del Sur, 25 embarcaciones escoltaron el barco en que llegaba la Virgen. En Boletín Diocesano de Camagüey. 20 de septiembre del 2006. En alusión a la crónica del P. Manuel Oroquieta, Capellán oficial de la Peregrinación aparecida en el Semanario Católico .op.cit.
- Semanario Católico. Sept- octubre de 1952. p.63
- Ibíd. p.64
- Enciclopedia Popular Cubana. Luis Bustamante T.II y III pp 551 y 429-30 respectivamente. El central Macareño data del año 1920 con capacidad para moler 235.00 arrobas de caña cada veinticuatro horas. La distancia al subpuerto de Manopla, que fuera la zona de embarque de su producción, en el poblado de Santa Cruz es de cuatro kilómetros. Por su parte el central Santa Marta data del año 1926 y su capacidad de molienda ascendía a 300.000 arrobas en un período de 24 horas. Se ubica a 12 kms del puerto de Santa Cruz. Era propiedad de la familia García-Menocal.
- Ibíd. T-III. P 651. Regentado por la Compañía Azucarera Vertientes, tenía una capacidad de molida de 775.00 arrobas de caña cada 24 horas. Fue construido en el año 1921.Ubicado sobre el kilometro 33 del ramal ferroviario de Camagüey a Santa Cruz del Sur. En el año 1930 su producción ascendió a 830.320 sacos de azúcar. En tal época llegó a ser el más grande de Cuba.
- La colonial ciudad principeña tenía por aquel año de 1951 unos 200.000 mil habitantes (el censo de 1943 había contabilizado 155.827, en Censo del año 1943. P. Fernández y Cía. p.813) En cuanto a la movilidad, 52 trenes pasaban por su estación diariamente, y dos docenas de aviones surcaban el espacio aéreo, al ser la ciudad un importante nudo de enlace aéreo entre la costa este de Estados Unidos y Suramérica. (En Tierra Prócer. Flora Basulto de Montoya. p. 178).
- La preeminencia de fieles católicos en la ciudad de Camagüey se hacia palpable con la existencia de catorce templos, así como otras capillas ubicadas en numerosos colegios católicos. En el survey nacional sobre el sentimiento religioso, que llevaría a cabo la Agrupación Católica Universitaria (ACU) en 1954, los camagüeyanos se declararían católicos en un abrumador 81.2 %, y sólo un 14 % se clasificaban como indiferentes. En Encuesta Nacional sobre Sentimiento Religioso del Pueblo de Cuba. Habana. Enero de 1954
- El Camagüeyano. Viernes 31 de agosto de 1951. Gran lucimiento tuvo el acto celebrativo. La cifra que para la época resultaría muy alta para la poblocacion de la epoca en la ciudad de Camagüey. Está confirmada por dos fuentes independientes: la crónica ya citad del P. Oroquieta en el Semanario Católico y el propio diario local “El Camagüeyano” ya citado, que la ubican alrededor de las 100.000 personas.
- Ibid. Jueves 30 de agosto. Llega esta noche la Virgen de la Caridad.
- Ibid. Exhortación al pueblo católico.
- Ibíd. Viernes 31 de Agosto. Gran lucimiento tuvo el acto celebrado
- Es justo señalar que el diario local El Camagüeyano, publicó cada día el programa detallado del recorrido de las santa imagen por la ciudad
- En este sitio el sentimiento generalizado de aquellos Veteranos tuvo que ver con el anhelo ya esbozado antes en Guáimaro, de que la Virgen de la Caridad fuera declarada por el estado como Patrona Celestial de la Nación, y que el 8 de septiembre fuera constituido fiesta nacional.
- El suceso que ocurría por vez primera en Camagüey se repetiría puntualmente en todas las ciudades subsiguientes del recorrido. El camión de los bomberos de cada lugar visitado empezó a formar parte, en primera instancia, de la la caravana que acompañaba a la carroza de la Virgen. (En Boletín Diocesano de Camagüey. op.cit)
- El Camagüeyano. Jueves 30 de agosto.
- La bella capilla y la casa anexa lastimosamente no fungen hoy día como tal, pues la primera fue convertida en una improvisada sala de deportes, y la segunda en una escuela especial, luego que ambos edificios fueran confiscados en 1961.
- La celebrada Feria de la Caridad entra en el imaginario literario de la nación a partir de la novela “Una Feria de la Caridad de 183…”del autor principeño J. Ramón Betancourt
- Fundado en 1892 con capacidad para moler 480.000 arrobas de caña cada 24 horas.( En Enciclopedia Popular Cubana. Tomo III p.460).En el recibimiento a la Virgen según apunta el P. Oroquieta en la crónica de la Peregrinación, Se producía una “solemnísima recepción de la Imagen en la iglesia, con la Banda de Nuevitas…y un coro mixto..” (En Boletín Diocesano de Camagüey.op cit.
- Fundado en 1891.Su capacidad de molida era de 400.000 arrobas. El poblado cabecera se localiza muy cerca del central.
- La crónica que se inspira en las notas que el P. Oroquieta hiciera durante todo el recorrido, alude a este sitio como un modelo en lo social y en lo religioso, por la ejemplar labor catequética y de promoción humana de sus dueños. Fundadas en un área de pre-eminencia protestante, para entonces eran pobladas mayoritariamente por católicos En Semanario Católico. Sept- octubre de 1952. p.67
- Boletín Diocesano de Camagüey.op.cit
- Ibíd.
- En Semanario Católico. Sept- octubre de 1952. p.67
- En el que fuera en su momento el central más grande del mundo, se dieron cita más de mil personas para acompañar a la Virgen en un recorrido de tres kilómetros desde la estación hasta la iglesia. El central fue fundado en 1921 con capacidad para moler un millón de arrobas de caña en 24 horas. En Enciclopedia Popular,op.cit p.427
- De aquel poblado se alcanzarían de inmediato los centrales Cunagua, Velasco y Violeta ya en el actual territorio de Ciego de Ávila La comitiva re-entraría nuevamente a la actual provincia camagüeyana al visitar las localidades de Piedrecitas y Florida.
- Fundado en 1915, su capacidad de molida era de 300.000 arrobas en 24 horas.
- Fundados en 1915
- Fundado en 1918, pertenecía a la compañía Vertientes-Camagüey Sugar Company
- Nuestra reseña cierra en este punto, y el relato hasta aquí esbozado encontrará feliz continuidad en el que aluda el recorrido de la Virgen por la actual Diócesis de Ciego de Avila, justamente a partir del ya citado poblado de Gaspar.
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