Cuando iba yo a montar ese caballo rudo
y tembloroso, dije: "La vida es pura y bella".
Entre sus cejas vivas vi brillar una estrella.
El cielo estaba azul, y yo estaba desnudo.
Sobre mi frente Apolo hizo brillar su escudo,
y de Belerofonte logré seguir la huella.
Toda cima es ilustre si Pegaso la sella,
y yo, fuerte, he subido donde Pegaso pudo.
Yo soy el caballero de la humana energía
yo soy el que presenta su cabeza triunfante
coronada con el laurel del Rey del día;
domador del corcel de cascos de diamante,
voy en un gran volar, con la aurora por guía,
¡adelante en el vasto azur, siempre adelante!
+no es azul.
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