Sin dudas aquellas ofertas comerciales, de una variedad que hoy asombraría a los menos informados, aparecían reseñadas en aquel conocido diario puertoprincipeño, correspondientes a productos imprescindibles, con más o menos demanda, y calidad más que asegurada, y a precios de indiscutible suficiencia para la época.
Veamos algunas de aquellas “perlas”:
En la plazuela de D. Lucas, tienda grande, se hallan de venta barriles de GALLETAS de Mantequilla a 3 ps. ½ uno, Ajos de España a 3 rs. Mancuerna, Jamones a 12ps. Quintal y a real y cuartillo libra, Mantequilla a 16 ps, id Tallarines frescos, a 13 ps. Id. y a real cuartillo libra, Aceyte a 12 ½ rs. Botija, Garrafones aguardiente de Holanda a 3 ps. Sin casco. Canela ordinaria a medio la onza y por libra a 5 rs. Cajas de Bacalao a 8 ps, y otros efectos con equidad.
Un poco más delante en la geografía de la otrora ciudad principeña, en la conocida calle de San Juan o de las Carreras, otro de los anuncios al uso aludía aquel día a una oportuna oferta de carne de vacuno, así se dejaba leer:
En el punto de José Liborio de Varona situado en la calle de Carreras a espaldas de la Iglesia de la Soledad, y frente a D. José Joaquín de Varona, se expende CARNE fresca de novillo cebado a toda condición, dándose 34 onzas de hueso, y 16 de masa por un real.
En otra de las ofertas del día, y a muy corta distancia, justo en la calle Mayor la variedad marcaba igualmente la diferencia:
En la tienda frente a la Real Audiencia se halla SAL, por mayor y menor, Vino Medoc, Cerbeza a 30 rs. Docena y aceite francés acabado de llegar todo a precios equitativos.
La variedad hacía el gusto de aquellos principeños, que a dos siglos de distancia habitaban esta nuestra comarca de entre ríos, y de “pastores y sombreros”
Las mesas de las solariegas mansiones, lo mismo que las de menos prosapia, a no dudarlo, ya estarían, para el almuerzo o la cena, de aquel día de Junio de 1833, convenientemente servidas.
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