En el siglo XVI el culto a Santiago Apóstol tuvo un lugar protagónico en la intensa vida religiosa de los habitantes de la ciudad de Santiago de Cuba; pero a comienzos de la centuria siguiente este comenzó un lento proceso de decadencia, quizás asociado con el surgimiento de cultos criollos como el de la Virgen de la Caridad del Cobre y el del Ecce Homo; a lo cual se añadió el hecho de que la creciente contradicción entre criollos y peninsulares, convertiría progresivamente al Santiago Matamoros en un símbolo del colonialismo español, distanciándolo de los santiagueros.
A comienzos del siglo XX Santiago Apóstol era para los santiagueros prácticamente uno más dentro del santoral católico, al tiempo que la Virgen de la Caridad era declarada, a solicitud de los mambises, como Patrona de Cuba y su santuario en el poblado de El Cobre se convertía en un lugar de peregrinación nacional.
Una revisión de las crónicas de Carlos Forment, muestra que en la primera década del siglo no se celebró el día de Santiago y sólo a partir de 1911 parece recuperarse la celebración, al respecto escribe el cronista:
Día 25 como día de Santiago, patrono de la ciudad, ha habido extraordinaria animación este año. Anoche las sociedades celebraron bailes de disfraces y todo el día de hoy numerosa comparsas han recorrido la ciudad hasta altas horas de la noche, poniendo una nota de colorido y alegría popular.
El periódico La Independencia ofreció detalles sobre aquel día de Santiago:
Los parques de la ciudad, sobre todo el parque Céspedes, estaban llenos de enmascarados y de paseantes a pie, en tanto que, por las calles de sus alrededores, circulaban coches engalanados tripulados por jóvenes de los dos sexos, vestidos de atractivos disfraces y arrojando serpentinas y confetis. El paseo de los coches se extendió por muchas calles. También se movieron las carrozas entre las que llamo la atención la del establecimiento El Louvre.
Resulta interesante este renacer del Apóstol Santiago en su ciudad, sólo que ahora no entre nubes de incienso, sino de serpentinas y confetis. El 25 de julio en el atrio de la catedral una pequeña procesión recordaría al Santo, al tiempo que abajo, en el parque Céspedes, sonaban músicas profanas y jóvenes disfrazados se divertían lanzándose serpentinas y confetis.
Hacia fines de siglo, los historiadores, finalmente se pusieron de acuerdo sobre la fecha del año de fundación de la villa y fijaron para festejar el acontecimiento, el 25 de julio. La fecha del onomástico del Santo, que devino día de Santiago en el carnaval, ahora era también objeto de solemnes conmemoraciones oficiales. Durante ese día el actor Dagoberto Gainza desde hace muchos años recorre la ciudad disfrazado de Santiago Apóstol, personaje que él encarnó en una obra clásica del teatro santiaguero, titulada: De Cuando Santiago Apóstol Puso los Pies en la Tierra. ¡En esta ciudad que lleva su nombre, el Apóstol Santiago es parte de lo real maravilloso!
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