DIARIO DEL CIRCO
Es una noche fría.
Alguien mató esta noche
la paloma de un mago.
La asfixió con un pañuelo,
la ocultó entre baúles
y luego se marchó.
En la mañana
amanecieron horrorizados;
conejos, loros, leones.
¡Otro crimen impune!
Otra señal de fuerza.
-Ya hace una semana
se había negado a comer.
Dijo la cobra.
EL SILENCIO
El silencio es un ruido embotellado,
es un menudo roto de alcancia,
es un eco torcido de utopías,
un perpetuo callarse inanimado.
El silencio es un grito fracasado,
una palabra dulce y clandestina,
un transparente libro de oficina,
un pensamiento en un rincón tirado.
El silencio es un gato en el tejado,
un lagrimear de obuses y fusiles,
una argamasa para los barriles,
el buitre y la Pantera enamorados.
El silencio es un tétrico pescado,
un anzuelo inmortal para la muerte.
El silencio es un pobre continente,
sumido,sumergido y olvidado.
MASACRE
Remolcador 13 de Marzo
¿Qué nos quedó?
Que no fuera el enjambre sobre el mar,
la voz del muerto aún irreconocible;
un ancla que se divisa en lo profundo.
¿Qué nos quedó?
Que no fueran aquellas manos en la aurora,
aquel trocito de sol en el muro,
estos ovillos, este farol que el polvo ha saturado.
¿Qué nos quedó?
Que no fuera esa pausa, ese susto,
esas alas salvajes que no saben volar;
el torniquete en cruz, que más que enumerarnos
nos dejaba una huella como un código.
¡Ahora preguntan por aquel entusiasmo!
¿Acaso no se enteraron de esa plaza infernal,
de este designio torpe, de esta gabarra cargada de cadáveres?
¿Acaso no se enteraron
de aquel silencio que nos fue inundando
hasta callarnos también la mirada?
¿Acaso, nadie les dijo?
¿No les contaron que el peligro se asustó,
que la memoria se convertía a chorros en olvido,
que el asno fue ascendido hasta llegar a policía?
¡Tal parece que no oyeron las noticias!
¿Qué nos quedó?
Que no fuera el asombro, la soberbia,
el agua en los pulmones y la irá.
Y un puñado de ojos
que duermen desvelados
en el fondo del mar.
CADETE
Este muchacho se acerca sospechoso,
(Felicísimo)
ahora que se mueren las ballenas.
Transcurre entusiasmado,
se asoma a los jardines optimista.
Su atrevimiento es tal, que me impresiona.
Abarca mucho con sus brazos frágiles.
Quiere acercarse al final con heroísmo,
quiere parar las bombas con aplausos;
seguir riendo ante el puñal obtuso.
Su cuello almidonado, sus zapatos pulidos,
su mano esterilizada, lo delatan.
Este muchacho está infiltrado entre nosotros,
pero no es parte de nosotros...
No le duelen nuestras carencias,
no se le nubla el cielo entre las ráfagas,
no se alza compungido en las colinas,
la carabina se le cae muy a menudo.
Trae una joven campana entre las manos
y la alborota al primer encuentro
con su prójimo.
Es tan puntual, tan modesto;
que ma parece cínico.
La más dudosa estrella vive fija en su órbita,
el canto más explícito se percibe en su voz.
Este muchacho contradice al aguafiestas.
Al enemigo lo recibe con efusivos estrechones.
Tendremos que expulsarlo de la tropa.
Tendremos que encontrar tercas razones.
Tendremos que salvarlo de la ira.
NOTICIAS DE ALLÁ
Allá jugaba el trueno con la aurora,
un oso mordisquea la hojarasca,
y hay un número que ha sido enumerado.
Allá hay también un fruto comestible
que no ha sido prohibido por los dioses.
Hay un mendigo que recorre los suburbios;
que se para en el trono de la muerte,
y que dice: "Los amo".
Hay, como en otros lugares;
la palabra lírica y anhelante,
que ronda como un gato en el jardín.
Hay polvo cíclico,
y una tremenda empolladura de soldado.
Hay la muchacha, con el pelo soleado
de ir al río;
insubordinada y suspicaz.
Hay la osadía y el atrevimiento de vivir aún,
que son la misma cosa en conclusión.
Hay la noticia que estalla como un vértigo
pero a las dos semanas se ha olvidado.
Hay el triunfo fatídico de un perro
que ha batallado toda la noche por un pan.
¡Hay la melancolía visceral!
Hay el indómito espíritu,
que más que patear, bufea y relincha.
Allá,hay la ingenua tempestad llameante,
y el corazón llameante,
y la plebe llameante,
y el dinerito de la cortedad.
¡Allá, hay la furia guardada en los bolsillos!
Hay la estridencia estricta de una voz.
(Una sola voz).
Allá se ha puesto de moda la esperanza,
y la alegría es un huevo oscuro sin polluelo,
que no se sabe por fin de qué ave es.
Hay, - no siempre -, unas voces
que reclaman justicia,
y otras voces escasas que nos dicen: "Silencio,
dejen dormir en paz, no sigan por favor."
Allá, también hay un pequeño y viejo lago,
adonde viene un cisne algunas veces,
a ver si juega el trueno con la aurora.
CIUDAD CERCADA
A José A Felipe
Sitio lleno de hormigas;
cucarachas,arañas y ratones,
que dormían la siesta en las ventanas.
Pueblo de corazones exprimidos.
Pueblo herido.
Pueblo de seres,
que le han quitado su alma de alambique,
su alma de alma mía,
si alma de alma máter,
su alma de almanaque.
Sitio de estrella multisecular,
de primavera destemporalizada.
Sitio entre tantos, región, lugar que aún amo.
En aras del amor llego hasta ti;
-rincón de anhelos, calcáreo y arenoso-,
adonde un rey, ya demasiado viejo
se yergue sobre un trono putrefacto.
Adonde un hombre incoloro e insípido,
e insensible;
le da clases de honor
a una chica aprendiz de cortesana.
...Vierte tu rauda lágrima en mi copa,
que apenas se desborda de tristeza.
Tu vital transparencia,
tus pregones ausentes,
tu beso de mujeres pueblerinas
toca una parte de mí que no distingo.
Que alguien mitigue un beso renovado.
Que alguien traiga de vuelta tus pregones.
Que alguien le de color a tanta vida.
Refulgente una ráfaga el cielo,
pregunta por relojes impuntuales.
Una campana dobla entrecortada,
y hay un alambre que te transita
como un mapa.
Sitio de todos ellos.
Sitio mío.
No perdones -si quieres- mi tardanza,
pero si grito,ten piedad de mí.
Ciudad, llego hasta ti.
Brinco la cerca.
Muero mordiendo una palabra ajena.
A QUIEN MEREZCA ESTE CANTO
No hay nadie que presida
esta barca, este muelle,
este paisaje huérfano de aves.
Los soleados contornos
de esta ciudad en forma de Caimán
son resecos e inhóspitos.
A cada paso te encuentras con grimorios,
donde las madres dejaron testimonios
de aquellos hijos que prometían ser pródigos.
Harpas tan silenciosas que parecen estatuas,
se exhiben en los salones y quincallas.
Un florilegio de espanto
se lee en algunos parques
y en solares pequeños, repletos de pasquines.
Nadie ha podido saber,
por qué el aburrimiento es un aliado;
un siervo que trabaja sin destajo.
Si el mar pudiera devorarlo todo,
lo hubiera devorado hace unos años
cuando inundó las calles tan resecas,
con la sal y la sangre de sus propios ahogados.
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