Fue aquello tan terrible,
tan cruel, tan infamante...
que dudé enloquecida... y algo horrible
me pasó por el alma aquel instante...
Mis ojos se secaron
de tanto llorar.
Las sombras de la noche se esfumaron
y el nuevo día comenzó a brillar...
¡Y vi que se teñía,
el cielo de arrebol...
Asombrada... sin saber cómo volvía
igual que siempre a despuntar el sol!...
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